Andrés Pascual es un abogado nacido en Logroño en 1969 que con su primer libro “El guardia de la flor de loto” esta teniendo una muy buena aceptación. Una novela de aventuras con el contexto mágico de los lamas. Se inspiro en un viaje que realizo al Tibet en 2001 y otro posterior a Cachemira en donde alquilo un coche con el que llego hasta Ladakh, en el Himalaya al norte de India. Desde allí, en moto visito los principales monasterios budistas. Lo relata en Levando Anclas (17/8/2008).

Andrés Pascual realiza un par de viajes anuales “casi por necesidad”. De esta manera estuvo en el Tíbet, Nepal, Cachemira, Ladakh, Tailandia, Vietnam, Singapur, Etiopia, Madagascar, Sudáfrica, Namibia, Botswana. En 1997 fue en furgoneta de Damasco hasta la frontera con Irak y después de un baño en Eufrates regreso hasta el Líbano.

Fue el viaje al Tíbet lo que animo a Andrés a escribir un thriller sobre la filosofía y tradición de los lamas. El protagonista de la historia es un cooperante español desencantado que atraviesa una crisis familiar. Acepta el encargo de acompañar el cadáver de un alto lama asesinado de Boston a Delhi y allí investigar el motivo de su muerte.

El lama es Lobsang Singay, reencarnación de un gran maestro de medicina tibetana. En el 2007 llega a Boston para impartir en Harvard una conferencia con el titulo de: “Curación en la vida y en la muerte: los secretos del Tratado de la Magia del Antiguo Tibet”. Quería desvelar al mundo sus secretos médicos pero es asesinado antes de impartir la conferencia.

Andrés Pascual escribía la novela cuando viajo a Ladakh, también llamado “ el Pequeño Tibet”, para recaudar información. Antes fue a Sri Nagar, capital de Cachemira. Uno de los lugares más bellos de la India que sin embargo esta prohibido al extranjero por el largo conflicto bélico que padecen. En el 2005, cuando fue Andrés, hubo diez meses en el que la carretera a Leh, capital de Ladakh, no fue bombardeada. Aprovecho este periodo de relativa calma para hospedarse en las casas – barco del lago Dal en Sri Nagar. Lugar en otro tiempo visitado por celebridades del mundo del espectáculo como por ejemplo Mick Jagger y su esposa por aquel entonces Jerry Hall. Precisamente Andrés estuvo en una de las casas barco en el que el cantante de los Rolling Stones estuvo hospedado un par de veces.

Andrés y sus dos compañeros de viaje alquilaron un Jeep para subir hasta Ladah en el Himalaya. Tuvo más miedo a los precipicios que a los carteles que avisaban de un posible ataque de los morteros pasquitaníes.

Una vez en Ladah, alquilaron unas motos con las que llegaron a los principales monasterios budistas. Andrés nos comenta: “Ladakh es un remanso de paz. Se respira la serenidad del budismo”. En uno de estos monasterios observaron como los monjes confeccionaban un gran mándala de arenas que luego aparece en “El guardian de la flor de loto”.

Sobre Cachemira Andrés nos dice: “Esta consagrada al arte. Sri Nagar parece una Venecia alpina, rodeada de elevadas montañas”.

El guardian de la flor de loto. Edita Plaza y Janes