Suso Leiro López por mares imposibles

Suso Leiro es un veterano navegante solitario gallego de Portonovo (Pontevedra). Con su pequeño velero el Finesse de ocho metros de eslora se ha venturado a realizar navegaciones por mares imposibles. Con 61 años partió de las Rías Baixas rumbo hacia Chile y por el Pacifico paso el canal de Panamá y vuelta para Galicia. En esta travesía estuvo dos veces a punto de perder la vida. Se enfrento a tornados y naufrago a la salida del estrecho de Magallanes. Con 63 años Suso ha tomado rumbo hacia la latitud más al norte a la que pudiera llegar. Navego hasta Islandia y de allí Groenlandia. Ha tenido que sortear un laberinto de icebergs, le tomaron por espía y en su retorno a Galicia libro tres fuertes temporales.

  

Suso Leiro López esta curtido por el salitre. Su padre era pescador y tuvo siete hijos. En su interior escucha la constante llamada de la mar. Liberado de las tareas en tierra hizo siete travesías, cada cual más alejada de Portonovo. El 1 de enero de 2005 soltó amarras con la intención de llegar a la costa del Pacifico de Chile para visitar a dos hermanos. Nunca pensó que aquella aventura le pondría varias veces al limite de sus fuerzas. Paso miedo y mucha soledad en un año y medio de navegación.

Suso continuo con la idea de navegar por mares imposibles. Con 63 años se propuso alcanzar la latitud más al norte que pudiera partiendo desde Portonovo. Del 29 de febrero al 8 de junio de 2008 vivió una de sus grandes odiseas personales. Realizo 4.566 kilómetros. Tuvo averías, se quedo sin combustible. Canto y lloro. Volvió a pasar miedo y soledad. Si en la anterior navegación se alarmo por los témpanos de hielo del sur ahora se enfrento a los icebergs del norte.

En el primer intento quiso ir dirección a Canadá. Suso Leiro regreso por un gran temporal que encontró en las costas coruñesas. En puerto invento un mástil doble en forma de Y que según su creador: “es perfecto, no se rompe”. Adapto las velas a este mástil innovador y se hizo de nuevo a la mar el 29 de febrero de un año bisiesto.

Zarpo de Sanxenxo. Llego al sur de Irlanda, subió hacia Belfast, islas Híbridas, Feroe e Islandia. A partir de ese momento Suso se puso a prueba y llego más allá de la extenuación.

A los tres días de salir de Islandia se encontró con un temporal que le hizo retornar. En el segundo intento navego 13 días con sus noches sin pegar ojo hasta las costas de Groenlandia. Lloro muchos días. La situación se hizo desesperante y agotadora pues la corriente le traía constantes bloques de hielo que debía de sortear en un laberinto infernal. Gracias a su condición de luchador, tesón, serenidad podía continuar con el rumbo y porque como Suso nos comentaba : “Estoy vivo porque el Finesse me guiaba solo”.

El radar se le estropeaba. No contactaba con ningún barco. Solo, aturdido, desorientado sorteaba las grandes moles de hielo que se venia hacia la embarcación. Algunos se asemejaban a castillos, otros eran piramidales, rectangulares, alargados, de colores parecidos al barro, azules, blancos… Cuando vio tierra groenlandesa pensó que podía ser otro gran iceberg. El cansancio más allá de sus fuerzas no le dejaba discernir.

Apunto de desfallecer, enviaba mensajes de auxilio a través de la radio hasta que por fin le contesto una patrulla de la Unión Europea y fue un pesquero local a su ayuda. Subió una mujer inuit que piloto el Finesse hasta el puerto de Nuuk o Godthab.

Por si fuera poco la policía reviso el barco y llevo a comisaría a Suso. Encontraron como sospechoso un periódico de Belfast y un libro sobre la biografía del candidato a la presidencia de Estados Unidos Barack Obama que Suso compro para practicar el ingles. Pensaron que no podía ser cierta la historia de un navegante de 63 años que llegara hasta Groenlandia solo por placer.

Un reportaje sobre la hazaña marina de Suso en un periódico local hizo que la policía cambiara de opinión y le dejaran partir con su beneplácito. Después de 15 días de recuperación soltó amarras.

Pero la vuelta fue durísima. Volvieron los bloques de hielo a la deriva más tres fuertes temporales con viento de más de 50 nudos. Primero tomo rumbo hacia Terranova. Se encontró con un pasillo repleto de témpanos de hielo. Suso comentaba en Levando Anclas: “En el meridiano 43 se forman miles de icebergs. Tuve que cambiar el rumbo si quería llegar sano y salvo a Galicia”.

Cuando regreso al puerto de Sanxenxo le recibieron con música tradicional gallega, Suso con las fuerzas que le restaban se subió encima del mástil fabricado por el mismo y bailo ante la concurrencia.

Suso Leiro con alma de poeta, escribió letras y canciones de esta nueva odisea por mares imposibles.

1 thought on “Suso Leiro López por mares imposibles

  1. Juan Manuel Méndez Torres

    Soy de Sanxenxo y tengo un pequeño velero de 22 pies (7 metros), admiro a Suso por lo que ha hecho y sueño leyendo el libro que acaba de publicar con poder hacer travesías parecidas algún día, me encantaría sentir algo tan inmenso, por que algo así tiene que engrandecer sobremanera el espiritu de un hombre y llevarle a un estado de humildad y serenidad absoluto. Enhorabuenaa Suso y ánimo a todos los que vivimos apasionadamente la mar.
    Desde aquí, propongo que nuestro ayuntamiento coloque una estatua de Leiro en la plaza del puerto deportivo de Sanxenxo en homenaje al valiente aventurero, para que sus azañas no se olviden nunca.

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