De nuevo queremos recordar la figura del explorador y aventurero Pedro Enrique de Ibarreta. Vivió con intensidad cuarenta años de aventuras. Como escribe su biógrafo José Antonio Díaz: “El pensamiento de Ibarreta estaba imbuido de un espíritu épico-trágico, una búsqueda ciega del triunfo o morir que a la postre acabaría haciéndose realidad”.En la Casa de la Palabra del miércoles 18 de febrero estamos con José Antonio Díaz y los jóvenes viajeros bilbaínos Gaizka Aseginolaza y Aitor Intxaurraga que después de leer con verdadero interés la biografía de Ibarreta, emprendieron camino tras sus huellas por Sudamérica.
Pedro Erique de Ibarreta murió en 1898 a manos de los indígenas cuando exploraba el rió Pilcomayo entre Bolivia y Argentina. Fue un hombre de acción, inquieto, osado e indisciplinado. Fue expulsado del ejercito por batirse en un duelo de honor a pistola. Dicen que era la viva imagen del arrojo y la temeridad. Parecía no conocer el miedo. A los 19 años era alto, fuerte, capaz de levantar grandes pesos y hacia ejercicios circenses que causaban admiración. Emigro Argentina en 1883 en donde trabajo de gaucho. Participo en una expedición por el Gran Chaco. Un tigre estuvo a punto de poner fin a su vida y se le dio por muerto. En 1893 busco oro en Paraguay, sobrevivió alimentándose de raíces y frutos. Se alisto a la guerra de Cuba durante un año y medio.
Su ultima gran expedición fue en el río Pilcomayo, conocido también como río de los Pájaros o río Indomable. A finales del siglos XIX era una geografía en parte ignota habitada por indios hostiles, lo que le daba al río un aura sobrecogedora. Todas las expediciones anteriores fracasaron, la de Ibarreta, después de sacrificios extremos, también.
En la Casa de la Palabra recuerdan su figura el periodista José Antonio Díaz autor de la biografía “Ibarreta, el último explorador” y Gaizka Aseginolaza y Aitor Intxaurraga que han seguido en bicicleta las huellas del explorador bilbaíno del siglo XIX por Bolivia y Argentina.
Ibarreta, el último explorador. Tragedia y muerte en su expedición por el río Pilcomayo lo publica Miraguano.
