El montañero y expedicionario de Vitoria- Gasteiz Josu Feijoo después de conseguir el Polo Norte Geográfico, Polo Sur Geográfico y el Everest se ha propuesto un reto sideral: convertirse en astronauta. El pasado otoño visito la NASA, se sometió a durísimas pruebas, para culminar el 7 de diciembre con la presentación, en el desierto de Mojave, de la nave espacial con la que volará en un año hacia el espacio. Josu estuvo el 4 de enero en la Casa de la Palabra,  confeso que si sabe de antemano lo duro que resultan los preparativos para ser astronauta no se apunta. Todavía conmocionado nos explico los entrenamientos y el vuelo suborbital en el que participo. 

Josu Feijoo con 16 años, en agosto de 1982, ascendió al Mont Blanc. Desde entonces cada vez a querido subir más alto y romper limites.

Después de los Alpes llegaron los Andes. Antes de partir a ascender al Huayna Potosí (6.088 m) recibió una noticia que cambio su vida: le diagnosticaron  diabetes tipo 1. Desde entonces ha luchado contra la enfermedad, incluso en los lugares más extremos del planeta.

Entre el 10 y el 18 de octubre estuvo en el Kennedy Space Center de la NASA en Caño Cañaveral. El 3 y 4 de diciembre paso con éxito los entrenamientos de vuelo suborbital en el centro NASTAR  de Filadelfia. Después de una clases teóricas Josu sufrió la centrifugadora para aclimatarse al programa Fuerza G. Un piloto de formula 1 aguanta durante 3 segundos hasta 3G, en un despegue normal al espacio se suelen soportar unos 5,4 G. 

La persona que precedió a Josu en la centrifugadora se desmayo al llegar a las 4 G pues no pudo aguantar la fuerza de la gravedad. El montañero de Gasteiz soporto 6,2 G y encima repitió cinco veces, cada vez más de 40 segundos. 

Josu señaló: “Lo peor, dentro de este martirio, fue que aunque llevas la columna vertebral, sobre todo las dorsales y cervicales, muy protegidas, ya ha fallecido más de un futuro astronauta. Nuestro cuerpo esta diseñado para soportar solo 1G. Debido a la altísima presión, note como mi columna vertebral se quería estirar, poner recta y la oyes crujir dentro de tu cuerpo. Seis días después aun me dolía la espalda”.

El 5 de diciembre Josu Feijoo hizo un vuelo sub-orbital a 40 mil pies. Realizo varias parábolas, distintas formas de flotación. A partir de la cuarta parábola las aceleraciones son tan fuertes que incluso flotan las vísceras dentro del cuerpo y todo se retuerce. Todos los futuros astronautas que participaron en la prueba tenían el estomago muy revuelto, la mitad de ellos se pusieron a vomitar, menos mal que habían ensayado este protocolo y todo se realizo con absoluta limpieza. Josu no vomito pero asegura que: “Me puse muy malo, se me hizo durísimo a pesar de que la sensación de flotar es maravillosa”.

Josu Feijoo de esta manera ha conseguido todos los certificados que se requieren para ser astronauta.

El próximo 15 de enero parte hacia Argentina para ascender el Aconcagua y de esta manera conseguirá otro de sus objetivos: terminar el reto The Seven Summits, Siete Cumbres en Siete Continentes”.

www.josufeijoo.es