Fermín Aramendia a toda vela en el Portutxiki.

 

Fermín Aramendia se ha convertido en navegante solitario a base de tesón y sobre todo mucho corazón. El mar esta haciendo de él un marino y poeta. Hace dos años se compro en Marsella el Portutxiki, un velerito de 10 metros, fue una amor a primera vista. No sabia navegar pero estaba decidido a surcar los mares. Avanzo por el Mediterráneo con suma precaución de puerto en puerto hasta que llego a Gibraltar. Paso un tiempo en Canarias hasta que se atrevió a lanzarse en el océano Atlántico. Ahora el Portutxiki se encuentra amarrado en san Martins, antillas francesas. Su propietario a regresado a Donosti y nos hablo de sus aventuras marinas en Levando Anclas (14/3/2010).

Fermín Aramendia nació en Irun hace 37 años. Trabajaba en Educación Física pero no se encontraba a gusto. Pensó en comprarse un camión con el que llegar hasta Sudáfrica, allí venderlo y embarcarse en un barco por el océano Indico. El día de su cumpleaños su madre le regalo un libro técnico sobre barcos y velas de una autor francés.

Anteriormente había leído el celebre “¡Eh, petrel!” de Julio Villar, el navegante solitario donostiarra que fue el primer en dar una vuelta al mundo en un velero de tan solo siete metros de eslora. Cada vez le atraía más la idea de navegar a vela.

En marzo de 2007 alquilo el piso. Al mes siguiente se subió a una embarcación y durante dos horas navego por la bocanada de el Abra.

Se fue a Marruecos en furgoneta con la tabla de surf. Hizo el Camino de Santiago a pie por la costa y cuando llego a Finisterre, en un atardecer observo un velero cruzando el horizonte. En ese momento lo tuvo claro y se dijo: “me voy a recorrer el mundo en barco”.

Se fue en la furgoneta por el Mediterráneo francés durante diez días para comprarse un barco. Llego a Marsella y lo primero que vio fue el Portutxiki. No estaba seguro que lo vendieran pero hablo con su propietario y aquel mismo día firmaron el contrato de venta. Era el 5 de octubre de 2007.

Busco en Internet un curso para aprende a navegar. Lo encontró en Bretaña. Fueron diez días pero apenas se entero ya que no sabia francés.

El 3 de diciembre volvió a Marsella decidido a no separarse del Portutxiki y hacerse a la mar. Trece días después soltó amarras en busca del sol y el calor. Con sumo cuidado y precaución llego hasta Barcelona. En varias escalas alcanzo Gibraltar. Estaba muy cansado de tanta tensión. Enrique Kareaga y Jokin Peral, marinos del puerto deportivo de Getxo se ofrecieron para acompañarle a Canarias.

Se quedo solo en Lanzarote y durante ocho meses navego por las islas Canarias, Aprendió bastante de los libros y otros marinos. Para sacar dinero daba clases de gimnasia en la playa. 

Más seguro de si mismo en noviembre de 2008 zarpo rumbo a Cabo Verde. Tan solo llevaba 19 euros.

Era la primera vez que navegaba en solitario más de dos días seguidos. Sin miedo pero con mucho estrés tomo tierra en el archipiélago de Cabo Verde.

Se instalo durante cuatro meses y medio. Navegantes franceses le animaron a que cruzara el océano Atlántico. Vendió el motor de la zodiac para tener dinero.

En 26 días llego a Barbados en donde permaneció durante un mes y medio. Se le estropeo el motor y lo llevo hasta Martinica para repararlo. En esta colonia francesa de ultramar ha encontrado trabajo de albañil. Estuvo siete meses hasta que se puso rumbo hacia Panamá. Arribo en san Martins en navidades. De la manera más tonta se fracturó la muñeca. Le operaron y en febrero regreso a Donosti para recuperarse. 

En Levando Anclas Fermín nos transmitió muchas de las sensaciones que tuvo al cruzar en océano Atlántico. En esta ocasión fue en la compañía de la perrita Kuxka.

Una vez que se recupere volverá para continuar surcando los mares.

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