Véronique Tadjo. Una escritora de Costa de Marfil desvela el trasfondo del genocidio en Ruanda.

Veronique Tadjo es novelista, poetisa y pintora. Nacida en París, criada en Abidján, reside actualmente en Johannesburgo. Cuatro años después del genocidio de Ruanda se interesa en averiguar el por qué de tanta muerte. Realiza un amplio trabajo periodístico en el que interroga tanto a victimas como a verdugos. El resultado de su investigación es el libro “La sombra de Imana”. 

Veroniqué Tadjo es una artista cosmopolita. Nació en País en 1955, se crió en Abidján (capital de Costa de Marfil), ha pasado largas temporadas en Kenia, Inglaterra, Nigeria, México y en el presente vive en Johannesburgo.

En 1998 pisa tierra ruandesa. Quería dejar constancia del genocidio que aconteció cuatro años atrás, saber lo que impulso a tantos asesinatos fraticidas. Veroniqué comienza “La sombra de Imana” de esta manera:

“Hacia mucho tiempo que soñaba con ir a Ruanda. No, “soñar” no es la palabra. Hacia mucho tiempo que quería exorcizar Ruanda. Ir al lugar en donde se habían filmado aquellas imágenes televisadas. Aquellas imágenes que dieron la vuelta al mundo como un relámpago y dejaron una marca de horror en todos los corazones. No quería que Ruanda continuara siendo una pesadilla eterna, un miedo primario.

Me marche con un hipótesis: lo que había pasado nos afectaba a todos.”

 

Veroniqué llega con esa urgencia de no dejar en el olvido lo sucedido en Ruanda. Para empezar, percibe que en Ruanda las gentes son muy parecidas a las de su país Costa de Marfil. Los rostros se le hacen familiares. Asegura: “Todo es tan parecido a mi país que me rompe el corazón”.

Describe los atardeceres en África en una gran ciudad como la capital de Ruanda: “Cuando Kigali esta en paz, Kigali es muy tranquilo. Cae la noche. Es densa. Puntos de luz decoran las colinas como las velas de un árbol de Navidad. Los faros de los coches perforan la oscuridad, allí, a lo lejos. Todo funciona al relantí, calmado por el final del día. Las farolas dan una luz monótona, el aires es fresco, la tierra tibia”. 

Los vestigios de la guerra en la ciudad son raros, pero en la memoria abundan las imágenes envenenadas. Veroniqué registra los primeros testimonios. Le cuenta historias de las matanzas en masa. Gentes que tiene parecidas creencias y mitos. La misma fe en un dios supremo, Imana. Las mismas costumbres. La misma lengua, el kinyaruanda.

Visita los lugares más crueles de la guerra civil. Conversa con abogados, periodistas, uno de ellos le dice: “Los primeros días del genocidio, los miembros del gobierno interino hutu lanzaron una campaña de desinformación… Muchos de nosotros caímos en la trampa. Sus manera era tan cordiales, su lenguaje tan sofisticado y sus trajes tan elegantes que no podiamos creer que estaban decididos a exterminar a los tutsis, así como a los que consideraban opositores. Sobrepasa cualquier entendimiento.”

 En Kigali cuentan que una mujer viuda vivia sola en su casa. Su marido habia muerto durante el genocidio y ella vio a su vecino matar a su único hijo. Fue violada por milicianos y abandonada al borde de la carretera. Pero sobrevivió. Al terminar la guerra, regreso a su bario, a su casa. Un día la mujer cayo gravemente enferma tanto que pensó que iba a morirse. Su vecino, enfermero de profesión, acudió a cuidarla. A fuerza de atenciones, termino por restablecerse. A raíz de aquellas visitas, surgió el amor entre ellos. Los habitantes del barrio se ofuscaron: “¿Cómo puede vivir con el hombre que ha matado a tu propio hijo?”. Y ella respondía>: “Donde estabais vosotros cuando estaba enferma y sufría? Este hombre me ha salvado la vida.”

Veroniqué nos contaba en La Casa de la Palabra (18 junio 2010) que por encima de tanta muerte estaba la vida.

También nos explico que África en un continente lleno de contrastes, mientras en Ruanda se daba el genocidio, en Sudáfrica Nelson Mandela cerraba la época del apartheid.

Veroniqué Tadjo estuvo en el programa de Radio Euskadi, La Casa de la Palabra, acompañado de Antonio Lozano, coordinador del programa de letras africanas de Casa África.

www.casafrica.es

“La sombra de Imana” lo publica El Cobre. www.elcobre.es

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