Alicia Vacas con los beduinos del desierto de Judea.

El desierto de Judea es un lugar bello que eleva el espíritu. Cerca esta el mar Muerto y las cuevas de los eremitas que se retiraban a meditar como fue el caso de Jesús. En la actualidad esta área geográfica comprendida entre Jericó y Jerusalén esta considerada como “Zona C”, es decir una tierra militarizada en donde no puede haber asentamientos. Sin embargo, por este terreno inhóspito se mueven los beduinos seminómadas de la comunidad Jahalin. No tiene derecho a edificar y los niños tienen la escuela a 30 kilómetros de distancia. La misionera y enfermera Alicia Vacas se ha ganado la confianza de los beduinos e intenta sacarles de la marginación.

 

Alicia Vacas es misionera Comboniana de profesión enfermera. Nació en Valladolid en 1972.  Muy joven ya presto sus servicios en Egipto en donde permaneció 9 años. Primero en un pueblo cercano a Luxor en donde trabajo en una clínica rural y después en un barrio marginal de El Cairo.

 En el 2008 llego a Jerusalén. Reside en un centro espiritual de las Hermanas  Misioneras Combonianas en donde tienen una guardería. Esta en Jerusalén Este, la zona Palestina, y por el jardín pasa el muro que divide a la ciudad.

 Las Hermanas Misioneras Combonianas se preguntaron quienes eran los niños más abandonados y la respuesta la hallaron en los niños beduinos que se mueven en el desierto de Judea. Es una zona bajo control militar israelí en donde teóricamente no hay población y la construcción esta prohibida desde 1993.Esto crea una situación de gran vulnerabilidad. La mayoría de las chabolas de los beduinos carecen de agua corriente, luz eléctrica y de servicios higiénico sanitarios.

Los altos índices de pobreza, paro y discriminación hacen mella fundamentalmente en el sector más vulnerable de la población: los niños que se ven imposibilitados de acudir  la escuela. Para estudiar en los centros de la UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos), situadas en Jericó a 30 Km., deben buscar quienes les transporte cada día poniendo en riesgo sus vidas en las cunetas de carreteras con trafico intenso. En los últimos tres años han muerto tres o cuatro niños. 

Curiosamente ha sido un grupo de rabinos, con el nombre de Rabinos por los Derechos Humanos, los que han ayudado a introducir a las misioneras en las comunidad de beduinos Jahalin y ganarse su confianza.

Gracias a un grupo de arquitectos de la ONG italiana Vento di Terra han logrado levantar una escuela construida con tres mil neumáticos rellenos con tierra. Con esto se ha desafiado la estricta prohibición de edificar. Mientras esperan la resolución de los tribunales, que podrían ordenar su demolición, en el colegio se imparten las clases con normalidad.

Alicia nos ha comentado en La Casa de la Palabra (23/11/2010) que el desierto de Judea es un lugar muy especial. Aquí se desarrolla la parábola del buen samaritano que comienza: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó…” Nadie socorrió a un hombre que pedía auxilio en el camino excepto un extranjero que por allí pasaba. Esta situación se repite en nuestros días.

Alicia dice de este lugar fantástico: “Es una tierra que habla por si sola”.

www.comboniano.blogspot.com

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