César G. Calero. A cámara lenta en el país de las maravillas.

“El Malecón habanero no es un malecón. Es un anfiteatro abierto al mar por el que transitan personajes que acaban de escaparse del decorado de Alicia en el país de las maravillas”. Este Wordeland caribeño es el que retrata el periodista César González Calero en el libro “Cuba a cámara lenta”. Combina las estampas de la vida cotidiana y la crónica viajera. César trabajó durante cinco años como corresponsal para diversos medios en el archipiélago cubano. A cámara lenta ha cocinado cada una de las crónicas, a cámara lenta es el reflejo del ritmo de la isla en donde pareciera que el tiempo se ha detenido. 

César G. Valero nació en Madrid. Licenciado en periodismo, ha sido corresponsal en el Reino Unido, México, Centroamérica, Cuba y en el presente reside en Buenos Aires donde escribe en la sección de internacional del diario La Nación.

 

César permaneció un lustro en Cuba (2003-2008). Ha dejado reposar algunos de los numerosos personajes que conoció en “Cuba a cámara lenta”. El libro ha sido premio Eurostars Hotels de Narrativa de Viajes 2010, organizado por el Grupo Hotusa junto a la editorial RBA y la Universitat de Barcelona.

 

Como Luis Cernuda, César opina que el Malecón es la luz y el aire de La Habana. En sus 8 kilómetros encuentra personajes e historias para  novelar como es el caso de Rigoberto Torres Díaz, “Rigo”, vendedor de sedales y anzuelos, anclado desde hace 17 años con un pequeño tenderete en un pedacito del muro de la bahía. Hasta el rincón de Rigoberto se acercan todos los personajes que hormiguean por la avenida del Puerto.

En el capítulo titulado “Estática milagrosa” el autor escribe: “La arquitectura en La Habana es arte. Arte en ruinas si se quiere, pero arte al fin y al cabo. La vivienda en la isla es un drama (casi la mitad de las casas se encuentra en un estado malo o regular, según datos oficiales). La Habana Vieja, Centro Habana, son barrios apuntalados que pierden balcones y gárgolas como quien pierde la dentadura con el paso de los años. Pero aguantan en pie nadie sabe muy el porqué. Es preciso recurrir al concepto de estática milagrosa, muy utilizada por los urbanistas cubanos, para encontrar una explicación de por qué media ciudad no se desploma”.

César se infiltra en las casas cubanas y conversa con los vecinos del hotel Gran América, situado a espaldas del Capitolio. Hay quien vive en las habitaciones del hotel desde 1962. “Clientes fijos de un hotel que fue perdiendo las estrellas a medida que la humedad se comía las paredes”. No muy lejos de allí se alza el antiguo hotel Bristol. Hay quien vive en el hueco del ascensor o en la piscina.

César Calero sale de La Habana y se monta en el tren que le lleva a Santiago, a imitación del viaje que realizó Federico García Lorca en 1930. El recorrido se alarga entre trece y catorce horas.

La carretera que une Santiago de Cuba con Marea del Portillo la considera como una de las más deslumbrantes de toda la isla. A un  lado, los faldones de Sierra Maestra, imponentes farallones que se deslizan hasta la mismísima orilla del mar. Al otro, el Caribe, con sus mil tonos azules, sus playas de arena negra.

Le llamamos a César González Valero a Buenos Aires el viernes 18 de febrero de 2011.

“Cuba a cámara lenta” edita RBA www.rbalibros.com

Podeis escuchar la entrevista: <https://www.eitb.eus/audios/radio/radio-euskadi/programas/la-casa-de-la-palabra/detalle/603025/cronicas-cuba-formentera/>

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