Isabel Lete la costa vasca a vela en solitario.

Isabel Lete tiene verdadera vocación marina. Capitán de yate, licenciada en Náutica y Transporte Marítimo en la Escuela de Náutica de Portugalete, ha navegado tanto en barcos mercantes como a vela. Con su propio barco el “Lete V”, un motovelero de once metros y medio, recorre la costa vasca en solitario de puerto en puerto. Es su mejor opción veraniega. Se entusiasma navegando, le entra el temor en las entradas de los puertos como el de Motriku que desconocía, y se explaya con los lugareños, pescadores, tenderas y tripulantes de otros veleros. 

Isabel Lete es del barrio de Deusto en Bilbao. La afición a la mar le viene desde niña gracias a las salidas que realizaba con las diversas embarcaciones que ha tenido su padre. En Laredo descubrió la vela y cuando se le quedaron cortas las travesías pensó que debía ir de puerto en puerto. Se compró un barco capaz de dar la vuelta al mundo.

Estudió en la Escuela de Náutica de Portugalete. Hizo las practicas con la naviera Murieta. Tocó puertos del norte de Europa, Madeira, Marruecos e incluso navegó por el Loira.

Este verano quería navegar por casa, por la costa vasca que tanto quiere. El 2 de agosto soltó amarras del Puerto Deportivo de Getxo. La primera parada ha sido Elantxobe, su lugar de referencia, su puerto favorito. Es un puerto vivo, compartido por embarcaciones, bañistas y un cormorán que allí se ha establecido. Isabel tiene familia y amistades en Elantxobe. Tiene largas conversaciones con Fernanda, la dueña del ultramarinos, sobre los años de esplendor de la pesca y el hundimiento voluntario reciente del último pesquero.

El siguiente punto de amarre fue Motriku, al igual que en Elantxobe hay una piscina natural. En Zumaia disfrutó de las buenas instalaciones del pantalán. En Donostia fondeó echando el ancla detrás de la isla Santa Clara. Protegida del oleaje, presenció los fuegos artificiales de la Semana Grande, se bañó en sus aguas cristalinas como si estuviera en el mismo paraíso. Agradeció las buenas instalaciones de Orio.

De regreso hacia Getxo, en Getaria permaneció tres días ante el aviso de galerna que por suerte no llegó. Conversó con la tendera de un ultramarinos que le relató la historia de un barco desaparecido en el triángulo de las Bermudas. En Elantxobe pasó cinco días más antes de tocar el puerto deportivo de Getxo.

Una vez terminada la travesía de la costa vasca, Isabel tuvo la gentileza de venir al programa de Radio Euskadi La Casa de la Palabra el lunes 29 de agosto de 2011.

A diferencia de otros veranos, esta vez no ha tocado los puertos de Bermeo, Lekeitio y Pasaia. Suele echar un aparejo para pescar mientras navega pero en esta ocasión no han picado nada. Ha tenido la compañía del pez luna, le parece tan simpático como el delfín. Le gusta saltar y puede medir hasta un metro. Observó muchos al salir de Getaria. También vio cifios a la altura de la cala de Basordas, cetáceos a quienes les gusta arrimarse a la costa.

Isabel resalta la familia de navegantes a vela que se forma de puerto en puerto.

Escucha el programa: https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/727268/isla-izaro/

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