Eneko Yarza Arabolaza continúa su relato de un viaje por México y Sudamérica con el kayak como compañero inseparable. Después de saltar cascadas de hasta 23 metros en México, fue a Brasil donde navegó en barcos comerciales por el río Amazonas desde Belem do Para hasta Iquitos. Una vez en Perú, remó por ríos de profundos cañones. En ruta hacia Ecuador se pegó unas buenas pateadas por la Cordillera Blanca. Hizo una escapada a las islas Galápagos. Una vez en el continente, bajó varios ríos ecuatorianos y fue en Colombia en donde hizo los primeros descensos en kayak de cauces vírgenes. La última expedición fue con Marc Hentze, uno de los mayores expertos en ríos colombianos. Les sorprendió una crecida repentina dentro de un cañón. Marc falleció y Eneko se libró milagrosamente gracias a la luna llena y a sus aptitudes como escalador.

Eneko Yarza ha estado un año y medio dando tumbos por los ríos de América Latina. Llegó a Colombia a mediados de enero de 2012. Se cercioró de que había muchos ríos por explorar debido al conflicto bélico que sufre el país desde hace décadas. Bajó algunos cauces en la región de Putumayo. Fue a Calí y desde allí hasta las costas del Pacífico sin  explorar. Consiguieron mapas para planificar las expediciones. Se metieron en el río Digua en el valle de Cauca. Luego participó en otros primeros descensos.

En Medellín se encontró con Marc Hentze, uno de los mayores conocedores de los ríos de Colombia, autor de la única guía de descensos de ríos de este país. Marc y Eneko quisieron hacer el primer descenso del cañón del río Santo Domingo. El acercamiento fue por una zona minada que había sido un núcleo de campamentos de la guerrilla.

 El 6 de marzo de 2012 comenzaron a remar. El río estaba tranquilo y bonito. Encontraron un rápido de doble salto, otro rápido y una catarata que terminaba en un sifón en donde el agua desaparecía entre las rocas. Tuvieron que sortear el obstáculo cargando con los kayaks por la orilla. Cansados, decidieron pasar la noche en una roca alta y plana a unos cinco metros sobre el cauce.

Dormían dentro del cañón cuando Eneko le despertó el gran estruendo de una enorme ola. Lo que antes era un peñascal de grande rocas se transformó en espuma blanca que lo cubría todo. Llovía torrencialmente en la cabecera y una avalancha de agua hacía subir el caudal del río a gran velocidad. En 10 segundo subió 10 metros.

Gracias a que tenía el saco de dormir con la cremallera hasta la mitad Eneko pudo salir rápidamente. Instintivamente empezó a trepar por la pared del cañón. Eneko también practica la escalada. El agua le atrapaba y se preguntó: “¿Será éste el fin?”. Como un mono escalaba y saltaba. La luna llena y su destreza en la pared fueron parte del milagro de su salvación.

Marc, sin embargo, apareció ahogado 15 kilómetros río abajo. Días más tarde Eneko y otros amigos hicieron un recorrido del río Santo Domingo a pie en homenaje a su compañero.

Eneko Yarza Arabolaza regresó a Euskal Herria el 19 de abril, día de San José.  Nos relató, segundo a segundo, su dramática expedición. en  el programa de Radio Euskadi “Levando Anclas” del 3 de junio de 2012.

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El audio del programa está en https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/899441/eneko-yarza-kayak-colombia–audio-viajes–levando-anclas/ y se puede descargar desde https://www.eitb.eus/multimedia/audios/2012/06/04/666754/LE_VAN_DO2_74_120604185907006