Antonio Aguilar, de Sevilla a Tombuctú en autostop.

Antonio Aguilar tan solo tiene 25 años y ya carga con un montón de vivencias viajeras en su mochila. A los 16 años se fue a trabajar a una hamburguesería en Inglaterra, ha terminado los estudios de ingeniero aeronáutico en Eskisehir, en Turquía. Se ha adentrado en el Kurdistán iraquí, ha cruzado una parte del Himalaya en solitario, ha llegado a aldeas remotas en Laos, realizó la ruta Sevilla-Dakar y Sevilla-Tombuctú en autostop y, a la vuelta de este viaje, entró furtivamente en las zonas liberadas del Sahara Occidental, en donde llegó hasta la ciudad de Tifariti.

 

Antonio Aguilar es un sevillano muy curioso. Cuanto más viaja más quiere saber cómo es el planeta en donde hemos nacido. Admira a grandes viajeros como Jorge Sánchez y André Brugeroux (40.000 kilómetros alrededor del mundo en autostop) a los que conoce personalmente.

En el verano de 2011 se fue desde Marrakech hasta Tombuctú en autostop y regresó hasta Sevilla desde la misma manera. Quería conocer personalmente Tombuctú, una ciudad sobre la que había leído tanto en los libros. En esta localidad de Malí fue acogido en la casa de Ismael Diadie, quien salvaguarda en la biblioteca Kati más de tres mil manuscritos andalusíes.

En un pueblo cercano a Djene le invitaron a una boda que duró tres días.

Regresó por Mauritania en donde se subió a un tren de carga mineral que cruza buena parte del país. Son 700 kilómetros desde las minas al aire libre de Zouerate hasta el puerto de Nouadhibou.

En Mauritiania se adentró en territorio del Sahara Occidental liberado en donde convivió con los pobladores del desierto y llegó hasta Tifariti en donde pasó un par de días.

Cuando regresó a Sevilla se puso enfermo de una malaria contraída por el camino. Cuando se recuperó en noviembre de 2011, se fue a terminar los estudios de Ingeniero Aeronáutico a Eskisehir. Permaneció más de cuatro meses y aprovechó para viajar al Kurdistán iraquí. Estuvo en Erbil la cual, junto con Jericó, es la ciudad habitada más antigua del mundo. Fue a conocer a los yezidis, adoradores del diablo.

En otras ocasiones Antonio Aguilar fue de peregrinación por el río Ganges. Durmió en cuevas con shadus y anacoretas. Fue a las fuentes de este río sagrado, se bañó en el glaciar que origina su nacedero. Llegó a pisar el Tíbet.

Navegando en kayak visitó varios poblados remotos al norte de Laos, entre ellos los de la etnia Lanten, a cuyos asentamientos solo se accede por el río. Visten de azul y no usan botones.

Las aventuras de Antonio Aguilar se pueden seguir a través de: http://www.historiasdenuestroplaneta.com

Antonio escucha asiduamente los programas de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” y “Levando Anclas”. Intervino el 22 de julio de 2012 en Levando Anclas.

Puedes escuchar el programa: https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/935319/sevilla–tombuctu-autostop–viajes/

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