Raúl Santiago Goñi es un antiguo periodista de carácter nómada nacido en Iruña hace 40 años. En agosto de 2012 realizó la Vía Francígena, la peregrinación que va desde Canterbury hasta Roma. Una especie de Camino de Santiago de 2.100 kilómetros a través de Inglaterra, Francia, Suiza e Italia. Es una ruta todavía poco transitada. Raúl la hizo el 80% en soledad, sin demasiados albergues. Le sorprendió según sus palabras “la fabulosa hospitalidad de las gentes”.
La Vía Francígena es un camino de peregrinación y cultura que era como una especie de gran autopista en Europa desde la temprana Edad Media. Uno de sus pioneros fue el obispo Sigerico, quien en el año 990 fue desde Canterbury, ciudad en donde residía, a Roma a pie durante 80 días.
Raúl Santiago Goñi considera que a partir del año 1000, el fervor religioso hizo que esta vía se convirtiese en la mayor peregrinación del cristianismo en los siglos posteriores, superando con creces al Camino de Santiago. Acabó por conducir no sólo a peregrinos sino también a comerciantes, banqueros, escritores y trovadores hasta la próspera Roma.
Fue en 1985 cuando el arquitecto Giovanni Caselli recuperó la vía a partir de los manuscritos que trazó Sigerico en su camino de vuelta hacia Canterbury.
La ruta en la actualidad no está acondicionada en su totalidad. Ni siquiera existe un mapa completo. Italia es el país que más se ha preocupado por recuperar esta vía de peregrinación.
Con un pequeño presupuesto, Raúl se propuso, a la misma edad que lo hizo Sigerico (40 años), afrontar una prueba de resistencia física y emocional como es la Vía Francígena. Uno de sus ideales fue vivir con lo minimo.
Empleó 87 días en el recorrido a pie de 2.149 kilómetros. La primera etapa, de Canterbury a Dover, está bien balizada. El canal de La Mancha lo hizo en ferry. Cruzó Francia hasta los cantones franceses en Suiza. Bajó en línea recta hasta el lago Lemán en Lausana. Bordeando el lago, subió a los Alpes por el paso del Gran San Bernardo, donde se crían los perros de esa raza.
Bajó hasta el valle de Aosta en Italia. Por antiguas vías romanas se sale a la llanura Pagana con sus arrozales. Como era verano, en esta zona le picaron múltiples mosquitos. Cruzó los Apeninos y, una vez en la Toscana, avanzó hacia Roma.
Raúl asegura que la señalización todavía es incipiente. A veces esto se solventa con algunas rutas transversales que van hacia el Camino de Santiago.
En el camino se encontró con muy pocos peregrinos. Los primeros fueron dos italianos cono los que coincidió en Cale. Posteriormente hizo amistad con el escritor inglés Harry Bucknall que es autor de un libro de viajes por Grecia. También coincidió con una peregrina que caminaba hacia Jerusalén.
Raúl dormía en escuelas, parroquias, conventos, albergues y también utilizó el couch surfing. En cierta ocasión llegó a un monasterio cisterciense, ahora cárcel, en donde tres monjas acogían a familiares de presos.
Después de la experiencia sobre el terreno, Raúl Santiago Goñi escribe dos libros, una novela que posiblemente se titule “Peregrino. Laberinto. Roma” y una guía sobre la Vía Francígena.
Conversamos con Raúl Santiago Goñi en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el lunes 7 de enero de 2013.
Puedes escuchar el audio del programa:
https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/1219740/audio-la-casa-palabra–recuerdo-enrique-meneses/
muy interesante
Ojalá pudiera hacer un viaje así y poder transmitir luego las experiencias en un libro.
Me parece muy bien y bueno
La vida está reflejada y marcada ante esos retos que parecen imposible, pero existen personas que hacen realidad aquello que un dia quisieramos hacer, sus relatos, vivencias, aventuras, travesías se convierten en tatuajes vivos impregnado en cada palabra escrita. Su ruta, es un libro que necesita ser impreso.. Mucho exito Raul y a todos los demás que han sido parte de PEREGRINO.
Hermoso. Espero poder hacer un viaje así pronto.