Rocío Gandarias tiene 22 años. Terminó la carrera de arquitectura naval y un master en ingeniería en la universidad de Southampton en Inglaterra. Con su novio y compañero de estudios, el belga Gaspar Van Hollebeke, pensaron buscar un velero para cruzar el océano Atlántico. Encontraron trabajo como tripulantes en un catamarán de una familia inglesa con la que navegaron de Lisboa a Canarias y de allí hasta Santa Lucía en las Antillas. Participaron en la regata ARC y fueron primeros en su categoría. En el Caribe, se subieron a bordo de varios barcos en donde ejercieron diversos oficios marineros. Regresaron hasta Coruña en un barco de la escuela de vela francesa. Tuvieron que soportar una fuerte tempestad.
Rocío Gandarias ha terminado los tres años de carrera de arquitectura naval y un master de un año en ingeniería naval en la universidad de Southampton. Tras los estudios, se sentía capacitada para surcar mares y hacer realidad su deseo de cruzar el océano Atlántico y navegar por las islas del Caribe.
En Internet vieron un anuncio de una familia inglesa con tres niños de 5, 7 y 9 años que buscaba tripulación para cruzar el Atlántico en catamarán. Se subieron a bordo en Lisboa rumbo hacia Lanzarote. La prueba de convivencia fue buena así que salieron de Las Palmas de Gran Canaria el 27 de noviembre de 2012 a cruzar el océano Atlántico hasta la isla de Santa Lucía.
Se apuntaron en la ARC, regata multitudinaria del cruce del Atlántico que tiene como meta Santa Lucía. Sin proponérselo, ganaron en la categoría de multicascos. Rocío había regateado antes en Inglaterra.
Un día después de su llegada, se apuntaron en un barco que necesitaba tripulación para ir hasta Antigua, un lugar de oportunidades para los marinos que buscan trabajo. Se trataba de un yate de lujo italiano de 25 metros de eslora. Iban Rocío, Gaspar y el capitán a quien le gustó su labor y les contrató. Rocío estuvo de cocinera y Gaspar de marino. Estuvieron 2 meses, 15 días navegaron con el dueño, su familia y amigos quienes se subieron a bordo en isla Margarita. Recorrieron las islas venezolanas de Blanquilla, Los Roques, Aves y las antillas holandesas hasta Curaçao.
Se comía mucho – una buena señal de que Rocío cumplía bien con su cometido – pero no tuvo tiempo para disfrutar de las maravillas caribeñas.
Regresaron a Antigua en donde trabajaron manteniendo el yate.
Era febrero de 2013 cuando un barco de 20 metros de bandera inglesa que iba hacia Bahamas les contrató para formar parte de su tripulación. El patrón era de Estadios Unidos. Arribaron en Nassau, en donde pusieron a punto la embarcación. Como premio les regalaron un billete de avión. Rocío se fue a San Martin y Gaspar a Martinica.
Rocío trabajoóen Sunsail, una empresa de charter. Necesitaban marinos para trasladar los barcos que habían participado en un importante regata e hizo abundantes travesías.
Tomó un vuelo para Dominica en donde la esperaba Gaspar para pasar una semana de vacaciones en una isla montañosa de vegetación exuberante, fuera de las rutas más turísticas.
Pensaron en regresar y lo hicieron con el traslado de un buque de la escuela de vela francesa. Fueron a Martinica a realizar los reparativos. Eran tres personas a bordo y, poco antes de partir, subieron a bordo a una chica francesa que hacía barcostop. Después se darían cuenta de que no fue una buena idea ya que no tenía ni idea de navegar.
Salieron tres barcos en escuadra el 29 de marzo de 2013. Esa noche oyeron un ruido en el timón. Decidieron parar en Guadalupe para hacer una revisión general de la nave. Pudieron haber naufragado.
Soltaron amarras definitivamente hacia las costas europeas el 6 de abril. Al poco, tuvieron un gran temporal en el que desapareció un velero.
Tocar tierra en Azores el 29 de abril fue una bendición. Estuvieron 11 días para luego navegar durante 9 días hasta Coruña. Rocío y Gaspar desembarcaron después de 8 meses de navegaciones y aventuras.
Rocío Gandarias estuvo en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el lunes 27 de mayo de 2013.
Puedes escuchar el audio del programa:
