Aritz Orruño y Esti Aguirre en bicicleta hacia la cordillera del Pamir.

Aritz Orruño y Esti Aguirre dieron sus primeras pedaladas en la isla griega de Rodas con la intención de llegar a las montañas del Pamir. En el camino disfrutarían de la sencilla vida sobre la bicicleta. A través de la costa turca, las montañas de Kurdistán y el hospitalario Irán, alcanzaron el tan deseado Pamir. Vivieron la ruta con tal intensidad que subieron y bajaron grandes barreras geográficas, se adentraron en valles profundos a donde no llega el asfalto. No pararon hasta llegar a Ulán Bator. Se subieron al Transiberiano y fueron a Moscú. En más trenes, un carguero y de nuevo en bicicleta regresaron a Vitoria-Gasteiz después de casi un año de andanzas.

Aritz Orruño y Esti Aguirre son de Vitoria-Gasteiz. La experiencia que tenían de cicloturismo era una vuelta por los Balcanes y algunos tramos por el Danubio.

Querían hacer una ruta más larga y pensaron llegar hasta un lugar que lo veían como mítico: las montañas del Pamir. En febrero de 2012 tomaron un avión a la isla de Rodas. Eligieron este destino porque el vuelo les salía barato y el aeropuerto era doméstico. Les daba pavor pensar en aterrizar en una ciudad grande como Estambul.

En un barco pasaron a la costa turca que está en frente. Entre playas y bosques llegaron a Kurdistán cuando entraba la primavera.

En las montañas kurdas encontraron las mejores gentes de todo el trayecto. Pasaron a Irán, cruzaron la cordillera de los montes Alborz hasta llegar al mar Caspio. Pedalearon por el desierto.

Estuvieron en Turkmenistán, Uzbekistán, pasaron por el valle de Surhandaria cerca de Afganistán. En Tayikistán tomaron la carretera LAM 41 que accede al Pamir. Es una proeza de ingeniería aunque está sin restaurar. Descansaron en Horog, la capital del Pamir. Bajaron hasta el valle de Waján que separa las montañas del Hidu Kush con las del Pamir. Está aislado, sin asfalto, por lo que se debe provisionar antes de partir.

Tuvieron suerte con el tiempo, subieron a un puerto de 4.600 metros en el plató del Pamir en donde apenas había nieve y tomaron el sol.

Kirguistán les sorprendió por los grandísimos desniveles. Se unieron a una pareja de franceses. A veces iban por pistas que les llevaban a pueblos remotos del Kirguistán profundo.

Se relajaron durante una semana en Almati, la ciudad de los petrodólares.

Cruzaron la estepa de China y la de Mongolia. Era finales de octubre y comenzaban a helarse los ríos. En Ulán Bator se subieron al Transiberiano dirección hacia Moscú y de allí en otro ferrocarril hasta Kiev. En Rumania se subieron de nuevo al tren hasta el Mar Negro. En Turquía pedalearon y en un mercante llegaron a Trieste por Navidad. En trenes regionales bajaron en la estación de Hendaia. Volvieron a casa en bicicleta el día de Noche Vieja.

Nos relató la aventura Aritz Orruño en el programa de Radio Euskadi “Levando Anclas” el 13 de octubre de 2013.

Puedes escuchar el audio del programa:

http://www.eitb.tv/es/radio/radio-euskadi/levando-anclas/1411324/1666064/en-bicicleta-hacia-el-pamir/

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