María Asun Sancho. Voluntaria en las Comunidades de Población en Resistencia en Guatemala.

 

Guatemala padeció una guerra civil de varias decenas de años. Pocas noticias llegaban a esta parte del mundo. Uno de los casos más silenciados en la década de 1980 fueron las Comunidades de Población en Resistencia (CPR). Campesinos indígenas que perseguidos por el ejercito de ocultaron en las montañas y en la selva. Desde 1994 María Asun Sancho visita asiduamente Guatemala donde acompaña a las CPR. Se ha concentrado en la comunidad Primavera del Ixcán. La ultima ocasión estuvo en octubre y noviembre de 2013. 

 Las Comunidades de Población en Resistencia, conocidas como CPR, se ocultaron en la sierra y en la selva de Guatemala. Los campesinos huían de la política de “tierra arrasada” promovida por los generales y presidentes Romeo Lucas García y Efraín Ríos Montt. Consistía en la técnica maoísta de quitarle el agua al pez, en este caso, aniquilar indiscriminadamente el hábitat de la guerrilla. El ejército entraba en las aldeas y arrasaba con todo: bienes, cosechas y personas. Para sobrevivir hubo tres opciones: salir al refugio mexicano u hondureño, quedarse bajo el control gubernamental en decenas de aldeas modelo –especie de campos de concentración- o esconderse en el corazón de la montaña y en el interior de la selva origen de las CPR.

Los que utilizaron esta tercera vía permanecieron de 1982 a 1994 moviéndose de un lugar a otro para evitar los bombardeos y el acoso constante del ejército. En esta situación de supervivencia extrema tuvo lugar una experiencia de autogestión y libertad que esbozaba una Guatemala nueva e igualitaria. Se crearon grupos de vigilancia, autodefensa, producción de alimentos, servicios de educación, salud, religiosos, deportivos y culturales. Esta sociedad alternativa y urgente se basó en la solidaridad y el apoyo mutuo. Las premisas fueron tierra, esperanza y revolución.

Después de una docena de años en la clandestinidad, en febrero de 1994 las CPR del Ixcán salen “al claro”, dejan la selva y se muestran a la luz pública para darse a conocer como población civil no combatiente.

ENTREVISTA CON MARÍA ASUN SANCHO.

¿Cómo  fuiste en 1994 a Guatemala como acompañante de las CPR? ¿Cuáles eran tus referencias?

“En 1993 hubo una delegación de las comunidades de las CPR tanto de la sierra como del Ixcán que visitaron el País Vasco. Pensaron que sería bueno el acompañamiento de la  comunidad internacional para romper el aislamiento y el silencio al que estuvieron sometidos. Necesitaban presencia internacional de civiles defensores de los derechos humanos que les apoyaron y protegieran.”

Ante el llamamiento de las CPR, ¿cómo reaccionó la solidaridad vasca?

“En 1994 fue masiva. Por aquel entonces rondaban las conversaciones para la firma de paz. Antes- en 1991- las CPR hicieron una declaración pública ante las instituciones, sectores sociales y la Iglesia para que se les reconociera como población civil que había pagado las consecuencias del conflicto armado interno y no un grupo guerrillero. De esta manera querían desmentir las informaciones del gobierno asegurando que en la sierra del Ixcán sólo había guerrilleros. Querían resaltar que eran población civil y que estaban perseguidos y masacrados.

Este mensaje llegó a diversas onegés vascas. Una de las organizaciones era Mugarik Gabe con la que yo fui. También había otras organizaciones como Askapena, Komite Internazionalistak y otras que hicieron el esfuerzo de mandar gente a Guatemala.”

 ¿Con qué te encontraste cuando fuiste en 1994?, ¿subiste a la sierra?

“La gente más preparada y más joven subieron como acompañantes a la sierra. Había que realizar largas caminatas. Yo no estaba preparada. Cuando fui a las comunidades ya tenía mis taquitos, casi peinaba canas, y decidí ir al Ixcán entre otras cuestiones porque era más accesible. Allí me asignaron el trabajo de alfabetización en cinco comunidades.”

Te quedaste tres años seguidos, de 1994 a 1997. ¿Cómo continuó tu relación con las CPR?

“Me di cuenta de que me sentía muy bien en contacto con la lucha. Sabes que vas por el buen camino y me enganché. Nuestra labor, además de ser testigos presénciales de la vida comunitaria, era acompañar a  líderes comunitarios a las diferentes reuniones que había en la capital. Todavía no se habían firmado los acuerdos de paz y algunos de estos líderes estaban amenazados.

Algunos supervivientes formaron en febrero de 1996 un asentamiento legal al que denominaron La Primavera del Ixcán y yo les acompañé en la tarea.

He procurado ir con bastante asiduidad de 1994 hasta la actualidad. Soy la acompañante más veterana de las que estuvimos en las comunidades. Hacer este seguimiento es parte de mi lucha. Allí dicen “la vida es lucha y se lucha siempre” y yo así lo veo.”

¿Cómo ha sido la evolución de las CPR hasta hoy?.

“Con los acuerdos de paz se abrieron unas expectativas de cambio muy buenas pues la gente estaba muy cansada de tantos años de conflicto armado. Desgraciadamente  han llegado otras problemáticas como los megaproyectos que el gobierno del presidente Otto Pérez Molina (genocida junto Ríos Montt, fue una de sus manos derechas en la política de tierra arrasada) viene implantando. En Ixcán se han autorizado a seis empresas canadienses para realizar exploración petrolera. Más de 18.000 personas rechazaron el proyecto en consulta comunitaria.

 La amenaza actual en las comunidades indígenas es la minería, las hidroeléctricas y el cultivo de palma africana. Hay una gran lucha por la defensa del territorio. Incluso se está viendo ahora cómo constituir un gran frente nacional común por la defensa del territorio.”

En 2004 fuiste con unas amigas a Guatemala y os asaltaron. ¿Cómo fueron los hechos?

Fue una anécdota que ahora la podemos recordar como un curiosidad pero en su momento casi nos morimos del susto. En el 2000 me tomé otra excedencia hasta el 2004 y me fui a Guatemala.

A dos amigas, una de Oñati y otra de Bilbo, se les ocurrió que tenían ganas de conocer de primera mano las CPR y les animé a venir.

Aterrizamos encantadas en Guatemala. Teníamos como misión hacer una aportación de dos millones de pesetas –doce mil euros- para la creación de una escuela ya que en Primavera del Ixcán se estudia desde 1996 en galeras, escuelas de troncos sin ningún tipo de infraestructura, muy deterioradas por el paso del tiempo. Llevábamos ese dinero que habíamos recaudado con mucho esfuerzo en Euskadi.

Lo teníamos en traveller’s checks. En el banco me hicieron firmar todos los cheques uno por uno. Después de estar todo el día en el banco, nos dimos cuenta de que era imposible hacer la transferencia bancaria a la comunidad. Resultó ser una estrategia para robarnos los cheques. Según llegamos a la pensión nos tiraron  la puerta abajo, eran como unos 15 policías, nos atracaron y se llevaron todo, entre ellos los traveller’s cheks.

Intervino la Embajada de España, la INTERPOL y finalmente, después de dos largos meses de pelea, pudimos recuperar esos dos millones. Todo quedó en un gran susto y esto nos motivó para a crear una asociación autogestionada a la que hemos llamado Zazpi Daberri.

Después de estar tantos años en contacto directo con las familias y conocer sus necesidades de primera mano, vimos que era una buena forma de hacer solidaridad. Nos llamamos Zazpi Daberri porque fuimos siete a las que se nos ocurrió comenzar con la idea.

Primavera del Ixcán son 10 comunidades, 10 etnias con diferentes lenguas y tradiciones. Son 420 familias y unos 18.000-19.000 habitantes que  todavía revindican  todo el sufrimiento que han padecido.”

La entrevista con María Asun Sancho se emitió en el programa de Radio Euskadi “Levando Anclas” el 2 de marzo de 2014.

Puedes escuchar el audio del programa:

http://www.eitb.tv/es/radio/radio-euskadi/levando-anclas/1411324/2046678/laos-en-bicicleta-tibet-y-cachemira-guatemala-madagascar/

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