Rodrigo Ibarrondo con chamanes en Mongolia. El sonido del planeta tierra

Rodrigo Ibarrondo siente la llamada de la naturaleza. Vive en una cabaña de pasiego en la montaña de Cantabria. Ha estado cuatro veces en Mongolia, siempre a caballo por las estepas. La primera fue en 2009 donde cabalgó por el desierto del Gobi. Al año siguiente estuvo tres meses en donde contactó con Gose, maestro de chamanes, quien le inició en una ceremonia en donde contactó con las sutiles fuerzas de la naturaleza.

 

Una semana antes de emprender el segundo viaje a Mongolia, Rodrigo caminaba por Barcelona  cuando le vino una imagen a la mente mientras pasaba por la librería Altair. En ella, bajaba por unas escaleras y se iba a donde estaban los libros de Mongolia. Había uno que era para él. Pensó: “¡Qué carajo! Me voy a meter a ver lo que sucede”. Lo que había visto en su mente correspondía a la realidad. En el lugar exacto estaban los libros de Mongolia y allí sintió uno de ellos con el título de “El niño de los caballos”. Es la historia real de un niño autista de los Estados Unidos. El padre, después de probar muchas terapias, descubre que los chamanes de Mongolia pueden ayudar al niño gracias al contacto con los caballos. Este chaman se llama Gose. En una sola sesión el niño se ve mejorado.

Rodrigo estaba muy vinculado a los caballos y curiosamente Goste vivía en la región a la que se dirigía en una semana. Le pareció algo misterioso e increíble que todo coincidiera. Se sintió obligado a ir a ver a este chaman pero se preguntaba, ¿para qué?.

 El viaje le fue mostrando paso a paso cuál era su objetivo final. Llegó a Ulán Bator, se metió en una tienda de instrumentos musicales y se compró una arpa de boca. Se trasladó al norte de Mongolia, a la provincia  de Khuvsgol, en donde se encontraba Goste. Hay un lago de 150 kilómetros de largo, es una zona de taiga muy parecida a Siberia.

Allí le esperaba un amigo nativo que conoció en su primer viaje. Rodrigo le habló del libro y la necesidad de llegar hasta el chamán. Cabalgaron durante 10 días atravesando las montañas del norte.

Cuando llegaron a su destino, les presentaron a Goste y Rodrigo le pidió que le enseñara sobre sus tradiciones chamánicas. Le rechazó por ser extranjero y ni tan siquiera sabía el idioma.

Rodrigo acudió a donde el hermano de Goste, también chamán, quien les invitó a una ceremonia.

Son nómadas de la etnia Tsaatan, pastores de reno de cultura siberiana. Provienen de Tuba. Se refugiaron en Mongolia en la década de 1940 huyendo de los soviéticos que les perseguían para que trabajaran en las fábricas. Habitan en tipis.

La ceremonia es muy intensa. Alrededor del fuego se tocan tambores y bailan hasta entrar en trance. Al día siguiente vinieron un montón de renos que rodearon a Rodrigo. Lo entendió como una interpretación.

Poco a poco se fue acercando a Goste. Le demostró que estaba allí de corazón hasta que un día el maestro de chamanes accedió a enseñarle. El vio que Rodrigo tenía un sentir muy fuerte con la naturaleza.

 Realizaron una ceremonia a la noche en la que Rodrigo tocó el arpa de boca. Nos explica: “Fue increíble la experiencia porque tuve una visión. Estuve viendo, sintiendo e incluso escuchando. Con la vibración que produce el arpa y la respiración acelerada, se genera un tipo de trance, la repetición de esa frecuencia de sonido al igual que la del tambor producen cierta frecuencia en el cerebro que te abre a recibir información sutil que te transmite el fuego, un árbol, las estrellas… Tienes los ojos tapados y empiezan a venir imágenes. Se mostró el fuego. El fuego es la liberación de la memoria, la materia que se quema y se convierte en luz, en conocimiento. Otra de las imágenes es que estaba fuera del planeta, lo observaba. La luna la tenía en frente y el sol a la derecha. Escuchaba el sonido del giro de la tierra. Era algo parecido al “om” de los hinduistas y budistas. Cuando se terminó creía que llevaba 40 minutos, miré al reloj y habían pasado 3 horas y media. Fue como beber información directa de la naturaleza.”

“A partir de ahí tuve un proceso de iniciación. Cuando llegué a España comencé a cantar a los ríos, a las montañas, a los árboles. Me comunicaba con ellos, con árboles y animales que están vivos, somos tan necios que pensamos que no pueden comunicarse porque no hablan pero hay modos más sutiles. Me comunicaba con los árboles y recibía información en forma de inspiraciones. Así lo entiendo yo. Son cuestiones muy delicadas.”

Tras esta experiencia comienza a sentir la vida de otra manera y decide hacer un viaje para conectar con la naturaleza de verdad. Recorrió durante 18 meses Iberia en compañía de una yegua.

Volvió dos veces más a Mongolia e incluso a Estados Unidos y México. Ha estado con los hopis en Arizona. Tuvo la suerte de hacer amistad con un nativo que le introdujo en ceremonias tradicionales de danzantes.

Rodrigo Ibarrondo organiza viajes a caballo por Mongolia.

tierralibre@outlook.com

Rodrigo Ibarrondo participó en el programa de Radio Euskadi “La Casa de La Palabra” el 30 de marzo de 2014.

Puedes escuchar el audio del programa:

https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/2128104/javier-reverte-paisajes-mundo/

 

 

2 thoughts on “Rodrigo Ibarrondo con chamanes en Mongolia. El sonido del planeta tierra

  1. Gisela Barrios

    Hola Rodrigo, me gustaría la dirección del chamán en Ulan Bathor ¿Me la podría facilitar, amigo? Gracias gracias

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  2. ROXANA PRIETO

    Hola Rodrigo, a mi también me gustaría la dirección del chamán en Ulan Bathor ¿Me la podría facilitar?
    He tenido visualizaciones de que tenia el poder de sanar y ayudar a personas y me gustaria saber más del tema.
    Muchas gracias

    Responder

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