Martín Solana, de Buenos Aires a Santoña en moto.

Martín Solana quiso rememorar el viaje de la carabela Santa María del santoñés Juan de la Cosa y, de esta manera,  descubrir  América con sus propios ojos. Se  fue con su moto a circular alrededor de Sudamérica de diciembre 2013 a febrero de 2014. Las peripecias vividas las transmite en un libro autoeditado con el título: “En moto por Sudamérica. 22.000 kilómetros de Buenos Aires a Santoña”.

 

Martín Solana (Santoña, Cantabria, 1979) inició su afición a la moto en 2006. Hizo viajes por Europa y Marruecos. Participó en el rally Albania en 2012 y durante 15 días recorrió en solitario Escocia en moto. Esto le dio pie para escribir su primer libro “Escocia, I’ll never ride alone”.

Ahora se autoedita una nueva publicación en donde se recogen sus crónicas viajeras girando por Sudamérica.

Martín me enviaba para preparar la entrevista el siguiente texto:

Mi viaje empezó con la mesa llena de mapas y pensando, sin demasiado convencimiento, que algún día estaría bien intentarlo. Está claro que dejar tu vida cotidiana 3 meses es una locura y estamos tan atrapados en nuestra rutina y nuestros miedos que intentamos convencernos de que es imposible. Pero al otro lado de la balanza está el premio del viaje de tu vida y ejerce el peso suficiente como para dejar de pensar de forma racional. 

Un día decides dejar de pensar en consecuencias y te pones a unir puntos en un mapa. Te das cuenta que Buenos Aires es una ciudad con demasiado encanto como para no estar deseando visitarla. Ver las ballenas nadando a tu lado en la Península Valdés es uno de los mayores espectáculos naturales y llegar a Ushuaia tiene esa magia de llegar al final del camino en la ciudad mas austral del mundo y habiendo cruzado para alcanzarla el Estrecho de Magallanes que para alguien de mar como yo, siempre hace que se te encoja el alma pensando en sus primeros descubridores.

La Patagonia es como el mar o como el desierto. Te embruja con esa magia de lo inóspito pero con su fuerte viento y las condiciones tan extremas te hace ver que no eres tu quien manda. Sientes que cualquier error por allí te puede costar caro.

Otro de aquellos puntos bien marcados en el mapa era el Perito Moreno y por mucho que sepas de antemano, que lo tengas mas que visto en fotos y vídeos, estar frente a esa bestia de hielo tan viva y escuchar su sonido te vuelve a dejar embobado durante horas.

Recorrer en moto la Ruta 40 paralela a los Andes, cruzar al otro lado de la frontera y hacer la Carretera Austral es uno de esos momentos de éxtasis motero.

Porsupuesto que todo este recorrido está mas que aderezado con el contacto con las personas que te vas encontrando por el camino. Viajando solo se agradece mucho mas la cercanía de la gente ya sea en una gasolinera, en un albergue o en las casas de los muchos moteros que me han alojado. Esta es la gran diferencia entre mi viaje y el típico de luna de miel en el que te van moviendo de avión en avión par a hacerte la foto en cada uno de los sitios importantes que de esta forma quedan totalmente desnaturalizados.

Seguí recorriendo Chile aunque con varios pasos mas de la Cordillera. Pasé por Bariloche, San Martín de los Andes y vuelta para Santiago donde aproveché para hacer mantenimiento a la moto y donde coincidí con otros viajeros españoles que estaba dando la vuelta al mundo en moto. Rodé unos días con un griego y un brasileño que me encontré con problemas mecánicos y a los que ayudé a seguir camino.

Me tomé mi tiempo por Atacama disfrutando de cada pista que unía pequeños pueblecitos de la costa o del interior. Crucé una vez mas la frontera por el famoso Paso San Francisco a casi 5.000m. de altura y me emocioné al encontrarme allí arriba con la Laguna Verde.

Otro de los objetivos de mi viaje era coincidir con el Dakar en su nueva versión americana. Durante un tiempo fui piloto de rallys y tenía algunos amigos luchando contra la carrera mas dura del mundo. Ellos me habían prometido que si yo conseguía llegar allí en mi moto, harían todo lo posible para meterme dentro del vivac y durante tres días formé parte de aquel circo de gente que lucha por sobrevivir a esa carrera buscando únicamente la gloria de terminarlo.

Crucé a Bolivia junto a unos hermanos argentinos que estaban de ruta por allí y todos los astros se alinearon a mi favor para regalarme la experiencia de mi vida. Rodar por el Salar de Uyuni totalmente en solitario en un día de sol increíble y sobre una fina capa de agua que hacía que los reflejos te dibujasen otro cielo bajo las ruedas.

Comprobé que la ciudad de La Paz no hace honor a su nombre por el absoluto caos circulatorio pero que una vez aparcada la moto te muestra otro panorama mucho mas amable a la vista e insufrible para tus pulmones en cuanto quieres andar 50m. cuesta arriba. 

Desde allí fui a la Carretera de la Muerte que hoy no es mas que una ruta turística pero que viendo las cruces junto al abismo te hace pensar en la suerte de sus 4.000 víctimas por el mero hecho de vivir al fondo de aquel valle y que estaban obligados a pasar por ese tramo en el que demasiadas veces fallaba el talud al cruzarse dos camiones o dos autobuses.

Recorrí el Sur de Perú notando enseguida el cambio de comidas y encontrando una sociedad menos cerrada en sus clases que la boliviana. Pasé unos días en Cuzco con la visita obligada a Machu Picchu donde el exceso de grandiosidad histórica con poco rigor de los guías no consiguió desmerecer la visita. 

Volviendo a cruzar la Cordillera en dirección a la costa sufrí los rigores del viaje con una indisposición de altura en mitad de la nada que me obligaba a parar cada 15km. para vaciar mi estómago por vía oral. Con la falta de oxígeno, la deshidratación y los rigores de aquellas pistas se pusieron a prueba todas mis dotes de supervivencia pero en ningún momento perdí la sonrisa por estar viviendo intensamente.

Vollví a cruzar la zona Norte de Atacama pero esta vez me pareció mas tediosa, monótona y aburrida. Tal vez por el sentimiento de estar de vuelta y mas cerca del final de mi viaje. Crucé por última vez la cordillera por el Paso de Jama, casi marciano en sus paisajes.

Recorrí a mas de 40ºC el Norte de Argentina por interminables rectas infestadas de mariposas que se pegaban al radiador de mi moto y hacía que la temperatura del motor subiera. 

Llegué a Iguazú para ver otra de las maravillas de la naturaleza aunque en este caso algo descafeinada por todo el “Disneyland” de hormigón y tiendas de recuerdos que tienen allí montado y crucé a Brasil para visitar a mi amigo Luiz Paulo con quien había coincidido por Patagonia.

Desde allí me quedaba la vuelta a Buenos Aires en un cruce de sentimientos continuo pensando por un lado lo bien que había salido todo el viaje pero a la vez con la enorme pena de que se terminaba.

Para la ida mi moto viajó en barco desde Valencia pero la vuelta no quería que fuese así. En estos viajes se forja una relación especial entre moto y piloto y no me parecía justo que se terminase metiéndola en un frío contenedor para cruzar el Atlántico durante un mes allí encerrada. Yo quería llegar a Santoña montado en mi moto y para eso gasté mis últimos ahorros para que viajase conmigo en avión a Madrid.

Esa última etapa, volviendo al frío invierno del hemisferio Norte me dio para muchas reflexiones aunque poco a poco se fue transformando por el recibimiento en mitad del camino por amigos moteros o ya en casa por familiares ya amigos.

La vuelta a la rutina fue demasiado dura. Me puse a trabajar inmediatamente en la autoedición de un libro sobe del viaje como terapia para no abandonarlo de golpe. Me enfrenté a la maquetación, registro, búsqueda de imprenta y todo aquel esfuerzo se ció sobradamente compensado el día en que llegaron a casa. Tenerlo en mis manos significaba que este viaje no terminaría nunca porque lo escrito queda para siempre.

Perdona por la extensión pero es que me sigo emocionando solo de recordarlo.

Martín Solana.

Para conseguir el libro “En moto por Sudamérica. 22.000 kilometros de Buenos Aires a Santoña”  acudir a : www.martinsolana.com

Martín Solana ha intervenido en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el miercoles 20 agosto 2014.

Puedes escuchar el audio del programa:

https://www.eitb.eus/es/radio/radio-euskadi/programas/la-casa-de-la-palabra/audios/detalle/2490714/martin-solana-sudamerica-moto/

 

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