El Parque Nacional de Yasuní se ubica en la región amazónica ecuatoriana, en las provincias de Orellana y Pastaza. Está declarado Reserva Mundial de la Biosfera. Estudios científicos aseguran que es la región de mayor diversidad biológica del mundo. En 1999, una parte del parque fue declarada como “zona intangible”, como espacio de excepcional importancia cultural y biológica en donde no puede realizarse ningún tipo de actividad extractiva debido a su valor ambiental. Sin embargo, está muy amenazado por las compañías petroleras y madereras. Martín Mantxo ha viajado durante este mes de septiembre a Quito y a Yasuní para conocer directamente la lucha de movimientos ecologistas como Yasunidos.
Martín Mantxo es miembro de Ekologistak Martxan. Ha tenido la oportunidad de estar en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, la Cumbre de los Pueblos en Lima y ahora acaba de llegar de conocer de cerca la problemática del Parque Nacional de Yasuní.
Se ha relacionado con la gente de Yasunidos, movimiento que nació para conservar el Parque Yasuní.
Otras de las visitas de Martín fue a Intag, un valle cercano a Otavalo. Es semi tropical y volcánico. Es otra de las referencias de la lucha ambiental y de resistencia a las transnacionales. Existe un movimiento antiminero, ecologista e indigenista que intenta evitar la extracción de cobre a cielo abierto, una de las más contaminantes pues, como el oro y la plata, se hace por el método de lixiviación: extracción de roca que se pulveriza y se lava con mucha agua mezclada con mercurio o cianuro para separar las micropartículas de cobre. Este agua contaminada es un gran riesgo para el ecosistema, especialmente en lugares como Intag que es fuente de diversos manantiales que riegan el valle.
Finalmente, visitó a la comunidad de Ñoneno en el Parque Nacional de Yasuní. Viven en oposición a la actividad petrolera y sufriendo sus efectos.
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