Durante las cuatro últimas semanas hemos relatado las vicisitudes del vuelo de cinco jóvenes águilas pescadoras liberadas en el marco del programa de recuperación de la especie en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Podemos seguir el viaje de estos ejemplares gracias a un dispositivo que llevan incorporado y que informa sobre la ruta migratoria, así como la velocidad, altura y dirección del vuelo. Uno de ellos, “Humboldt” ha llegado a su destino y se encuentra en la cabecera del río Gambia en el parque nacional Niokolo Koba en Senegal. Es un espacio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Nos informa Aitor Galarza director del proyecto de recuperación de esta especie en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
“Humboldt” es la única águila pescadora con transmisor que ha llegado sana y salva a su destino africano. Las demás han perecido en su vuelo intercontinental.
Aitor Galarza tuvo la oportunidad de visitar las pasadas navidades el parque nacional de Niokolo Koba en Senegal. Curiosamente es en donde ha llegado el águila “Humboldt”. Quizá el mes que viene le vaya a visitar. De momento, esta es la última crónica que nos escribe sobre la migración del águila pescadora de Urdaibai hacia Senegal.
“Relatábamos la semana pasada que Humboldt, un ejemplar macho que inició su viaje migratorio el 9 de setiembre, había ya atravesado la cordillera del Atlas, y tras cruzar todo el desierto del Sahara se encontraba a unos 150 km al norte del río Senegal, próxima ya a la zona donde invernan las águilas pescadoras y, por tanto, cerca del final de su peligroso viaje.
El miércoles pasado, Humboldt sobrevoló el río Senegal, un río que nace en Guinea, tiene un recorrido de unos 1790 km gran parte de los cuáles discurren marcando la frontera entre Mauritania y Senegal. Humboldt no llegó a parar en el río Senegal, probablemente porque en esta época del año el río viene caudaloso y turbio lo que dificulta sobremanera la pesca. Humboldt se dirige más al sur hasta llegar el día 25 a la cabecera del río Gambia, en el corazón del Parque Nacional Niokolo Koba en Senegal. Ha necesitado 16 días para recorrer los 3.400 km que le separan de Urdaibai.
El Parque Nacional Niokolo Koba es un espacio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ya que es el último refugio de grandes mamíferos del África occidental. En sus más de 900.000 ha aún sobreviven leones, leopardos y perros salvajes y una gran cantidad de herbívoros, entre los que destaca el Eland gigante. Además, en su zona montañosa, cercana a la frontera con Guinea, hay una población de unos 250-400 chimpancés que está siendo monitorizada por personal de la Fundación Jane Goodall. Esta población de chimpancés tiene la particularidad de ser la más septentrional de África y la que, desde el punto de vista del comportamiento, más cercana está del ser humano. El río Gambia atraviesa el parque natural y es el refugio de cocodrilos e hipopótamos, así como del Búho pescador y el Pigargo vocinglero, siendo además un lugar idóneo para la invernada de las águilas pescadoras.
Dábamos cuenta la semana pasada de que una de nuestras águilas, Iradier, había muerto en el norte de Almería, con toda probabilidad, depredada por un Búho real. Esta rapaz nocturna es más corpulenta y de mayor tamaño que el Águila pescadora y es junto con el Zorro y la Marta uno de sus escasos enemigos naturales. Nueve agentes forestales de la Junta de Andalucía trillaron la zona del monte desde donde se recibieron las últimas señales del satélite hasta encontrar el dispositivo y enviárnoslo de vuelta al Urdaibai Bird Center.
Contábamos que el porcentaje de mortalidad de las jóvenes águilas pescadoras en la Naturaleza es muy alto, superior al 20%. Las causas de esta mortalidad son múltiples. Entre las causas de muerte natural una es la depredación, tal y como hemos podido comprobar en el caso de Iradier. Otra es la inexperiencia juvenil que hace elegir la ruta peor, no saber medir las fuerzas antes de iniciar la migración o no ser capaz de pescar eficientemente.
Sin embargo, hay causas de muerte que nada tienen que ver con la Naturaleza, sino que se derivan de la actividad humana. En Europa una de las más importantes es la producida por la red de electricidad que produce la muerte anual de miles de aves por choque contra el cableado o electrocución en los apoyos. Las aves que se ven más afectadas son las de gran envergadura, principalmente garzas, cigüeñas y rapaces. En Doñana por ejemplo, durante años los científicos se preguntaban a dónde irían a parar los pollos de Águila imperial que nacía cada año. Cuando se pusieron a investigar la respuesta fue demoledora: la mayoría morían electrocutados en cuanto abandonaban el Parque Nacional.
Darwin fue la última de las águilas en iniciar el viaje migratorio. Lo hizo el domingo día 21 de setiembre para lanzarse directa hacia el sur. Tras sobrevolar el valle de Aramaiona y el Parque Natural de Izkiz hizo un alto en su periplo migratorio para pernoctar en el valle riojano de Iregua. Los días siguientes las señales que recogía el satélite indicaban que Darwin no se había movido de la zona, lo cuál era extraño y no aventuraba nada halagüeño. Técnicos del Urdaibai Bird Center se personaron días después en el lugar y encontraron su cadáver junto a una torreta eléctrica: Darwin había elegido una mala percha para pasar la noche. Junto a Darwin encontraron además los restos de un Cernícalo común y una Corneja negra.
Durante el programa de reintroducción de la Cigüeña blanca en Urdaibai se constató el elevado tributo que los tendidos eléctricos hacían pagar a la población de cigüeñas que se quería reintroducir, afectando al 20% de los ejemplares. Afortunadamente en los años posteriores se acometió la corrección de aquellos tendidos que resultaban peligrosos de forma que en la actualidad el peligro de electrocución o choque es bajísimo en toda la Reserva de Urdaibai”.
Aitor Galarza estuvo en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el martes 30 de septiembre de 2014.
Puedes escuchar el audio del programa:
