Antonio Aguilar Ortín, descubriendo las Siete Hermanas de India.

El sevillano Antonio Aguilar Ortín viaja desde antes de ser mayor de edad. Sus deseos de aventura le han llevado a compartir la rutina de lo nómadas que aún cruzan el desierto comerciando con sal, con guerrilleros en montañas militarizadas entre India y Pakistán, con refugiados en conflictos armados o a adentrarse en junglas para conocer tribus raramente contactadas. Le gusta la antropología, conocer etnias y comunidades perdidas. En su ultimo periplo, ha permanecido 20 meses en Asia. Uno de los lugares más singulares que ha conocido son las Siete Hermanas de India. En los dos meses que las recorrió en su integridad, no se topó con ningún otro extranjero. Son siete estados que no se asimilan en nada con el resto de India. Ni siquiera hablan hindi y sus rasgos faciales difieren del resto del país.

 

Antes de los 18 años, Antonio Aguilar Ortín pasaba las noches con lecturas de viajeros del pasado. Soñaba con las aventuras de autores como Ibn Batuta, René Caillie, Richard Burton o Hiuen Tsang. Su curiosidad por querer ver qué era verdad en esos mundos que leía, le ha llevado a echarse la mochila al hombro. Suele viajar con escaso presupuesto, a pie, en autostop o en transporte público. Le atraen las comunidades tribales y las zonas donde el impacto de culturas ajenas es pequeño y mantienen la propia. También se interesa por las diferentes religiones y corrientes espirituales. Ha convivido con anacoretas en monasterios y cuevas de diferentes geografías.

Hace dos años trabajó de guía de un equipo que rodaba un documental por África. Con lo ahorrado, se fue una vez más sin billete de vuelta. Estuvo en los siete Emiratos Árabes, Omán, India, Nepal, Sri Lanka, Malasia, Singapur, Indonesia, la isla de Borneo, Filipinas, Vietnam y China, a donde llegó sin dinero. Buscó trabajo como profesor de idiomas en Chengdú, en la provincia de Sichuan.

Las Siete Hermanas de India son siete estados del noreste del país que hacen frontera con Bangla Desh, Birmania y Tíbet. No se parecen al resto de India. Son tribales. No hablan hindi, no hay muchos practicantes de la religión hinduista y ni tan siquiera comen con picante.

Para visitar algunos lugares hay que solicitar un permiso especial. Por ejemplo, para llegar al monasterio de Tawang, en donde fue acogido el Dalai Lama cuando se exilió del Tíbet. El acceso es complicado. Es un valle entre Bután y el Tíbet. Antonio se presentó como peregrino y permaneció 10 días con los monjes.

Fue hasta Menchuka, frontera con Tíbet, un lugar remoto que se identifica como Shangri La. Fue en busca de una de las cuevas en donde estuvo uno de los fundadores de la religión sij.

Estos y otros lugares insólitos nos los describe Antonio Aguilar Ortín en el programa de Radio Euskadi “Levando Anclas” el 9 de agosto de 2015.

http://www.historiasdenuestroplaneta.com

Puedes escuchar el audio del programa: http://www.eitb.tv/es/radio/radio-euskadi/levando-anclas/2514928/3407652/las-siete-hermanas-de-la-india-fuentes-del-rio-mekong/

 

 

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