Borja Barreto Ponce confinado 60 días en un hotel en Singapur.

El marino Borja Barreto Ponce relata el shock que tuvo al volver a Europa después de 60 días confinamiento en la habitación de un hotel en Singapur. Se encontraba en aguas internacionales cuando tuvo que volver rápidamente a puerto pues se cerraban las fronteras de Singapur. Permaneció durante casi 60 días. Durante su confinamiento paso una amigdalitis. Fue tratado exquisitamente por los sanitarios de este país asiático donde se guarda rigurosamente las medidas para prevenir el virus del Covid-19.

Borja Barreto Ponce tiene tres carreras relacionadas con la mar: ingeniero naval, diseñador naval y marino mercante. Es de Hondarribi, navega desde los siete años y durante estos días reside en su barco “Altair”, tiene 12 metros, es eléctrico, el sistema de propulsión está fabricado y diseñado por Borja y Xabier Prats. Trabaja en Ibaizabal Tankers, una naviera que supervisa la tecnología de petroleros. Se encontraba en Singapur cuando la pandemia del Covid-19 cerró las fronteras de este país. Ha permanecido durante 60 días confinado en la habitación de un hotel.  En total la aventura ha durado desde que aterrizo en Singapur el 5 de marzo hasta que despego el 4 de mayo. Opina que la lucha en Singapur para combatir el virus es ejemplar en contraste con lo que ha encontrado al aterrizar en Europa.

Borja Barreto Ponce ha estado casi 60 días confinado en la habitación de un hotel en Singapur. Trabaja en una naviera vasca que supervisa la tecnología de petroleros. Fue a reparar el casco de dos petroleros que colisionaron en aguas internacionales cerca de Singapur.

Una vez realizado el arreglo, desembarco 3 horas antes que Singapur cerrara fronteras para parar los contagios del Covid 19.

Sugirió a su empresa quedarse y montar la oficina en la habitación del hotel. Poco a poco la evolución de la pandemia fue avanzando y las autoridades fueron incrementando las medidas de confinamiento.

Borja en mitad de su estancia sufrió una infección de garganta y una noche tuvo un repunte de fiebre. Inmediatamente llego una ambulancia al hotel y fue trasladado a un hospital. El trato del personal sanitario fue exquisito y se curó tomando antibióticos  a los tres días.

Borja quedo admirado por el seguimiento que hacen en Singapur a la pandemia y las medidas que toman para defenderse de ella. Contabilizan los casos exactos, hacen un histórico de todas la personas enfermas, hay un mapa interactivo donde se indican donde está localizado cada uno de los caso y es obligatorio el uso de las mascarillas.

Después de 60 días de férreo confinamiento su sorpresa fue mayúscula al llegar a Europa. Hizo una escala en Ámsterdam en donde los pasajeros se acumulaban.  El avión que le llevo a Madrid estaba a tope con todos los asientos ocupados.

Cuando aterrizo en Barajas no tuvo ningún control ni tampoco cuando alquilo el coche para venir de Madrid a Bilbao.

Este es el correo que Borja Barreto Ponce escribía a sus amigos nada más llegar al País Vasco:

Recién llegado de Singapore y tras lo que me he encontrado a mi regreso quisiera informar sobre las deficiencias u omisiones que delatan nuestra ignorancia y/o negligencia en cuanto a Gestión de pandemias se refiere y en particular a la covid.

Salgo de mi hotel de Singapur el domingo 3 de mayo a las 20:30 rumbo al aeropuerto, llevo encerrado en la habitación de un hotel 60 días, donde incluso he pasado una amigdalitis. El hotel fue requisado por el Gobierno para albergar a todos los viajeros que llegan por tierra mar o aire durante los primeros 14 días. Todos llevamos máscaras y por supuesto no puedes ver un solo rostro completo sin máscara en ninguna parte de la ciudad, ya antes del lockdown casi 1/3 las llevaban.

Comentar que los controles de temperatura en Singapur se hacen en todos los edificios en el acceso repetidas veces tantas como hayas salido y vuelvas a entrar,  y al acceder a algún comercio has de dar tus datos y teléfono.

Hago el check-out y agradezco al hotel su buena gestión.

El taxi me está esperando por su puesto con su máscara.

El aeropuerto está casi vacío, todo el Mundo con máscara.

En el avión hasta Ámsterdam vamos distanciados, nadie tiene a su lado a ninguna otra persona.

Pero al llegar al aeropuerto de Ámsterdam empiezo a observar la diferencia con respecto a Asia.

Por los pasillos circulan todo tipo de personas sin máscara, es un aeropuerto, nudo de cruce de miles de viajeros.

Embarco en el siguiente vuelo rumbo a Madrid, el avión lleno, sin inter espacios, algún viajero lo comenta a las azafatas, una de ellas se ríe, vuelo KLM 1770.

Soy el primero en salir del avión, hay delante de mí una fila de 7 Guardias Civiles, les miro pero no recibo ninguna instrucción, las personas vienen detrás mío así que sigo hacia ellos mirándoles; uno reacciona y se moviliza hacia mi dado que la cinta cierra nuestra salida, lo comprende y viene a abrirla, yo espero que me pregunten de donde vengo, me midan la temperatura y me tomen datos e informen de que deberé aislarme 14 días pero para mi asombro cuando ya estoy saliendo hacia espacio abierto del aeropuerto solo alcanza a preguntarme:

-de donde viene?

-de Asia (le digo)

-vale, prosiga…..

Puedes escuchar el audio del programa: https://www.eitb.tv/es/radio/radio-euskadi/levando-anclas/6630991/7231577/60-dias-confinado-en-un-hotel-de-singapur-islas-gilicuba-alaska-usuaia/

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