Stop Accidentes de Tráfico

Ayer tuvo lugar el segundo ‘road-show’ organizado por Stop Accidentes País Vasco en el teatro San Agustín de Durango. Al acto de sensibilización acudieron los alumnos de bachiller y grado de los centros escolares Ibaizabal, Maristas, Jesuitas y el Instituto Fray Juan de Zumarraga. Las jornadas se dividieron en dos sesiones de una hora y en ellas el público escuchó el testimonio de personas implicadas en accidentes de tráfico.

Karmelo, municipal durangués desde hace veinte años; Joseba, treinta años al servicio como bombero del parque de Iurreta; Álvaro, miembro de la DYA de Bizkaia; Pedro, enfermero de lesiones medulares; Pilar, lesionada medular; y, Rosa Trinidad, delegada de Stop Accidentes País Vasco, fueron los encargados de compartir sus vivencias.

“Te hiela la sangre”, confesó Karmelo mientras recordaba cómo en uno de sus turnos vio a una chica conduciendo ebria en sentido contrario y la discusión que tuvo con los amigos de la joven. “Todos dicen lo mismo, que controlan”, dijo al rememorar el momento en que los acompañantes de la chica le discutían que fuera en malas condiciones. Tal y como él mismo explicó, son muchas las veces en las que tiene broncas o discute con jóvenes por estos motivos: “No es agradable, pero esas noches puedo irme tranquilo, porque sé que esos chicos dormirán en sus casas”.

Una de las peores partes en el rescate de un siniestro se la llevan los bomberos, como es el caso de Joseba, cuya misión es sacar a los heridos atrapados: “Lo peor es ver a alguien que no puede salir del vehículo, que te mira y te pide que le saques”. A sabiendas de que “a veces no hay marcha atrás”, invitó a los jóvenes a ser prudentes en la carretera: “Estáis en una edad maravillosa, pero un descuido puede acabar con vuestra vida o con la de otros”.

Álvaro se mostró escandalizado con los absurdos motivos por los que algunas personas circulan con exceso de velocidad. Recordó un caso, con víctimas mortales, en el que un grupo de jóvenes se accidentó tras un “pique”: “Iban a ver el partido del Athletic, el último que llegaba pagaba los bocatas en el local”.

La explicación de los distintos tipos de lesiones medulares y sus consecuencias, tanto físicas como psicológicas, estuvo a cargo de Pedro. Los alumnos contaron con el testimonio en primera persona de Pilar, lesionada medular desde los diecisiete años, cuando por causas climatológicas, un accidente de coche la dejó en silla de ruedas. “Se te corta la libertad, tienes que adaptarte a tu cuerpo y a la sociedad”, contó Pilar. Quiso hacer hincapié en que cuando se tiene un accidente de tráfico, no solo afecta al herido, sino también a sus allegados: “Mi hermana de doce años tuvo que madurar en cinco minutos”.

Para finalizar, Rosa Trinidad, ofreció unas palabras a los presentes: “El que lleva un coche, lleva un arma de matar si es conducido con imprudencia. No privéis a vuestros padres de vuestra presencia, porque ellos os necesitan”.

por Cristina Moreno y Nagore Centeno