Stop Accidentes de Tráfico

Desde Stop Accidentes País Vasco creemos importante recordar todos los puntos que un conductor debe tener en cuenta al manejar un vehículo. Es algo que aprendemos cuando sacamos el carné, pero que no es difícil que vayamos olvidando a medida que pasa el tiempo. Por ello, iremos publicando diferentes post con contenidos que no debemos olvidar.

¡Comenzamos con los factores que intervienen en los accidentes de tráfico!

Los accidentes de circulación son una de las principales causas de muerte y lesiones en nuestro país. Además de los daños ocasionados a las personas, también suponen un enorme impacto económico: daños materiales y costes sanitarios y administrativos (unos 440 euros por cada español). La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que es uno de los problemas prioritarios de la salud pública en todo el mundo.

Existen tres causas que provocan un accidente de tráfico: el factor humano, la vía y su entorno y el factor vehículo.

El factor humano

Es el principal responsable de los accidentes (entre el 70 y el 90%), lo que significa que son evitables si realizamos una conducción responsable.

Dentro de este factor riesgo encontramos la velocidad. A medida que aumentamos la velocidad el campo visual va disminuyendo hasta realizar lo que conocemos como el efecto túnel (los laterales se van difuminando hasta percibir con nitidez únicamente el centro de la vía). Esto supone que no veamos claramente lo que nos rodea y que no podamos reaccionar ante cualquier situación adversa; disminuye la capacidad de anticipación y reacción. Además, en caso de accidente, el impacto aumenta notablemente en proporción a la velocidad que llevamos. El cambiar de vía también puede crear cierta confusión, ya que al circular a gran velocidad por autopistas o autovías, la sensación de velocidad puede resultar inferior. Para ello es muy importante estar pendiente de los límites de velocidad y a la que circulamos y adecuarla sea cual sea nuestra percepción de la misma.

La fatiga es otro de los factores riesgo y principal causa de accidente. Sus efectos pueden ser: agarrotamiento muscular (ese momento en el que no encontramos postura y aumentan nuestros movimientos en el asiento), lentitud y falta de precisión, disminución de la atención, concentración y capacidad de recibir estímulos, cambio de comportamiento y disminución de la capacidad de reacción (aumenta nuestro tiempo de reacción ante un posible problema en la vía).

Entre el 15 y el 30% de los accidentes se producen por sueño al volante. Siempre se asocia el sueño a la noche, pero las desgracias pueden suceder también por el día; los riesgos de la somnolencia aparecen antes de quedarse dormido. Es muy importante tener en cuenta el momento del día en el que se va a coger el coche, las horas que hayamos dormido y si hemos descansado bien, la vía por la que circulamos (puede resultar monótona), las sustancias sedantes y estimulantes que se hayan podido ingerir (aquí no solo incluimos el alcohol o medicamentos, sino bebidas tan habituales como el té, el café, etc), lo que hemos comido antes de conducir… Por ello, si sentimos que no estamos en condiciones óptimas de conducción es preferible prescindir del vehículo.

También es muy importante conocer en profundidad las enfermedades y los medicamentos que solemos tomar, ya que estos pueden afectar a las capacidades básicas para conducir de forma segura: efectos secundarios de medicamentos, no consumir alcohol mientras nos medicamos… En esta época del año son muy frecuentes los síntomas de la alergia; en especial las crisis de estornudos que pueden distraernos de la conducción. Además, debemos ser precavidos e informarnos adecuadamente de los efectos adversos de los antihistamínicos que utilizamos (pueden provocar somnolencia).  Ante cualquier duda sobre los riesgos que pueden ocasionar los fármacos que ingerimos, es preferible consultar a un médico o farmacéutico; ellos serán los que mejor nos aconsejen.

El móvil, el GPS y el tabaco son los tres objetos que más distracciones ocasionan al volante. En cuanto al móvil, es preferible no utilizarlo en todo lo que dure el trayecto, sin embargo, se puede utilizar el manos libres siempre y cuando la conversación no exceda del minuto. Si tenemos alguna urgencia y debemos hacer uso de él, hay que buscar un lugar seguro para detenerse. El GPS debe programarse antes de iniciar la marcha, nunca hay que manipularlo mientras se conduce. Por ello, debemos escuchar las instrucciones de voz y evitar mirar la pantalla y utilizar el velocímetro del coche como principal fuente de información. Los fumadores tienen un riesgo extra de accidente: distracción al encender y fumar que dificulta la maniobrabilidad, disminución de la atención y de la visión debido al monóxido de carbono (CO) del tabaco y problemas médicos que pueden afectar a las capacidades para conducir seguros.

La ingesta de alcohol aumenta tanto la posibilidad de tener un accidente como la gravedad de las lesiones. Estos son sus efectos:

• Altera la percepción del entorno: se percibe peor, no se calculan bien las distancias y la velocidad que llevamos,
• sensibilidad a los deslumbramientos y la visión túnel que hemos comentado anteriormente
• y altera la capacidad de atención y la psicomotricidad.

El alcohol y otras drogas (psicotrópicos, estupefacientes, etc) es un tema en el que ahondaremos más adelante.

Hasta aquí el primer post sobre uno de los factores que interviene en los accidentes de tráfico. En los siguientes profundizaremos en el factor vehículo y el entorno de la vía para que este no se alargue demasiado.

Si tenéis alguna sugerencia o tema del que queráis que escribamos, podéis dejarlo reflejado en los comentarios. Esperamos que haya sido de vuestro interés.

por Cristina Moreno