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Los factores que intervienen en los accidentes de tráfico (3ª Parte)

Hoy hablaremos sobre el último factor que interviene en los accidentes de tráfico: la vía y su entorno. Último, pero no por ello menos importante, ya que este factor implica que debamos ser más cuidadosos en la carretera cuando se presenten diferentes situaciones.

Tan importante es el estado del vehículo como el pavimento de la vía para conseguir una buena adherencia. Los pavimentos brillantes, de adoquines, en mal estado, sucios, mojados o con nieve o hielo desfavorecen esa adherencia. Por el contrario, un asfalto en buen estado, de alquitrán, asfalto o cemento, la favorecen.

Para tomar adecuadamente una curva es importante frenar antes de entrar a la curva o rotonda y poner una marcha que nos permita tener una buena aceleración; girar el volante con precisión y suavidad; acelerar suavemente y de forma sostenida cuando salgamos de la curva; y enderezar el volante de forma suave sin dejar que vuelva a su posición él solo.

Debemos tener especial cuidado con la adherencia de las ruedas, la pérdida de ella podría hacer que el coche derrapara. Llevar una velocidad excesiva con neumáticos desgastados, con la presión baja, con los frenos o amortiguadores en mal estado y pavimento deslizante podrían causar derrapes.

Las condiciones meteorológicas o ambientales adversas son otro motivo de alerta cuando vamos conduciendo:

El sol: se recomienda evitar la conducción durante la salida o la puesta del sol, mantener los cristales limpios, orientar el parasol y utilizar gafas de sol durante el día.

El viento: puede ocasionar la pérdida de control del vehículo e incluso volcarlo cuando sopla de lado o a ráfagas. Para que esto no ocurra, es importante reducir la velocidad, sujetar el volante con firmeza y girarlo contra el viento, y extremar la precaución al pasar por edificios, montañas, túneles, etc. que puedan hacer de pantalla al viento.

La lluvia: la calzada se vuelve deslizante al caer las primeras gotas de lluvia, por eso debemos extremar la precaución. Además, reduce la visibilidad y la adherencia del vehículo. Para no tener ningún percance en los días de lluvia, debemos moderar la velocidad y aumentar la distancia de seguridad (hasta el doble de la distancia habitual), frenar con más anticipación y suavidad y extremar la precaución cuando se circule a velocidad más elevada. Asimismo, no debemos olvidar que para que todo esto sea efectivo, los neumáticos deben tener la presión y el dibujo adecuados.

La niebla: es uno de los principales motivos de falta de visibilidad frecuentes en lugares con ríos o zonas húmedas. Cuando nos encontremos en esta situación, debemos encender las luces, mantener limpio el parabrisas, aumentar la distancia de seguridad y adaptar la velocidad y no adelantar si no hay buena visibilidad en la zona. En caso de que la niebla fuera abundante y no tuviéramos la visibilidad suficiente para una conducción segura, deberemos dejar de conducir.

La nieve: resulta más peligrosa cuando está endurecida, ya que tiene el mismo efecto que el hielo. Para evitar que el vehículo patine debemos:

  • Utilizar la marcha más larga o alta posible:
  1. Cuando iniciemos la marcha: soltar suavemente el embrague y acelerar lenta y uniformemente.
  2. Al circular y pasar por curvas: conducir a una velocidad uniforme y evitar el frenado.
  3. En pendientes ascendentes: debemos subir lentamente y a velocidad sostenida.
  • Deberemos utilizar la marcha más corta posible en pendientes descendentes: bajar lentamente y sin apenas utilizar el freno (utilizar el freno motor).
  • Tendremos que evitar los movimiento bruscos de la dirección.
  • Aumentar la distancia de seguridad.
  • Es importante circular por los surcos que vayan dejando los demás vehículos.

El hielo: perdemos prácticamente toda la adherencia del vehículo. La distancia de frenado puede aumentar hasta en diez veces y las ruedas no responden al giro del volante. La presencia del hielo se acentúa por la noche y al amanecer, cuando la temperatura es de 0ºC o menor. Además, el hielo se encuentra en zonas sombrías, lugares húmedos, puentes, pasos superiores o inferiores y en las cunetas. Si cuando llegamos a nuestro vehículo vemos que los cristales están cubiertos de hielo, tendremos que limpiarlos: dirigir la calefacción hacia el cristal, conectar la luneta térmica o rascar el cristal con una rasqueta adecuada.

Con este post finalizamos el tema de los factores que intervienen en los accidentes de tráfico. Esperamos que os haya servido para recordar o para aprender cómo debemos actuar ante las posibles situaciones que se nos presenten.

por Cristina Moreno
imágenes de Eusko Jaurlaritza - Gobierno Vasco
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