Mensaje de Mateo, una persona trasplantada

Esta semana, Mateo escribió a Stop Accidentes País Vasco, tras acudir al evento-homenaje del pasado domingo 19, dedicado a las Víctimas de la Violencia Vial. Estaba especialmente conmovido, ya que es una persona trasplantada, que gracias a la solidaridad de otra persona fallecida, hoy en día sigue con vida. Y esa solidaridad viene de vuelta también, y es por ello que se implica en nuestra lucha y nos hace llegar su reflexión, la cual os compartimos a continuación:

LA VIDA Y LA MUERTE EN TODA SU CRUDEZA

El domingo asistí al homenaje de víctimas de la violencia vial, se celebraba el día mundial de las víctimas de violencia vial. El acto estaba organizado por Stop Accidentes de Euskadi y este año se celebraba en Vitoria-Gasteiz.

Era la primera vez que asistía, rodeado de personas a las que la vida, por medio de la violencia vial, les ha tratado con crueldad dejando en sus vidas un hueco imposible de llenar. Yo me encontraba como un privilegiado y al mismo tiempo como un intruso. Quiénes me rodeaban habían perdido a alguien en la carretera y te preguntaban ¿tú a quien has perdido?, yo a nadie estoy aquí para solidarizarme, sinceramente te daba apuro responder.

Comenzó el acto combinando música, un manifiesto leído por familiares de víctimas de la violencia vial e intervención de las autoridades asistentes. El acto se desarrollaba con emotividad recordando a las víctimas de estas tragedias que hay que evitar y no solo por parte de las instituciones sino poniendo cada cual la parte de responsabilidad que nos corresponde, teniendo claro que sí respetamos las normas de tráfico las posibilidades de que nos toque de cerca son muchísimo menores y siempre pensando que la tragedia no solo le toca a los demás, también puede llamar a tu puerta.

En un momento una de las personas que intervenía expresó lo que se siente cuando suena el teléfono y te dan la terrible noticia, tu hijo, tu madre, tu esposa o hermano han dejado la vida de la forma más estúpida, un descerebrado a una velocidad infernal ha segado sus vidas. Un nudo se me hizo en el estómago, el resto del acto lo pasé pensando en esa llamada que siempre llega a deshora. Una llamada que desgarra una familia, una llamada muy difícil de aceptar. Mi nudo en el estómago aumentaba al pensar en esa llamada de muerte solo unos minutos después, unas horas después, esa llamada se repetía para anunciar vida. Esa llamada que había removido los cimientos de una familia, esa llamada que anunciaba muerte esta vez era para decirte que había un órgano para tu trasplante que te daba la oportunidad de seguir viviendo. En minutos una noticia de muerte se convertía en una oportunidad de vida.

Que cruel puede ser la vida, una persona pierde su vida pasando a ser el salvador de la vida de varias personas. Este binomio de muerte-vida hizo que la emoción contenida hasta aquel momento rompiese en lágrimas haciendo que el nudo de mi estómago se convirtiese en un agradecimiento que nunca podré trasmitir.

Mientras una familia lloraba la muerte de un ser querido, otra familia celebraba la vuelta a la vida de uno de los suyos. “LA VIDA Y LA MUERTE CON TODA SU CRUDEZA”.

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