El sábado fue uno de esos dÃas en los que uno se va jodido a la cama. Ya sé que son cosas que pasan, que la vida es asà de injusta en ocasiones, en muchas ocasiones y que hay que hacer de tripas corazón para superar un nuevo meneo, pero de momento me voy fastidiado sabiendo que hoy también eso de descansar me costará un triunfo.
Otro amigo se me ha ido, sin avisar. No hace poco, tres semanas como mucho, reÃamos en la calle algunas de las ocurrencias que siempre tenÃa, nos pusimos serios cuando el tema familiar lo sugerÃa y como casi siempre, a la hora de hacer revista a nuestras vidas, estuvimos de acuerdo en desearnos lo mejor el uno al otro.
No tenÃamos esa amistad de salir de copas, ir al cine juntos o contarnos nuestras penas. Era una amistad trabajada entre canasta y canasta: él árbitro y yo jugador. Una amistad de esas que notas y perdura en el tiempo, una llamada al teléfono y mira si me puedes hacer este favor, y un déjalo de mi cuenta, faltarÃa más! por respuesta. Esa amistad del gesto desinteresado y rápido que dice cuenta conmigo para lo que quieras. La amistad que notas al apretar la mano en el saludo y en la despedida, que no necesita de más palabras y que la ves en la mirada.
Juanjo, joder! No me has dado tiempo a decirte que te aprecio un huevo, que nunca he podido olvidar y agradecerte algunos de tus consejos en la cancha, tú árbitro y yo jugador. Y en la calle, tú Juanjo Neyro y yo un admirador. Goian bego.
GRANDE IÑAKI, HASTA SIEMPRE JUANJO!!!
Muchos lo recordamos Iñaki, un abrazo fuerte. Y tu que tienes contacto, hazselo llegar a la familia.
Me has emocionado Iñaki, gracias por dedicarle estas lÃneas a uno de los más grandes arbitros, maestro de las nuevas generaciones, y uno de los que ha contribuido a que sea dignificada su labor.
esres un crak desde orozko con un saludo toño