Archivo por días: 23 enero, 2009

0-0, invadiremos Asturias

Todos estamos de acuerdo en que no fue un buen partido el de San Mamés. Como bien dice la crónica de Jon López sobre el Athletic-Sporting, “lo mejor, el resultado”.

No se jugó bien, vale, pero algún día tenía que pasar. La mejor versión del Sporting no pudo con la peor del Athletic por lo que hay que levantar la cabeza y mirar a la próxima semana. Llorente falló un penalti (que no existió), pero los asturianos tuvieron sus ocasiones en una jornada en la que Iraizoz fue el mejor.

El miércoles a las 21:00 invadiremos Gijón. Es uno de esos días que el equipo nos necesita y esperemos recuperar la frescura de otros partidos aunque para ello tengamos que sacrificar el choque ante el Almería dando descanso a todo el equipo.

Ya os adelanto que desde el blog iremos con la afición y os contaremos el viaje desde primera hora, con fotos etc. Es un día que bien lo merece….

Declaraciones de Caparrós tras el partido.

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Jugar llorando

Aquel día, alguien faltó al entrenamiento de la tarde. Como no era normal que eso sucediera, uno de los presentes preguntó al delegado dónde estaba JUANMA. “No se encuentra bien y le están haciendo pruebas” fue la respuesta antes de empezar a dar botes con el balón.

De izquierda derecha:
Arriba: Kepa Segurola, Josean Kerejeta, Steve Stielper, Rubén Soto y Peio Kanbronero.
Abajo: Kepa Ortega, Iñaki Garaialde, Juanma Conde, Txomin Sautu y Bittor Garaialde

Pasaron los entrenamientos y JUANMA CONDE seguía sin aparecer y como tampoco contestaba nadie en su teléfono, se volvió a preguntar por él. Mirando al suelo, el portavoz del club, con voz entrecortada “Tiene leucemia y pinta mal, muy mal” nos dijo. Aquél mal día, sin empezar a botar el balón, se acabó el entrenamiento, haces ¡chof! y te cuestionas todo. Te sientas en el banquillo y te tapas la cara, o te recuestas hacia atrás dejando la mirada perdida, repasándolo todo, tu vida, su vida, tus experiencias junto a las suyas, sientes que el corazón te palpita más deprisa sin haber dado un paso más largo que otro, piensas que no es posible, que estamos en buenas manos y pronto, muy pronto, alguien lo pondrá de nuevo en la cancha.

Pero te vuelven a decir que no, “que está muy jodida la cosa, Iñaki” y un mal dolor te recorre el cuerpo y mandas todo a la mierda, las tripas te hacen daño y mil millones de preguntas te salen de la boca con otros tantos cagamentos. Entras en el vestuario y ves su sitio vacío, le notas sin estar, sonríes porque te está mirando el careto, y al poco te das cuenta que no, que no es así, que no va a estar, que ya no vas a verle, que está jugando otro partido con otros compañeros, que aunque es un tío duro lo tiene jodido, y que la sonrisa forzada que tienes es un gesto de defensa, defensa de partido, y que lo que verdaderamente quieres hacer es de llorar su ausencia y tu impotencia. Y se te rompe el alma

Te vistes de corto, de verde esperanza, y maldita la gana que tienes de ponerte a dar saltos y moverte como si nada pasara,  Silencio en el vestuario. Entrenar es un suplicio y jugar sin JUANMA, un castigo. No hay estrategias que aplicar al partido. “Salid a jugar… como podáis”. Antes del salto inicial de cada partido, el equipo se reúne haciendo corro, rostros serios, no hay bromas, puños cerrados, unos sobre otros, abrazados para escuchar las palabras del capitán Kepa Segurola “Vamos con dos cojones, ¿vale?” Imposible. También nosotros estábamos tocados hasta la médula. Perdemos un partido, y otro también. No puedes gobernar la cabeza y el físico no te acompaña en situaciones de exigencia, te repites que has de estar duro, tenso, despierto, que tienes que ponerle un par y salir cada partido a por todas, a dar lo mejor que tienes. Pero te falta un amigo, un compañero, te fallan las fuerzas porque te falta un trozo de la vida juntos, y mientras tú estás dando saltos, bloqueos, tiros, pases y defensa individual para que no se te escape el contrario, a él se le escapa la vida. Descendimos

La temporada siguiente empezamos mal, muy mal, y el diseño de estar sólo un año en la división de plata empezaba a ser cuestionado. Hasta que un maldito 24 de Noviembre nos comunicaron lo peor: JUANMA CONDE había perdido su partido contra la Leucemia, que JUANMA ya estaba en ese lugar llamado lejos para seguir jugando a lo que más le gustaba: el basket. De nuevo rotos. Toda la plantilla fue a Salamanca a su funeral, a despedir a un compañero y un amigo, a despedirnos también de parte de nuestras vidas.

Más tarde vino su homenaje, y el Pabellón de Mendizorrotza se llenó como nunca. Muchos jugadores de la Liga, los que le conocían como compañero y como contrario, dejaron los entrenamientos con sus equipos y vinieron a jugar el partido más silencioso y triste que jamás he jugado en mi vida. Un reforzado Baskonia contra una selección de jugadores de la Liga, nacionales y extranjeros. Un Pabellón de Mendizorrotza lleno y en silencio, y un juego con ofrenda que, como una danza, homenajea al amigo con los movimientos habituales y un balón por testigo. Nunca antes había jugado llorando; con cada bote del balón, una lágrima y con cada punto en el marcador, una muesca en el corazón y daño, mucho daño y mucho dolor.

Aquella temporada finalizó bien, ascendimos. JUANMA CONDE nos dio su última asistencia.