Loca primavera

“Está siendo un año excepcional”, dice Alberto. “Sin ser excepcional un año malo, sin  más”, responde Juan. “Es cuestión de suerte, la temporada ha venido así y ya está”, concluye Mikel.

Dentro de la tienda Dom, la tienda comedor-sala de estar, la meteorología se ha convertido en el principal tema de conversación tras el desayuno –panecillos de harina con mantequilla y mermelada, y té o café con leche en polvo-. Todas las previsiones desde hace cuatro días señalaban una notable mejoría del tiempo para el día de hoy, que la marcaban como el día más óptimo para la escalada: escasa probabilidad de precipitaciones y poquísimo viento, una media para el día de 14 km/h a 6.600 metros y de 25 km/h a 8.500 metros. Serían datos muy buenos para escalar el Pilar Oeste.

Pero, ¡nada de nada! La noche pasada ha sido la más ventosa de todas, y al transcurrir de la mañana la cosa no cambia. Eso a 5.300 metros. No queremos ni pensar cual será la situación a 6.500 metros, en donde está el C-I, y ni que decir en las repisas que se encuentran a 7.350 metros y 7.800 metros, los ansiados C-II y C-III, en las zonas más verticales del pilar. “¡Ambiente, ambiente! ¡Inmejorable para volar!”, salta Mikel con ganas de bromear.

Es decir, que esta primavera las previsiones meteorológicas están siendo volcadas cada dos por tres. Excepcional, mal año,… Todo llevado a un concepto: “loco”. El tiempo anda muy revuelto, sobre todo en lo que respecta al viento. La previsión meteorológica que recibimos nos muestra cuatro variables: fuerza del viento (km/h), dirección del viento (grados), humedad o probabilidad de precipitaciones (%), y temperatura (grados). Es una parte para tres días junto con un pronóstico a medio plazo, y divide cada día en franjas de tres horas ofreciendo todos esos datos en cada una de ellas.

Pues bien, los datos se contradicen con demasiada frecuencia, lo que se anunciaba de un día para otro cambia al siguiente día, y así casi a diario. La previsión meteorológica no ofrece garantías para planificar intentos. Porque el tiempo está revuelto, inestable, muy cambiante, sobre todo en lo que respecta al viento.
No hay otra, hay que aceptar las cosas como son, no se puede uno enfrentar a estos fenómenos. Lo están sufriendo Alberto, Juan y Mikel en el Pilar Oeste del Makalu, los indios y españoles que han tenido que desistir en la ruta normal del Makalu estando en el C-IV también –y pese a tener a mano el oxígeno artificial-, y el gentío que se encuentra en la cara sur del Everest, y los vascos y demás que se encuentran en el Kangchenjunga, y los que estuvieron en el Manaslu,… “la primavera del 2009 fue muy ventosa, un año excepcional, un mal año para ascender a las cumbres de las montañas más altas”, si, puede que recordemos esta primavera de dicha manera. Puede.

La de los partes meteorológicos es la mayor revolución que ha habido en el montañismo de altura, siendo una aplicación muy reciente todavía –de esta misma década-. “Antes, se miraba al cielo a la noche y si estaba estrellado ¡nos preparábamos para salir al siguiente día para arriba! U observábamos incesantemente el barómetro para decidir bastante a ciegas cuando activar los intentos –fallando muchas veces-. Pero desde que llegaron las previsiones meteorológicas fiables han supuesto la evolución más notable en el montañismo de altura, más halla del material, los alimentos, etc…”, remarca Alberto. Si, pero eso tampoco es infalible, puede no acertar. Es como si el tiempo estuviera jugando con los meteorólogos, y a la vez lo hace con los montañeros. Querer y no poder, querer estar seguro y no poder.
Así está siendo esta primavera en el Himalaya, loca, juguetona.

¡Ah! El parte que recibimos ayer no muestra resquicio alguno hasta el próximo jueves. El viernes llegan los porteadores para recoger el CB… y como extra se puede alargar la espera de una buena ventana una semana más. Siempre que la previsión meteorológica muestre la buena ruta.

Todas la imágenes en el canal Makalu de youtube

12 thoughts on “Loca primavera

  1. Carlos

    Vamos, que todavia es posible, aunque tan solo el haberlo intentado es de una grandeza enorme.
    Mucho animo desde los madriles.

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  2. El Cainejo

    Los españoles son murcianos (que a todos nos gusta que nos llamen por nuestro nombre 🙂 Y ellos, Carlos y Ramoní no llevan oxígeno artificial, imagino que os referís a los indios o coreanos. Mal tiempo para todos. Un saludo mákinas!

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