Ya estamos de vuelta en el CBC tras unas inusitadas vacaciones dentro de la expedición. Hemos pasado tres días en Xegar en un hotel sin agua caliente pero durmiendo en cama y saliéndonos del menú de arroz blanco cocido con sopa de lentejas y patatas de nuestro cocinero.

Para ello hemos bajado 100 kilómetros por una pista (4 horas) que pasa por un puerto a 5.400 m. Hemos visto unos cuantos aventureros que se atrevían a recorrerla en bici. Básicamente nos hemos pasado tres días durmiendo quince horas al día y comiendo, algún paseíto… vida de balneario vamos.

También hemos tenido tiempo de visitar un alucinante castillo-monasterio encaramado en una escarpada colina, pero las murallas estaban bastante destruidas y el monasterio decadente. Producía sensación de tristeza.

A mí ésta salida a la civilización me ha desconcertado y descentrado bastante a nivel mental, pero parece que es algo muy usual y que lo hacen los grandes expertos que andan por aquí.  A nivel físico  hay que reconocer que me ha venido muy bien, aunque tengo una especie de flojera… ¡ya veremos que tal ha resultado el experimento cuando volvamos a la acción!.

De momento la fecha más probable para intentar la cima es el 16 de mayo, para lo que tendríamos que subir el 13 desde el CBA para arriba.

Llega la hora de la verdad y tengo miedo.