Archivo por días: 11 mayo, 2010

El nuevo avance ultratecnológico de la Fórmula 1: un boquete en el habitáculo de los pilotos

Fernando Alonso, el tipo más soso de la Fórmula 1, logró un segundo puesto en Montmeló por eliminación. El asturiano optó por mantener la posición que logró en la parrilla de salida, la cuarta, y pilotar a lo Rajoy, o sea, conservador y esperando que el tema se resolviese por si mismo.

Oigan, y le dio resultado. Sebastián Vettel, que optaba al podio, sufrió el mal de Amy Winnehouse, o sea, se quedó sin frenos. A falta de 10 vueltas comunicó por línea interna a sus ingenieros que, o le proporcionaban un par de botas con tacones de goma con los que frenar con la pierna por fuera, o abandonaba. Y eso fue lo que hizo. Lo que a esta hora no ha trascendido todavía es dónde se estampó Vettel en su afán por frenar.

A Lewis Hamilton le tuvo que saber aún peor. A falta de giro y medio para el banderazo, y segundo debido el abandono del desenfrenado Vettel, el inglés vio cómo su rueda delantera izquierda se deshacía como los nervios de un inversor en la bolsa de Madrid. Si, el neumático se convirtió en trapo, dejó de ser circular para volverse amorfo y luego la rueda entera se puso paralela al suelo en lugar de perpendicular.

Fernando Alonso pasó entonces al lado de Hamilton. No queda constancia gráfica si hizo una peineta a lo Aznar o simplemente castigó a su excompañero con el látigo de su indeferencia. Así fue como el asturiano arribó segundo a meta. Y lo celebró como si hubiera adelantado a 20 ó 30 pilotos en arriesgadas maniobras. Le bastó a nuestro hombre con no agotar el combustible, evitar la degradación absoluta de los neumáticos y conservar los frenos. Todo esto resulta sencillo para un soso.

Uno de los prototipos en los que las marcas están trabajan de cara a la temporada del año que viene y en el que se implementan más avances tecnológicos como el del boquete en el habitáculo

Uno de los prototipos en los que las marcas trabajan de cara a la temporada de Fórmula 1 del año que viene y en el que se implementan más avances tecnológicos como el del boquete en el habitáculo

Claro que lo que me deja “pegada” de la Fórmula 1 este año es el nuevo invento para ganar velocidad. Es algo que me recuerda al Dyane 6 de un noviete que tuve cuando la Universidad. Este chico llevaba el capó delantero atado con unos cables porque se le levantaba al ponerse en marcha…el capó. Y luego empleaba dos cuerdas para mover a mano y rítmicamente los limpiaparabrisas mediante un sistema que dejaría boquiabierto al barbas de Bricomanía. O sea, que yo rezaba para que no lloviera.

Pero estamos hablando de un Dyane 6 y de un muchacho que compraba Bisonte porque el dinero no le alcanzaba para LM en aquellos tiempos en los Miguel Ríos era lo que hoy es Fito.

Pues me he enterado que la supertecnológica y sofisticada Fórmula 1 cada vez se parece más a ese Dyane 6. Resulta que han descubierto un sistema de paso de aire por el interior de la carrocería que puede desviarse, o no, al alerón trasero que mejora las prestaciones de los bólidos. El mecanismo es de lo más sofisticado: un boquete en la cabina del piloto. Para darle al “on” basta con destaparlo. La mayoría cubren el boquete con la rodilla izquierda. Alonso lo hace con la mano. Eso si, le han conseguido un guante especial de caucho. O sea, que va conduciendo y tapando o destapando con la mano un agujero en el interior de la cabina. Para flipar. Si le pillara la Guardia Civil le cae un puro de aquí te espero.

Lo de los tacones de goma gruesa para frenar el bólido con el pie por fuera que necesitaba Vettel, llegará. A lo mejor, más desarrollado, con un agujero en el piso de la cabina.

No se a dónde vamos a llegar con esto de la crisis.

La catástrofe

Subimos del CI al CBA. Por el camino nos cruzamos con el grupo e Silvio Mondinelli. Según sus predicciones va a haber mucho viento hasta el 21, así que se bajan. Mal agüero. Sus previsiones coinciden con las nuestras, pero que lo tengan tan claro como para bajarse desmoraliza.

Me quedo el último y la subida se me hace interminable.

Al llegar al CBA la catástrofe. El viento se ha llevado por los aires y destrozado la tienda comedor. Ha volado como 20 metros y eso que tenía dentro la batería de la placa solar que pesa como 25 kilos. Nos hemos quedado sin tienda y sin batería. No podemos recarar el ordenador, teléfonos… dependemos de que otras expediciones nos permitan hacerlo. Las comunicaciones en el aire ¡con la falta que me hacían precisamente ahora que estoy bajo de moral!.

El viento también se ha llevado la tienda de Pedro y ha roto la de Ned. Afortunadamente Pedro ha podido recuperar lo que tenía dentro (las botas entre otras cosas), si no la expedición se hubiera terminado para él.

¿quedará algo de nuestras tiendas en los Campos 1 y 2?. ¿Se habrá terminado la expedición para todos nosotros y aún no lo sabemos?.

De todas formas si el 24 no es la fecha buena, nos quedarían escasos días de maniobra. Sería triste tener que irse de aquí después de todo lo pasado sin tener oportunidad de intentarlo siquiera. Está claro que va a ser una montaña de “last minute”.

Hasta la fecha nadie ha hecho cima en el Everest este año por ésta cara, y a éste paso a a demorarse todavía bastante. Para hoy y mañana anuncian viento de 150 km/h a 7.000 metros. Estamos a 6.400.

¿Quién puede dormir en una tienda constantemente sacudida esperando la acometida que la haga salir volando?.