El pasado domingo, el Athletic Club se enfrentó al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. En el minuto 38 del partido Perea comete un claro penalti sobre Fernando Llorente y el colegiado indica la pena máxima expulsando (injustamente) a Perea. Hasta ese momento todo correcto.

Sin embargo, tras señalizar la pena máxima llega el momento de tensión. Fernando Llorente coge el balón y Muniain va rápidamente hacia el delantero riojano con la intención de quitarle el balón ya que Llorente no es el encargado para chutar el penalti. Después, Muniain muy enfadado, desiste y es David López quien va a hablar con Fernando Llorente. López le pide el balón y Fernando Llorente no se lo da. Muniain se gira hacia el banquillo del Athletic, les hace un gesto para quejarse de la situación y nadie le dice nada. Finalmente, Llorente lanza el penalti y falla.

La actitud de Fernando Llorente fue lamentable. Pecó de individulista y me sembró varias dudas. Una de ellas es que no respetó el orden impuesto por el entrenador sobre quien lanzaba los penaltis. Eso demuestra que Llorente pecó de individualista y quiso lanzar el penalti para su estadística, para que sus números fueran mejores y además el escenario era el Vicente Calderón, en Madrid, ciudad donde se habla mucho sobre el fichaje de Llorente por el Real Madrid. Llorente, me decepcionó porque dejó de un lado los intereses del equipo por su propio interés y tengo miedo de que esto vuelva a ocurrir en otros partidos; un penalti que quiera volver a lanzar Llorente, que se plante en el área y resuelva mal de manera individual teniendo un pase claro a un compañero que sólo tenga que empujarla…

También me sorprendió que el capitán, en este caso Carlos Gurpegui, no tomara cartas en el asunto. Al ver que varios jugadores discuten por tirar el penalti, Gurpegui debería haber ido a poner paz, quitarle el balón a Llorente y dárselo a quien debía chutar el penalti según el orden impuesto por el entrenador. La actitud del entrenador tampoco fue buena, pero no me sorprende. Caparrós no hizo ningún gesto, no dio ninguna orden para que no chutase Fernando Llorente. No me creo que no hubiese un lanzador establecido para chutar los penaltis, porque los partidos se preparan y está todo organizado. Además, varios jugadores que fueron titulares en el Calderón afirmaron fuera de micrófonos que Fernando Llorente no estaba en los primeros puestos de la lista de los que tenían que tirar los penaltis. Después, Joaquín Caparrós, fue preguntado por el tema del penalti y no afirmó que Llorente no debía haber chutado el penalti. Entiendo que quiera defender a Llorente y que le conviene estar a buenas con el delantero rojiblanco, pero al defender a Llorente está dejando mal al resto de la plantilla, está faltando a su palabra y está creando una situación nefasta ya que los demás pueden pensar que lo que diga el entrenador en los entrenamientos no tiene valor.

Ya que Caparrós ve bien que no se respeten las jerarquías, a partir de ahora ¿cualquiera podrá chutar las faltas? ¿Debe sacar cualquier jugador los corners? La actitud de Llorente fue pésima e individualista dejando los intereses del equipo a un lado y centrándose en sus intereses personales. Esto unido al pasotismo del entrenador puede crear un mal ambiente en el vestuario y eso se puede trasladar al terreno de juego. Lo que está claro es que el Athletic es quien puede salir perjudicado.