Archivo del Autor: Josu Ortubay

Lo bonito son las historias…

P5310157Lo bonito son las historias, no las noticias, y las historias hay que acabarlas. Con la urgencia de las evacuaciones y demás hasta ahora no había tenido posibilidad de contar como viví el intento de cima. Ahora que estoy en sandalias en Katmandú es el momento.

Por cierto, los austriacos no encontraron a Irving, que sigue guardando su secreto. Ralf Gerlinde renunciaron a intentar el corredor Horbein por sus malas condiciones y vinieron por la normal de la cara norte. Gerlinde subió, y de esta manera le queda solamente el K2 para ser la primera mujer en coronar los 14 ocho miles sin oxigeno ni ayuda de sherpas. Un gigante del Himalayismo como Ralf, no salió el día de cima, porque estaba tosiendo demasiado y vomitando. El otro monstruo, Silvio Mondinelli, también hizo cima sin oxigeno, aunque parece ser que sufriendo como humano.

He hecho nuevos amigos. He conocido grandísimas personas y algún gran mezquino. He aprendido de montana y sobre todo ha aprendido mucho de mí mismo.

Muchísimas gracias a todos por el apoyo y cariño recibidos. Me ha sido completamente imposible responder a casi nadie. Intentaré empezar a devolverlos poco a poco, pero creo que estaré toda la vida en deuda. Gracias es poco.

Dedico esta aventura a todos los que anhelan vivir una aventura así, pero tienen que conformarse con soñar con las de los demás.

Paisaje tras la batalla

Imagen 207bTengo que levantarme a las cinco de la mañana. Vestir a Pedro, darle de desayunar. Impresiona su indefensión. Alfredo y él abandonan el Campamento de urgencia, pero por su propio pie, que es la única manera de salir de aquí si no es a arrikotes. Todo el día me queda la labor de hacer los bidones, recuperar el material posible y organizar la evacuación. Mañana vienen los yaks a recoger los bidones.

Todas las expediciones se están yendo. Somos casi los últimos. Todo el bacalao está vendido. Nieva todo el día y es muy complicado hacer los bidones. Todo se guarda mojado. Luna enorme. Paisaje de melancolía. El Everest impasible, ajeno a estas mínimas historias humanas.

El día más largo de mi vida

En el Campo Base AvanzadoAl salir de la tienda me encuentro al sherpa de los alemanes. Me dice que mis amigos han hecho cima y  que han dormido en el C.3. Me alegro mucho por ellos. Yo sigo bajando tirando de todas las reservas. De nuevo hago en la bajada tiempos de subido.

Cuando estoy llegando al C.B.A. me cruzo con cuatro sherpas que dicen que estar yendo a rescatar a dos españoles. Solo pueden ser Pedro y Alfredo, no hay mas españoles por aquí. Sin embargo Temba me ha dicho que están bien. El agotamiento no me permite entender nada. Que pasa?, Quien les ha avisado?.

Cuando llego al C.B.A. llamo a Vitoria e inmediatamente me preguntan por ellos. Sigo sin entender gran cosa pero ya asumo que algo ha pasado. Y como lo saben ya en casa? A partir de aquí la angustia  de las noticias permanentemente cambiantes y muchas veces contradictorias.  Que si Pedro tiene congelaciones graves, que si no son tan serias, que si han salido otros 10 sherpas al rescate, que si Alfredo sobrevivirá al adema… horroroso. Hasta que muchas horas después un sherpa habla con el walkie delante mío con otro sherpa que esta con ellos y me confirma que están en el C1 y su estado, no llamo a Maider, la mujer de Pedro.

Entre tanto van llegando los demás. Los dos alemanes Rolf y Andreas, el francés Ned  con los que compartimos campamento.  Este día lloramos todos. Se puede llorar de agotamiento. Se puede llorar de alivio al sentirse por fin a salvo, se puede llorar de alegría tras haber hecho cima, se puede llorar de angustia por los compañeros que no bajan, se puede llorar de sobrecogimiento al sentir que fácilmente pudieras haber sido tu, se puede llorar de emoción cuando por fin llega el compañero en problemas, o por todo ello a la vez

Entre noticia y noticia contradictoria, consigo serenarme y pensar que puedo hacer. Voy a tratar de que al menos haya un medico aquí cuando bajen.  Aprovechando la confianza adquirida con Kari Kobler, le pido ayuda. Inmediatamente manda un medico a nuestro campo a esperarles, me ofrece botellas de oxigeno para que pasen esa noche, incluso pone sus sherpas a mi disposición por si fuera necesario bajarlos en la espalda esa misma noche al Campo Base Chino, lo que haga falta . Mira por donde al final solo puedo estarle agradecido.

Como a las 7 de la tarde llega Pedro escoltado como por 8 sherpas. Dos horas mas tarde lo hace Alfredo con otros 4. Como a las 12 de la noche acaba el día mas largo de mi vida, que en realidad son tres ininterrumpidos.

JOSU ORTUBAY SE ENCUENTRA BIEN EN EL CAMPO BASE AVANZADO

A las ocho y media de la mañana he podido mantener una conversación C.1telefónica con Josu, que acababa de llegar al Campo Base Avanzado.
El montañero alavés se encuentra bien, aunque esta muy cansado y sufre  ligeras congelaciones en los dedos. Ayer intentó subir a cima acompañado de Pedro García, Alfredo García, Gerlinde Kalterbrunner y Ralf Dujmovits. Sin embargo, tras hora y media de subida, decidió darse la vuelta, debido a los principios de congelación y a no disponer de uno de los crampones. Consiguió bajar hasta el campamento 1 donde ha pasado la noche.
Esta mañana ha descendido hasta el campo base avanzado, donde se ha reunido con Gerlinde. La bajada ha sido especialmente dura y peligrosa al no poder utilizar los crampones.
Sobre la situación de Pedro y Alfredo, que se encuentran en el campo 3 (a más de 8000 metros) Josu es optimista, nos recuerda que tienen con ellos a su sherpa, lo cual  es importante en estas situaciones. Además, en el descenso hacia el campo base avanzado, se ha cruzado con cuatro sherpas que se dirigían, según le han manifestado, a rescatar a Pedro y Alfredo (le han dicho que a unos españoles, pero dado que son los únicos montañeros que hay allí de esa nacionalidad se deduce que se trata de ellos).
En nombre de Josu Ortubay quiero agradecer el interés de los medios de comunicación, y numerosos particulares, que ayer mostraron su preocupación por la situación tanto del propio Josu como por la de sus compañeros de aventura.  Un abrazo a todos y todas.
Juan Ibarrondo (responsable de comunicación de la expedición ARTEPAN)
Josu
En Radio Vitoria hemos hablado con Josu y nos ha contado cómo se encuentra y cómo ha vivido estas últimas horas:

Día de cima

El día comienza en realidad la víspera a las diez de la noche. Alfredo y Pedro salen con oxígeno  como un cuarto de hora antes que yo. Como no vamos a seguir el mismo ritmo, ni modo.

Cuando salgo las sensaciones son malas desde el principio. Ya lo eran la víspera y no he descansado. Cuando llevo hora y media caminando decido darme la vuelta. Tengo los dedos de las manos preocupantemente frios. Estoy a 8400 metros y está claro que no voy a llegar. Puedo forzar y subir algo más, sólo para poner en riesgo mis dedos.

Al empezar a bajar me doy cuenta de cuan afortunada ha sido mi decisión, puesto que para bajar es cuando el crampón se manifiesta completamente inútil, cuanto más hubiera subido peor.

Hacia la 1 de la madrugada llego de vuelta al C.3. Lo normal hubiera sido esperar ahí a mis compañeros, pero para eso faltan al menos 15 horas y si espero ese tiempo, en esa tienda y sin saco para cuando bajen más que una ayuda seré un problema. Así que empiezo a bajar del tirón.

La bajada hacia el C.2 es una odisea. La nevada que esta cayendo entierra la cuerda fija. Sin crampón y con nieve polvo, si no me caigo  60 veces no me caigo ninguna. En esas estoy cuando alcanzo a un sherpa que también baja. Va casi parado por que se ha quedado sin luz. Hacemos equipo, yo pongo la luz y el va desenterrando la cuerda. R11bpp

Hacia las 8 de la manana llego al C.2, a nuestra tienda ocupada. Es decir, tardo mas en bajar que en subir. Aquí no hemos dejado nada, asi que no puedo fundir nieve. Duermo una hora sin saco y sigo hacia el C.1. Tras otras innumerables caídas llego a el hacia las 2 del medio dia. En teoría tengo tiempo de bajar hasta el Campo Base Avanzado. Pero no tengo fuerzas. Prefiero quedarme aquí ya si fundiendo nieve, aunque sin mas comida que barritas.

La suerte me acompaña

Subida del C.2 al C.3.  La suerte me acompaña. La primera mitad de la subida es un terreno mixto que se hace fácilmente sin crampones. Pese a todo voy mal desde el principio. Voy como desmotivado y sin fuerza. Me quedo el último y varias veces me dan ganas de tirar la toalla, supongo que es porque en el fondo sé que adónde voy con el crampón roto. El recuerdo de los innumerables apoyos que me enviáis ayuda mucho.

Por fin comienza la nieve y el momento decisivo. Me calzo los crampones y ¡mira!, funciona. No me lo puedo ni creer. Sigo más animado, hasta que hacia las cinco de la tarde llego al C.3, que está situado en las míticas bandas amarillas a 8.300 metros. Toda la historia de éste monte salta a la vista, el segundo escalón… La cabeza del Everest se ve aquí mismo, como el Anboto desde Zabalaundi. Sólo hay cinco montañas en el mundo que superen ésta altura, y he llegado aquí con mochila.P06

La idea es montar aquí una tienda para pasar unas cinco horas derritiendo nieve, y descansando antes de seguir hacia cima, lo que significa afrontar una previsible jornada de unas 20 horas pateando, sin dormir y habiendo mal dormido las tres noches anteriores. Afortunadamente para cuando llego la tienda ya la ha montado Alfredo con ayuda de su sherpa,  pero está en cuesta sobre un pedregal, la cremallera no cierra y la nieve se cuela dentro. Vamos que las cinco horas sirven para hacer líquido, pero no para descansar, y sí para quedarse ya bastante frío.

Día de desgracias

Subimos del C.1 al C.2 (7.600 metros). La cosa comienza muy bien, mejoramos en hora y media el tiempo de subida. Ralf sube todo el tiempo junto a mí. Me siento examinado, como si valorara mis posibilidades. Ya estoy un poco cansado del tema, después de que el más famoso organizador de expediciones comerciales que opera aquí, Kari Kobler se tomara la molestia de venir a visitarme y darme una chapa de una hora para quitarme la idea de subir sin oxígeno. Ya me están comiendo la moral entre unos y otros.

Al llegar al C.2 comienzan las desgracias. Para empezar la tienda está destrozada por el viento. Como la habíamos dejado tumbada y con piedras sobre ella las cosas están afortunadamente en su interior, lo hemos podido recuperar todo. Al quitarme los crampones me doy cuenta de que tengo uno partido. Motivo suficiente para irme a casa, pero voy a insistir hasta que  me vea obligado a darme la vuelta, aunque sea con un crampón y rizando el rizo. Sin oxigeno y sin crampón ¿Quién da más?.

En el lugar que ocupaba nuestra tienda han montado otra donde nos metemos de ocupas. La pena es que  solamente es de dos plazas y todo se vuelve medio imposible. Además no podremos dejar nada aquí.  Para colmo de males una carga de gas defectuosa nos coge fuego de mala manera en mitad de la tienda, en la que hacemos un bonito agujero, y a mi se me queman  las pestañas. Tenemos que tirar el quemador en llamas por el barranco con lo que nos quedamos con un solo quemador y lo de hidratarnos  y alimentarnos se hace poco y mal. everest_2

Cantidad de gente sube a éste campo con oxígeno y otro buen número lo comenzará a usar ésta noche para dormir. Nosotros dormiremos como sardinas en lata y sin oxígeno.

Sensación de masificación

Subir al Campo 1 (7.000 metros). La primera mitad muy agradable. Mejoramos nuestro tiempo. Por primera vez el Everest me da la sensación de masificación. Todo el mundo apostamos por la misma fecha para intentar la cima. Durante toda la segunda mitad se levanta una ventisca bien desagradable.everestbaselr

Al llegar al C.1 nuestra tienda está, que no es poco, pero como lleva semanas montada se ha hecho un enorme agujero debajo. Ahí no se puede dormir. Tenemos que meter montones y montones de nieve en el agujero y compactarla. Son dos horas en la ventisca y gracias a la ayuda de dos sherpas. Menos tiempo con que contamos para fundir nieve y descansar. Mientras estamos en esta labor el viento se lleva una tienda que está a 15 metros  de nosotros. Es impresionante. Sale lanzada vertical hacia arriba, como si fuera un corcho de champán. Cuando está a más de 60 metros en el cielo se queda suspendida y empieza a llover todo lo que tenía en el interior. Es especialmente bonito cuando sale el mono de plumas y baja planeando mitad cometa, mitad espantapájaros. Otro que ya puede irse a casa.

Cuando ya estamos en los sacos, puestos de cualquier manera encima de las mochilas sobre el suelo lleno de agujeros llega Gerlinde con las últimas noticias de la meteo. Ha vuelto a cambiar y el día bueno ahora es el 24 de mayo, se retrasa un día volviendo a poner nuestra resistencia a prueba. No querías una noche en tienda súper incomoda?, pues toma día y medio.

La víspera

Todo el mundo está ansioso. Deseando y temiendo que llegue el momento de la verdad. Adelantarse a lo que van a ser los próximos cuatro días. Días de frío, de no comer, no beber, no dormir, darlo todo. Sufriendo por adelantado el no llegar a la cima a pesar de todo, temiendo las congelaciones, deseando lograrlo.

Hoy he visto llorar a dos de los cinco valientes con los que comparto el permiso. Yo esa labor ya la llevaba adelantada.