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Para Mourinho los árbitros fallan demasiado de cara al gol en el Madrid

Después de la Semana Santa y sus procesiones, vayamos ahora a por mi penitente perpetuo favorito: José Mourinho. El técnico portugués viene azotado de serie, a este no hay que atarle a la columna ni nada, no, el tipo sufre, sufre y sufre. Sufría cuando llevaba una ventaja de 10 puntos al Barça. Y ahora, con menos diferencia, sigue sufriendo.

Se le agigantan las bolsas bajo los ojos, se le multiplican las canas, seguro que los gatillazos le son más frecuentes y que las hemorroides le torturan. Porque su peor pesadilla se está materializando: el Barça recorta las diferencias con más rapidez que con la que el Ministro de Hacienda recorta los presupuestos. Y, además, Pepe ya no se conforma con patear sólo rivales, ahora también patea a sus compañeros. Le sacudió a Arbeloa en toda la rodilla en el último partido, fue una agresión de las de tarjeta roja.

Mourinho, según Asier

Mourinho, según Asier

El escenario únicamente podría empeorar para Mourinho si una afonía repentina afectara a Karanka hasta el punto de que le impidiera comparecer en rueda de prensa. Aunque, pensándolo bien, para lo que dice, Karanka podría acudir a la sala de prensa sin nada de voz.En este estado de cosas Mourinho ha decido hacer autocrítica. Y se la ha hecho a los árbitros. En un blog apócrifo ha escrito que “de nada sirve dominar un partido, estar firmes en defensa y generar 35 ocasiones de gol, si luego el árbitro no tiene acierto a la hora de convertirlas en gol. Los árbitros debieran entrenar más duro para poder definir las situaciones de gol que se generan”

Estas afirmaciones de Mourinho tienen un objetivo claro: poder jugar al ataque con Benzemá de nueve claro y el árbitro como segunda punta. “Es un sistema con el que el Real Madrid ha ganado muchas ligas” argumentan los técnicos merengues. “En los viejos buenos tiempos incluso era el mismo referee el que se desempeñaba de delantero en punta y yo le hacía de acompañante llegando desde atrás” parece que llegó a manifestar en cierta ocasión el gran Alfredo Di Stéfano.

Florentino, ese Ser Superior (por Asier)
Florentino, ese Ser Superior (por Asier)

Sin embargo, los rivales ya conocen está estrategia de los del Bernabeu. Unai Emery, un experto de reconocido prestigio en planteamientos tácticos, puso a uno de sus asistentes marcando al hombre al árbitro. Nada de hacerle la marca en zona, no, al hombre, como en los viejos tiempos. En ocasiones, al asistente de Emery se sumaba Albelda desde el banquillo, un verdadero veterano. Así es como el Valencia secó al colegiado que abandonó el terreno de juego sin haber rematado una sola jugada de peligro.

Esto es lo que tiene amargado y cariacontecido a José Mourinho. Un Mourinho que sospecha que en su decisiva visita al Camp Nou, el Barçapondrá a Zubizarreta a marcar al colegiado del partido, acompañado de Tito Vilanova y la misma Shakira si es preciso.Se avecinan más recortes en la clasificación. Y también por parte de Montoro. Entre Mourinho y Montoro nos van a dar el final de Liga. Bueno, bueno, ya estoy viendo a Karanka dando las ruedas de prensa del Ministerio de Hacienda ¿Ustedes no?

Pepe se convierte en el terrorífico “hombre-bobo” por culpa de la culefobia

El Madrid tiene culefobia. O sea, temor a los lugares rectangulares, cubiertos de hierba y ocupados por barcelonistas.

La culefobia afecta más a unos que a otros. Para Pepe, por ejemplo, el impacto es similar al de la luna llena en el hombre-lobo, pero con una pequeña diferencia gramatical. Lo de Pepe es muy grave. Para el defensor portugués, ver una camiseta azulgrana y transformarse en el hombre-bobo es todo uno. La tontuna se apodera de él y es ansia viva lo que le entra por patear, pisar, morder o pellizcar todo lo blaugrana que bajo los cielos haya. Tan fuerte es la culefobia que afecta a Pepe que si le pusiéramos un yunque pintado de azul y granate, lo patearía con todas sus fuerzas aunque estuviera descalzo. O le soltaría un cabezazo de efectos letales…para el yunque.

Pepe visto por el gran Santi Orúe, en El Jueves y www.eljueves.es

Pepe visto por el gran Santi Orúe, en El Jueves y www.eljueves.es

Porque, señoras y señores, estudios realizados en laboratorios homologados han demostrado que un yunque posee más capacidad intelectual que Pepe. De hecho, durante las pruebas, se acercó más a la resolución de un sudoku el yunque que Pepe. Luego, el central argumentó que aquél era un yunque de laboratorio, que siempre aprenden los ejercicios. Y lo pateó. Iba en chancletas.

Otros afectados por la culefobia

Otro de los que padecen una culefobia severa es el propio Mourinho. Al técnico se le va poniendo cara de Ministro de Trabajo. Macilento, grandes ojeras grises, arrugas, gesto de haber dormido mal, despeinado. Va perdiendo la voz a medida que se acerca el encuentro. Y, como si se tratara de un efecto correlacionado, a mayor pérdida de voz, más grande el calibre de las tonterías que dice. En casa de los Mourinho, la semana en que se disputa el partido contra el Barça, todo el mundo está atento a la cocina. En tensión, mirando los fogones. Saben que a José se le va a ir la olla. Por la culefobia. En casos extremos, antes de empezar a tratarse a y tomar “culesoma”, un depresivo de la culefobia que desarrollaron algunas farmaceúticas cuando lo del Dream-Team, a Mou no sólo se le iba la olla, sino que presentaba la irrefrenable propensión a meter el dedo en el ojete de cualquier ser vivo que lo mostrara. Las mascotas del domicilio de los Mou pasaron meses de angustia, así como los animalitos de parque cercanos y granjas colindantes. Antes de que el tratamiento terminara de hacer efecto del todo, el técnico madridista vio modificada esa propensión por la de introducir su dedo en uno de los ojos de segundos entrenadores del Barça. Actualmente, este síntoma de la culefobia está absolutamente controlada.

Otros madridistas también están afectados. Como Marcelo, Arbeloa o Sergio Ramos, quien sufre culefobia retardada, o sea, la padece con posterioridad al partido de fútbol, generándosele la necesidad de arrojar trofeos desde las alturas. Los síntomas de Iker Casillas son los más llevaderos: se reducen a blasfemar de manera sonora y continua durante tres o cuatro días, alternando blasfemias con lamentos. Por este motivo el portero internacional del Real Madrid declina acudir a ceremonias religiosas en la semana que sigue al partido contra los culés.

Es evidente que hasta que se encuentre una vacuna contra esta enfermedad, el Madrid se mantendrá ayuno de torneos. A dos velas. En el partido de ida del cruce de cuartos de la Copa, de nuevo, la epidemia de culefobia afecto a toda la plantilla y a los técnicos. Se ha extendido ya a la directiva y a amenaza con extenderse entre la afición. Es para hacer una peli. Pero de Torrente.

A todo esto, tras el 1 – 2 del partido, Tito Vilanova se puso unas gafas de soldador, por si las moscas. No se fiaba el hombre.

Pepe se convierte en el terrorífico “hombre-bobo” por culpa de la culefobia

El Madrid tiene culefobia. O sea, temor a los lugares rectangulares, cubiertos de hierba y ocupados por barcelonistas.

La culefobia afecta más a unos que a otros. Para Pepe, por ejemplo, el impacto es similar al de la luna llena en el hombre-lobo, pero con una pequeña diferencia gramatical. Lo de Pepe es muy grave. Para el defensor portugués, ver una camiseta azulgrana y transformarse en el hombre-bobo es todo uno. La tontuna se apodera de él y es ansia viva lo que le entra por patear, pisar, morder o pellizcar todo lo blaugrana que bajo los cielos haya. Tan fuerte es la culefobia que afecta a Pepe que si le pusiéramos un yunque pintado de azul y granate, lo patearía con todas sus fuerzas aunque estuviera descalzo. O le soltaría un cabezazo de efectos letales…para el yunque.

Pepe visto por el gran Santi Orúe, en El Jueves y www.eljueves.es

Pepe visto por el gran Santi Orúe, en El Jueves y www.eljueves.es

Porque, señoras y señores, estudios realizados en laboratorios homologados han demostrado que un yunque posee más capacidad intelectual que Pepe. De hecho, durante las pruebas, se acercó más a la resolución de un sudoku el yunque que Pepe. Luego, el central argumentó que aquél era un yunque de laboratorio, que siempre aprenden los ejercicios. Y lo pateó. Iba en chancletas.

Otros afectados por la culefobia

Otro de los que padecen una culefobia severa es el propio Mourinho. Al técnico se le va poniendo cara de Ministro de Trabajo. Macilento, grandes ojeras grises, arrugas, gesto de haber dormido mal, despeinado. Va perdiendo la voz a medida que se acerca el encuentro. Y, como si se tratara de un efecto correlacionado, a mayor pérdida de voz, más grande el calibre de las tonterías que dice. En casa de los Mourinho, la semana en que se disputa el partido contra el Barça, todo el mundo está atento a la cocina. En tensión, mirando los fogones. Saben que a José se le va a ir la olla. Por la culefobia. En casos extremos, antes de empezar a tratarse a y tomar “culesoma”, un depresivo de la culefobia que desarrollaron algunas farmaceúticas cuando lo del Dream-Team, a Mou no sólo se le iba la olla, sino que presentaba la irrefrenable propensión a meter el dedo en el ojete de cualquier ser vivo que lo mostrara. Las mascotas del domicilio de los Mou pasaron meses de angustia, así como los animalitos de parque cercanos y granjas colindantes. Antes de que el tratamiento terminara de hacer efecto del todo, el técnico madridista vio modificada esa propensión por la de introducir su dedo en uno de los ojos de segundos entrenadores del Barça. Actualmente, este síntoma de la culefobia está absolutamente controlada.

Otros madridistas también están afectados. Como Marcelo, Arbeloa o Sergio Ramos, quien sufre culefobia retardada, o sea, la padece con posterioridad al partido de fútbol, generándosele la necesidad de arrojar trofeos desde las alturas. Los síntomas de Iker Casillas son los más llevaderos: se reducen a blasfemar de manera sonora y continua durante tres o cuatro días, alternando blasfemias con lamentos. Por este motivo el portero internacional del Real Madrid declina acudir a ceremonias religiosas en la semana que sigue al partido contra los culés.

Es evidente que hasta que se encuentre una vacuna contra esta enfermedad, el Madrid se mantendrá ayuno de torneos. A dos velas. En el partido de ida del cruce de cuartos de la Copa, de nuevo, la epidemia de culefobia afecto a toda la plantilla y a los técnicos. Se ha extendido ya a la directiva y a amenaza con extenderse entre la afición. Es para hacer una peli. Pero de Torrente.

A todo esto, tras el 1 – 2 del partido, Tito Vilanova se puso unas gafas de soldador, por si las moscas. No se fiaba el hombre.