Algún dÃa se sabrá. Pero los cuatro enfrentamientos entre el Madrid y el Barcelona, que por suerte terminaron ya, fueron los que determinaron la localización y eliminación del enemigo público número uno, Osama Bin Laden.
El lÃder de Al Quaeda, que vivÃa en un urba de bunkers ajardinados con garaje y trastero, pero sin Internet ni tele por satélite, murió debido a la eliminatoria. El tiempo revelará los hechos.
Los propios SEAL ya han filtrado que Osama, a pesar de ir desarmado, ofreció resistencia. Y lo hizo porque ya habÃa solicitado la conexión al satélite y habÃa comprado el partido en el “payperviuâ€. Fue este hecho el que llevó a los SEAL a su vivienda. Darte de alta en Euskaltel con una dirección de Pakistán, la filiación Osama Bin Laden y el DNI, con una cuenta corriente de Emiratos Arábes, canta un huevo. Allà se presentaron los helicópteros.

Bin Laden en un vÃdeo en el que reprendÃa a Piqué por sus gestos celebrando el 5-0. "Como sigas haciendo la manita te vas a enterar, so-listo" aseguraba Bin Laden
El sargento mayor de los SEAL William Makencie, alias Billy-Mack, fue el primero en irrumpir en la habitación en la que se encontraba un Bin Laden ocupado en desenvolver el decodificador de Euskaltel que ya habÃa recibido vÃa mensajerÃa urgente. El sargento se llevó un susto del carajo pensando que el decodificador era en realidad un detonador de armas de destrucción masiva, por lo que disparó matando personas de poca importancia. No asà a Bin Laden, que miró sorprendido. “Se te ha caÃdo el pelo, barbas, te esperan unas vacaciones indefinidas en Guantánamo†gritó Billy- Mack. En ese momento, Bin Laden comprendió que nunca conocerÃa el desenlace del culebrón entre Madrid y Barcelona, entre Mourinho y Guardiola, entre Messi y Cristiano. La falta de Internet y tele por satélite habÃa impedido al santón fundamentalista seguir la información de los partidos. Unicamente tenÃa acceso a ejemplares atrasados del Marca que sus agentes sacaban de la embajada española en Islamabad.
Y cuando el decodificador estaba en sus manos y restaban unas pocas horas para el partido definitivo, el imperialismo yanki iba a impedÃrselo. Cegado por la frustración, Osama Bin Laden se quitó una chancleta y cargó contra el sargento mayor de los SEAL William Mackenzie. Entre un SEAL entrenado y perfectamente hormonado, armado con un fusil de asalto M16 y un tipo flaco con problemas renales y armado con una chancleta del mercadillo no hay color. Asà fue cómo murió Bin Laden.
Tras disparar, Billy- Mack acercó su oreja a los labios del agonizante terrorista. Bin Laden trataba de decir algo. Y asà era. Sus últimas palabras fueron: “Alaaaa, alaaaa, ala…MadrÔ.
Como se lo cuento.