Conversación de un niño de 8 años con su aita:

Iker: Aita, este año sí que iremos a ver a la selección,  ¿no?

Aita: No hijo, este año tampoco podremos ir.

Iker: ¿Por qué?

Aita: (silencio)

Iker: ¿Otra vez lo del año pasado?

Aita: Sí hijo. Hay gente que no se pone de acuerdo con otra, y entonces no se juega.

Iker: Osea, que porque unos no se ponen de acuerdo nos fastidiamos nosotros sin el partido. ¿Y quienes son esos?

Aita: Pues al parecer algunos jugadores quieren llamarse de una manera en concreto, otros de otra.

Iker: A mi me da igual el nombre. Yo quería ir a San Mamés contigo como hacíamos antes, con la ikurriña y el bocata. Nos lo pasábamos  muy bien.

Aita: Ya. Pero no depende de nosotros.

Iker: Y si unos jugadores no están de acuerdo… ¿No pueden jugar otros? Porque unos jugadores no quieran, ¿nos fastidiamos todos? Aita, no entiendo nada. Esos jugadores me caen mal…

Aita: Habrá que esperar al año que viene

Iker: Creo que estoy perdiendo la ilusión

Aita: (Silencio)

Conversación de un niño de 8 años con su aita:

Iker: Aita, este año sí que iremos a ver a la selección,  ¿no?

Aita: No hijo, este año tampoco podremos ir.

Iker: ¿Por qué?

Aita: (silencio)

Iker: ¿Otra vez lo del año pasado?

Aita: Sí hijo. Hay gente que no se pone de acuerdo con otra, y entonces no se juega.

Iker: Osea, que porque unos no se ponen de acuerdo nos fastidiamos nosotros sin el partido. ¿Y quienes son esos?

Aita: Pues al parecer algunos jugadores quieren llamarse de una manera en concreto, otros de otra.

Iker: A mi me da igual el nombre. Yo quería ir a San Mamés contigo como hacíamos antes, con la ikurriña y el bocata. Nos lo pasábamos  muy bien.

Aita: Ya. Pero no depende de nosotros.

Iker: Y si unos jugadores no están de acuerdo… ¿No pueden jugar otros? Porque unos jugadores no quieran, ¿nos fastidiamos todos? Aita, no entiendo nada. Esos jugadores me caen mal…

Aita: Habrá que esperar al año que viene

Iker: Creo que estoy perdiendo la ilusión

Aita: (Silencio)