Peace at Last in the Basque Country?

 

Hace unos días, Enrique Arana, miembro de la Euskal etxea de Nueva York me envió un e mail alertándome de que la revista ‘Smithsonian’ publicaba en su edición de enero un amplio reportaje titulado “Peace at last in the Basque Country?” (¿Finalmente la paz en el País Vasco?).

Corrí a comprar la revista pero solo encontré el número de diciembre. Unos días después vi el número en cuya portada aparecía una magnífica fotografía de Donostia del fotógrafo de Magnum, Christopher Anderson.

  

El artículo, escrito por el periodista Josh Hammer antes del atentado en la terminal T4 en el aeropuerto español de Madrid, describe las dificultades encontradas durante el período de tregua: “A pesar de todos los obstáculos, hay optimismo. De viaje por el País Vasco, desde las avenidas de San Sebastián (sic) a los pueblos de montaña en el corazón de la tierra vasca, encontré un sentido de optimismo –el convencimiento de que por primera vez en décadas, los vascos tienen una oportunidad real para obtener una paz duradera”.

Hammer cuenta en el reportaje que viajó al Museo de la Paz de Gernika donde Ana Teresa Núñez Monasterio le explicó que “todos los vascos llevamos a Gernika en nuestro corazón”.

Además de Gernika, Hammer viajó a Donostia, Bilbao, Ordizia (“el corazón del País Vasco”), Vitoria-Gasteiz y Laguardia, donde conversó con el propietario de la Bodega El fabulista Eusebio Santamaría.

Ausente en el reportaje, el lehendakari Juan José Ibarretxe y su firme labor en favor de la paz.

En la edición de internet de ‘Smithsonian’ Amy Crawford entrevista al autor del reportaje de la revista, Josh Hammer, quien explica que en su artículo mezcló asuntos como el terrorismo y el turismo porque, en su opinión, eso es el País Vasco: “una irresistible mezcla de lo mejor de Europa con ese refuerzo de terrorismo y un pasado muy violento”.

Hammer explica que el momento más memorable de su viaje fue la visita a un frontón que estaba lleno de gente “con el aspecto de haber estado sentada en las mismas sillas manchadas de tabaco durante 60 años. A las 3 en punto de la tarde de un día entre semana, estos tipos estaban apostando cientos de dólares (sic). Fue realmente extraño”.

Lo que es ciertamente extraño es leer un reportaje sobre Euskadi que deja de lado muchos matices, muchas aristas fundamentales para entender de verdad nuestro país y su apuesta decisiva por la paz. Al menos la revista hizo el esfuerzo de enviar a dos personas para informar desde el lugar de la noticia.

 

 

0 pensamientos sobre “Peace at Last in the Basque Country?

  1. Itxarkundia

    Es decir, que el avezado periodista piensa que Ordizia (¿el mercado?) es el corazón del País Vasco y que el País Vasco se reconoce visitando Gernika, Donostia, Bilbao, Ordizia, Vitoria-Gasteiz y Laguardia. ¡Si por lo menos le hubieran hecho visitar lugares nada vascos como Leiza, Alsasua o Ascain! ¡Menos mal que sí le llevaron a un frontón mugriento -a lo mejor estaba fuera del País Vasco-, al Museo de la Paz de un pueblo (Gernika) que sigue teniendo a Franco como hijo adoptivo, y a un buen restaurant, de Laguardia.

  2. Gaucho

    ¿He leído bien? ¿Es Francisco Franco, el que destruyó Guernica, hijo adoptivo de la ciudad? ¿Será también hijo predilecto? ¿No se puede revocar eso? ¿A nadie se le ocurrió hasta ahora? No puede ser verdad. No debe ser verdad.

  3. Maite

    Si muchos medios de aquí no reflejan el sentir de la gente respecto al problema político que tenemos y como lo vivimos, me parece normal que un medio extranjero piense que Euskal Herria es la Concha, el vino y el árbol de Gernika.

  4. Maite

    Si muchos medios de aquí no reflejan el sentir de la gente respecto al problema político que tenemos y como lo vivimos, me parece normal que un medio extranjero piense que Euskal Herria es la Concha, el vino y el árbol de Gernika.

  5. Juan

    No he tenido ocasión de felicitarte. Te escucho en la radio, y me gustan mucho las tertulias de corresponsales que haceis por las tardes. Me alegro que ahora te animes con los blogs.

  6. Paul Sanjuan

    Es ya meritorio, el que por lo menos
    saquen en una tan prestigiosa
    revista a nuestro pueblo.
    Sin embargo serìa interesante para
    pròximos artìculos en este u otros
    medios, el que seamos capaces de
    guiarles hacia otras bellìsimas
    localidades de nuestra querida
    Euskalherria .
    Me identifico como nieto de la guerra
    y he vivido la diàspora en Caracas-
    Venezuela, y supongo que para nuestros
    paisanos de aquellos remotos lugares
    habrà sido una magnìfica alegrìa el
    haber podido contactar con esto.
    Saludos ,
    Paul Mirena Sanjuan

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