¿Estamos los vascos obsesionados con nuestra vasquidad?

Una buena amiga mía española, que sigue mi trabajo, leyó ayer este blog; era mi primer posting y a modo de presentación hablé de cómo ven en Euskadi a los vascos de la diáspora y como éstos ven Euskadi. Mi amiga me envió un e-mail en el que me decía que le parecía que estaba bien escrito pero que era “como muy vasco todo el rato”.
 
 
En una conversación telefónica posterior me comentó que le había dado un poco de pena que escribiera de la diáspora y de los vascos y que ella, a pesar de tenerme a mí como referencia de vasco, tenía la misma imagen de los vascos que cuando era pequeña, es decir que su imagen del vasco es la de un hombre con boina y jugando a la petanca. Reconocía, eso sí, que podía estar “intoxicada”.

  

A mí me hizo gracia el comentario y le dije que quizás tuviera una imagen de los vascos un tanto anclada en el pasado, aunque yo no recuerdo precisamente a los viejillos de nuestro país jugando a la petanca.
 

Sus palabras me han hecho reflexionar y, sin ánimo ni intención de emular a Carrie Bradshaw, la columnista de la serie ”Sexo en Nueva York” (Sex in the City, en el original), me pregunto ¿Estamos los vascos obsesionados con nuestra vasquidad?.
 
Estoy cansado de escuchar que los nacionalismos (para los otros los de los demás, nunca el suyo) se curan viajando. Yo llevo 13 años fuera de Euskadi y desde siempre, una de mis mayores aficiones ha sido viajar; viajar con los ojos abiertos, hablando en voz baja, sin molestar, sin llamar la atención, observando respetuosamente a otras gentes, otras culturas, intentando siempre aprender y sacar lo bueno de cada una de ellas. Y aún así me siento cada día más nacionalista, no me siento ni mejor ni peor que ningún otro pueblo pero sí orgulloso de mi origen, sin despreciar a nadie, ni siquiera al que me desprecia por mi origen o mi ideología.
 
De soltera, mi madre que nació en Etxarri de Etxauri, decía con orgullo que era vasca cuando iba a Madrid y mi tío Ricardo, quien durante años se recorrió toda Pamplona en su silla de ruedas, contaba el chiste del andaluz que contaba aquello de “dezde que eztoy en Pamplona ze me eztá poniendo un acento vasco…”.  Entonces no se hablaba de política como ahora, la política todavía no lo contaminaba todo, como ocurre hoy.
 
En más de una ocasión, me han preguntado que qué es para mí ser vasco. No tengo la respuesta del millón y si alguien la tiene, que por favor me la diga. Para mí ser vasco es algo muy importante, pero muy difícil de explicar. Es lo que soy, es quien soy, como lo es el hecho de que soy hombre y soy alto y flaco y ando un poco agachado, pero no le doy demasiadas vueltas aunque lo considere una auténtica suerte: ser parte de un pueblo milenario, con un idioma antiquísimo, con una tradición arraigada. Por supuesto que hay aspectos negativos, faltaría más, y que tenemos muchos asuntos por resolver, eso es algo que a nadie se le escapa.
 
No me considero menos vasco que Aitor o Mikel por llamarme Luis, o por no llevar puesta una txapela (me queda fatal para qué nos vamos a engañar) o un lauburu colgado al cuello, por no hablar euskera o por no vivir en Oronotz Mugaire, en Ea o en Astigarraga.
 
Esos viajes por medio mundo me han servido para darme cuenta de que todos los pueblos están obsesionados con su nacionalidad (los franceses, los ingleses, los checos, los italianos…) y orgullosos de ella. Y no hablemos ya de los estadounidenses…
 
Mi amiga me decía que, en este blog, tengo que hablar de Nueva York puesto que vivo aquí y que puedo contar muchas cosas porque soy “muy fashion y muy cool” (es curioso cómo le perciben a veces a uno los demás). Hablaré de Nueva York, por supuesto, ya que ni aunque quisiera podría estar todo el día hablando de lo vasco y espero que ella me siga leyendo, con la esperanza de que, dentro de un tiempo, cambie de oipinión.
 
Los domingos en Iruña, los abuelos van muy elegantes vestidos de traje y corbata y con la txapela muy bien puesta y no por ello están obsesionados. Si hay quien la quiere llevar metida hasta las cejas, como lo hacen en Nueva York, es su problema.

0 pensamientos sobre “¿Estamos los vascos obsesionados con nuestra vasquidad?

  1. ketxus

    Me ha gustado el escrito sobre todo en la reflexión sobre los nacionalismos( para nosotros los de los demás) no tiene desperdicio. Siempre me llama la atención que desde los más importantes medios españoles siempre se hable del nacionalismo de los demás y no piensen en el suyo, que tiene tela.

    Un saludo y hsta otra.

    ketxus

  2. Kaliforniatarra

    Siendo un euskaldun nacido en la diaspora…..mi familia, mis amigos y la gente en general por Euskal Herria…siempre me pensaban de mi como un especie de experimento scientifico nacido en un laboratorio.

    En 2003, me pregunto un periodista de Vitoria-Gasteiz…si tengo mayor afinidad con un Bilbaino o con un Californiano???

    Vea ambiguidad con la pregunta….al final mi respuesta era de que soy un californiano cada dia mas euskaldun…mientras lo veo que los que viven en EH…sois mas “americanizados”…podeis negar todo lo que quereis….pero llevo observando sobre los ultimos decadas..como vais cambiando..

    obesionados con la vasquidad???

    quizas…nosotros en la diaspora..pues si..igual si….

    Pero mientras estoy muy informado con lo que va con los rojillos de OSASUNA…a la vez…ya se que tengo un amigo en Baiona que conoce las noticias del ultimo fichaje del equipo de futbol americano en San Francisco..antes que yo.

  3. JFA

    A bote pronto, Luis, y brevemente: salvo con españoles y franceses, yo nunca he encontrado dificultades para explicar qué es Euskal Herria, que es ser vasco. Suelo decir simplemente que somos un pueblo, una cultura, con una lengua original y dos adquiridas, repartidos en tres administraciones y dos pasaportes. Y suele ser suficiente. Desde hace unos años, suelo invitar a que entren a través de internet en el Census 2000 de USA y que comprueben que el ancestro vasco es uno de los propuestos como referencia a sus ciudadanos. También proponen el “french”, eso sí, “except basque”. ¿Podía haber un reconocimiento exterior de mayor rango?

  4. Juan Pinedo Goicoetxea

    Ni Euskaldun – Txilenarra naiz…
    Creo que efectivamente los vascos estamos obsesionados con ser vascos, en mi caso, soy nieto de vascos y nacido en la diaspora y es bellísimo como aun que soy Chileno en mi corazon y e el orgullo de nuestra familia siempre nos hemos sentido vascos.
    Hace un año tuve la oportunidad de viajar al país vasco y conocer el gernikako arbola, de maravillarme en Araba el lugar de origen de mi familia, de conocer Vitoria-gasteiz, de comer en el mendi goicoa y de llenar mis pulmones del aire vasco trotando por Bilbao…al igual que Luis creo que en cada país nos enorgullecemos de nuestra nacionalidad y estoy orgulloso de ser chileno, pero siento que el cariño por ser vasco y el orgullo de ser porfiado, persistente, a veces tozudo pero tener perseverancia de hierro viene de mis ancestros.
    Chile es un país fundado por vascos hace 500 años y muchas calles llevan nombres vascos ( Isidora Goyenechea, Lo Errazuriz, etc.) y los vascos siguieron nutriendo este pais en oleadas en 1700 y 1800 y hasta 1900 y creo que ese aporte vasco es lo que ha dado pujanza y vitalidad a este pueblo.

  5. pablo r lekuona

    donostiarra euzkero y 100%basko ,si esto me hace ostentar de mi nacionalidad baska,que mas puedo decir despues de estar 47 anos fuera de euzkadi naci soy y morire basko

  6. sirlebert

    vasco de nacimiento de padres dispares, madre española padre navarro, para el vasco, no me siento vasco, hablo euskera como todo euskaldun, mi CV esta adornado con un titulo de la escuela oficial de idiomas en euskera, la trikitrixa me txifla,pero no me siento vasco, halla donde voy me llaman vasco como si fuera algo de otro mundo, me relacionan con un monton de atentados, el 11M por ejemplo, este tipo de cosas me hacen no sentirme vasco, mientras halla alguien jodiendo este pais no me sentire vasco, hasta entonces soy un ciudadano del mundo que anda de aqui para alla conociendo otros paises algunos muy similares a esta/nuestra Euskal Herria

  7. Tatanka-Iyotanka

    Gai potolo-potoloa.

    Creo que el ejercicio público de la propia identidad-adscripción nacional se hace más patente cuando vivimos en el extranjero. Sí los entornos permiten que puedas vivirlo con naturalidad mejor. Pero creo que involuntariamente todos en un entorno internacional nos convertimos en “embajadores de nuestro país” a pequeña escala. Si bien la función administrativo-representativa no es importante. Sí lo son las de “public diplomacy” y “cultural diplomacy”..Creo que nos convertimos en una especie de “grass roots diplomats” que influencian sus entornos inmediatos…

    En nuestro caso por tratarse de una “pueblo sin estado” la visualización de la diferencia resulta problemática. Como ha dicho JFA especialmente los españoles y franceses se muestran especialmente susceptibles y califican de “nacionalismo en negativo” a nuetro patriotismo. En nuestro caso, debido a la carga negativa que nos ponen los chicos de las bombas tendemos a sobre actuar con pasión evangelizadora y ánimo seductor.Casi cualquiera que va fuera se encuentra con la visión que tienen de nosotros de “trouble-makers” Intentamos convertirnos en apostoles de la diversidad y mensajeros del “small is beautiful”, somos defensores de otros mundos posibles, de lenguas obsoletas que dejaron de serlo etc. Y si hay algo que nos identifica es lo insistente-persistente que somos en la defensa de nuestra diferencia.

    Tras unos años de vivir en la ” tierra de los libres, mansión de los bravos”, país “nunca suficientemente conocido, siempre intensamente criticado”, tengo la sensación que acceder a la globalidad desde una plataforma nacional concreta es una opción atrayente.

  8. itziar Albisu

    Interesante,muchas veces me he hecho esa misma pregunta.Me he autocriticado.
    he intentado despojarme de ismos, atributos,modas,manerismos que las sociedades nos obligan y, ofrecen tan atractivamente.Me he desvistido de todo eso.he viajado a otros paises,otros continentes todos bellos,interesantes y he aprendido de cada uno de ellos.
    he intentado ser una mas…en este mundo que gira,te pierdes en el abismo o te traga y desimina con esa fuerza centrifuga.cada vez que me desvisto de todo ismos,capa a capa cada vez,encentro que en el fondo soy euskalduna,lo amo,lo vivo,lo practico.
    No lo puedo negar soy vasca de origen,de raiz,de sangre, de cuna.La leche que me crio fue vasca,los riachuelos de los valles donde mojaba mis piececitos susurraban cuentos de laminas,y en los bosques el basajaun se escondia detras de los grandes robles.Esos cuentos que entonces me asustaban y parecian untanto raros ahora me mecen.Cada vez que me despojo de todo que se me apega por gusto y, a disgusto esta esa furza que se mueve y vive,esencia de ser vasca.He recorrido y vivido diversas culturas,he respetado todas.Todas tenemos derecho a vivir sin denegar ni anular la otra,nada mas ni nada menos,
    simplemente quiero ser,y soy vasca!!…Cada vez que me despojo,pues ya esta bien de obsesion de vasco!…
    cada vez encuentro que fui, soy y sere vasca.Amo al mundo,como las estrellas la noche,y la mar la playa…pero en esencia soy vasca!Agur Bero Bat.

  9. itziar albisu

    Por circunstacias diferentes hemos
    salido de la tierra que presencio nuestro nacimiento.
    nuestros antepasados y hermanos-as temerosos de perdernos.
    Pero ni la distancia ni el tiempo pueden deshacer la identodad de uno…
    nire aitaren etxea defendituko dut…
    Juleneri eta denori,besarkada bero bat.

  10. Oiarzabal

    La reflexion que haces del viaje como antidoto del nacionalismo (vasco, supongo) me ha hecho pensar que hay cientos de miles de vascos repartidos por todos los rincones del mundo y con una presencia institucional en mas de 22 paises…Yo le preguntaria a tu amiga, si el nacionalismo español tambien se cura viajando. Porque al parecer lo del viaje solamante es medicina para los vascos…Os imaginais el dia que en lugar de preguntarnos la gente sobre lo que es ser vasco, se empezarian a cuestionar que significa ser español o frances hoy en dia?

  11. Kris

    El ser o sentir vasco es algo que se lleva dentro, y más cuando estas en el extranjero. Todos somos ciudadanos del mundo, pero nuestros origenes, nuestra cultura e historia, todo con lo que hemos crecido a nuestro alrededor influye y esta presente en el día a día.
    Yo me considero vasca y orgullosa estoy de serlo, como cualquier otro habitante de cualquier otro país.
    Lamentablemente, por lo que se nos conoce en muchas ocasiones a nivel internacional es por una causa negativa, pero en contra posición a este factor negativo, la imagen que proyecta el vasco hacia el exterior es de personalidad alegre, abierta, emprendedora y de confianza. Pertenecemos a un país con origenes desconocidos, con una lengua muy peculiar, un paisaje extraordinario, una gastronomía exquisita…
    En fin, aunque este Nueva York, mi tierra y mi origen estan patentes y siempre lo estaran.
    Agur!!

  12. Itziar albisu

    Oiarzabal atu pregunta respondo.
    tal antidoto esperimentan las personas que no temen encontrarse con la verdad.
    Yo diria que a los vascos se nos ha negado y querido negar tanto de lo que somos o no queremos ser que nos hemos encontrado obligados a reflexionar
    y a encararnos con nuestros fantasmas mismos.Para encontrarnos con un tesoro
    que da la misma razon de tu existencia.
    “Que no seas oprimido ni oprimas,que no te quiten ni quites lo del otro,respeta y deja que exista la existencia del ser”.A traves los tiempos se ha visto que tanto al nacionalismo frances como espainol no le gusta hacerse esa reflexion.

  13. Laura

    Tu escrito me llego realmente… Vivo realmente lejos de Euskadi, al sur de argentina, en la patagonia, y eso no me hace sentir menos vasca que quien vive alli. Y mis antepasados vascos son lejanos, mi bisabuelo llego a Argentina desde alli, y asi y todo siento en mi sangre como lo vasco me recorre… Si, es una obsesion lo mio, pero sana y positiva: me obsesiono con conocer de todas maneras posible mis raices, su historia, idioma, bailes, tradiciones, politica, etc, etc… Nunca estuve en esas tierras pero digo con toda firmesa SOY VASCA… Es lo que siento…

    Tus palabras no pueden ser mas claras y acertadas… “Me siento orgullosamente vasca y entrañablemente argentina”…

    Ah, si, llegue aca navegando por la net buscando “cosas vascas”…

  14. Clara

    Pues yo soy de Madrid, de padre valenciano y madre andaluza. Por cierto, la abuela de mi padre era vasca, su apellido Aldasoro. Y un antepasado mio fue alcalde de Estella.

    A los españoles se nos cura el nacionalismo viajando también. Cuando viví en el extranjero me sentí muy española, aunque haya cosas que no me gusten. Pero me gusta de España que engloba muchas culturas diferentes y eso me enriquece. Y naturalmente, como te pasa a ti, me molestan las palabras despectivas sobre España y lo español.

  15. Francisco Javier Pinedo

    Hola: Soy chileno, también soy descendiente de vascos. Como muy bien dices, la pertenencia a un pueblo es algo inexplicable, algo que forma parte de tu ser. Es lamentable que se “ensucie” muchas veces con la política esta “esencia personal”… una pregunta para Juan Pinedo, ¿Eres hijo de Serafín?…
    Saludos y agur!!

  16. liberal

    Vascos y vascas (españoles todos) despertar de matrix! La historia (verdadera) más grande que jamás os han contado.Para gente abierta de mente recomiendo encarecidamente este blog: blogs.diariovasco.com/cuevavasca/

  17. Josep Maria

    Hola!

    Yo soy catalán y viajar también me hace sentir más cercano al nacionalismo. Por ejemplo en Portugal sentí claramente que mi nación podía ser parecida a aquel país en el futuro, con sus cosas mejores y otras peores.

    Por tanto, este sentimiento de catalanidad está para mi más ligado a un determinado proyecto de futuro para mi tierra y mi cultura que a los ancestros. Pero es evidente que me siento entrañablemente cercano a gentes como vascos, gallegos, escoceses, etc.

    Al mismo tiempo, este sentimiento nacional no está en mi caso creado en oposición a España, acepto que formamos parte del Estado (aunque no me siento español, respeto evidentemente a los que sí lo hacen, entre ellos mi madre). Con todo, ni la posición de ella ni la mía propia creo que son en absoluto representativas de la Catalunya actual.

  18. true

    LOS MITOS DEL NACIONALISMO VASCO
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    LA «IKURRIÑA»

    Habían merendado en casa de D. Ángel Zabala Tremoya-Ozámiz, Sabino de Arana, el anfitrión y otro amigo. Trataban de temas concernientes al nacionalismo que estaban poniendo en marcha. Zabala preguntó: ” ¿Cómo será nuestra bandera?”.

    En la sala había una litografía que representaba un buque británico. Sabino tomó una caja de lápices de colores y sobre el pabellón del buque pintó los colores rojo, blanco y verde. “Esta será nuestra bandera”. El cuadro en cuestión existía todavía hace unos quince años en casa de D. Aingeru Zabala, nieto de D. Ángel.

    Había que justificar la bandera adoptada y los signos de que se componía. La fértil imaginación de Sabino de Arana recurrió a la mítica batalla de Arrigorriaga. No importa que no exista ningún documento histórico que la mencione. Sabino de Arana, después de un alambicado razonamiento en que dio brillantes pruebas de su poder de fabulación, fijó su fecha: el día de San Andrés del año 808. Así justificó la inclusión de la Cruz de dicho Apóstol en su inventada bandera. Para la cruz blanca no necesitó inventar nada. Ya figuraba en algunas representaciones adulteradas del escudo del Señorío. Adulteradas porque, como demostró el historiador carlista Labayru, dicha cruz la introdujeron algunos copistas sin que correspondiera al auténtico escudo.

    El mismo nombre de “ikurriña” es otro producto de la imaginación de Sabino. “Arresoaren bandera, ai, nolakoa ote da?” ( «¿Cómo será la bandera de los de Areso ?» ) , cantaban o cantan los de Leiza para burlarse de los de su vecino pueblo. En el himno de San Ignacio se dice: “Inazio or dago, beti erne dago bandera zabalik …” ( «Ahí estás Ignacio, firme con la bandera desplegada»). A Sabino no le iban las palabras de origen castellano. Recurrió al verbo irakurri (leer). Se imaginó que estaba formado por las raíces ira e ikurri, interpretando que “leer” equivalía a “dar significado”. De ello dedujo o imaginó que en vascuence existió el verbo ikurri, “significar”. De ahí a la palabra ikurriña, “lo que hace significar”, no había más que un paso. El fallo estaba en que irakurri también significa “vendimiar”. No es el vascuence el único idioma en que “leer” y “vendimiar” vienen significados por la misma palabra. Lo mismo ocurre en latín y en alemán. (Legere y lesen). Parece ser que latinos, germanos y vascones encontraron cierta relación entre la recolección de la uva y la lectura.

    No comprendemos cómo nadie se ha dado cuenta, o al menos se lo callan, que en la configuración de la ikurriña se han vulnerado las normas de la heráldica que prohiben el color sobre color y metal sobre metal. Aparece la cruz verde de San Andrés sobre un campo rojo (gules). La bandera que más se asemeja a la ikurriña es la de la marina imperial rusa. En campo rojo (gules) tiene una cruz de San Jorge de plata (blanca) y otra de San Andrés azul. Pero, para respetar las reglas de la heráldica, esta última está sobre otra cruz de plata. Así se evita el azul sobre rojo. Para cumplir las normas de la heráldica, debería ser modificada la ikurriña de modo que entre la cruz verde de San Andrés se interpusiera otra blanca, como la rusa. Sabino pensó su bandera para Vizcaya. Su partido la adoptó como propia. En 1931 Luís de Arana Goiri, hermano de Sabino, protestó cuando los nacionalistas proponían su ikurriña como bandera de todos los vascos. Dijo que ellos la habían concebido como bandera de Vizcaya y que para Euzkadi había que inventar otra.

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    EL «ABERRI EGUNA»

    Cuando los nacionalistas comenzaron a celebrar esta fiesta, coincidiendo con el Domingo de Resurrección en 1932, dijeron que conmemoraban los cincuenta años desde que Sabino de Arana había recibido la inspiración de que los vascos formaban una nación distinta de la española. Citaban incluso un texto de su fundador que rezaba: “Pero el Domingo de Resurrección de 1882, ¡bendito el día en que conocí a mi Patria!…” D. Juan Olazábal Ramery había estudiado en los jesuitas de Orduña con Sabino de Arana. Había sido amigo suyo y conservó esta amistad hasta la muerte de Sabino. Cuando los nacionalistas mencionaron el año 1882, como la fecha en que Sabino se convirtió al nacionalismo, quien había sido su amigo en vida publicó un artículo en La Constancia, de San Sebastián, en que desmentía semejante afirmación. Según Olazábal, Sabino se mantuvo carlista hasta 1888, fecha en que ambos siguieron la escisión integrista. En 1882 no tenía ni la menor idea de nacionalismo. Terminaba el artículo diciendo que, al final de su vida, Sabino renunció a sus postulados independentistas y que, como siempre se había mantenido en línea doctrinal tradicionalista, Sabino había retornado al tradicionalismo español.

    Ignoramos la intensidad de las relaciones de Sabino y Olazábal desde que abandonaron el colegio y, por tanto, el fundamento de las afirmaciones de este último. Pero algo habría porque Olazábal mantuvo hasta 1932 la esperanza de que los nacionalistas retornasen al primitivo redil integrista. Perdió esta esperanza y rompió radicalmente con ellos cuando aceptaron las propuestas de Prieto y renunciaron a las reclamaciones de tipo confesional contenidas en el primer
    proyecto de estatuto. A partir de entonces su enfrentamiento con los nacionalistas sería total. En 1934 publicó un folleto en que les acusaba de haber estado complicados en la revuelta marxista de octubre. Esto no se lo perdonaron los nacionalistas. En julio de 1936 lo detuvieron. Lo llevaron a Bilbao al retirarse de San Sebastián y fue fusilado en el asalto a las cárceles del 4 de enero de 1937, a la edad de 72 años. Es por tanto muy probable que fuese una invención posterior de sus seguidores lo de la “inspiración patriótica” recibida en 1882, y que la elección de esa fecha para “Día de la Patria” se debiera aun malsano deseo de confundir lo temporal con lo eterno y dar un carácter patriótico a la fiesta clave del Cristianismo.

    El seguidor de Sabino que verdaderamente introdujo el nacionalismo en el movimiento separatista fue Engracio de Aranzadi, “Kikitza”. Este publicó su obra “La Nación Vasca” en la que aplicaba las doctrinas nacionalistas de Mazzini. Un jesuita, profesor de Deusto y simpatizante del nacionalismo, le salió al paso y denunció la presencia de conceptos panteístas en la misma. El hecho es que ya el día 1 de Abril de 1923, Domingo de Resurrección, celebraron los nacionalistas un gran acto público en el Frontón Euskalduna y “Kikitza” lo anunciaba, en el diario Euzkadi, del que era director, de este modo: “Ha llegado el gran día. El día de la Resurrección es nuestro. En él la patria se yergue gloriosa, pisando la tumba preparada en siglos de ceguera infinita. Se levanta vencedora, burlándose de la muerte, la nación más antigua de Europa, engalanada con los esplendores de una juventud eterna”.

    En ocasiones hemos leído semejante párrafo a nacionalistas, les hemos citado el día y mes de publicación y les hemos propuesto como adivinanza que nos dijeran en qué periódico pudo haberse publicado. Siempre contestaban: Arriba, El Alcázar o Hierro (diario de FET de Bilbao). Y es que tanto el nacionalismo vasco, a través de «Kikitza», como el español, a través de Ortega y Gasset, beben en la misma fuente: Mazzini. No está de más que reproduzcamos otro párrafo del mismo artículo para que se vea que el nacionalismo centralista y totalitario: « …La persona nacional vasca es una. Los antiguos Estados son miembros de esta personalidad nacional. Se deben a la unidad, a la totalidad, a la nación. No son, no pueden ser sujetos de derechos los miembros; solo la persona lo es…». «Kikitza» negaba todo principio de subsidiaridad. En el año en que se comenzó a celebrar el “Aberri Eguna” los ánimos estaban muy soliviantados en el País Vasco por la política anticristiana de la República. El PNV convocaba la celebración en los siguientes términos: «El día de la Resurrección del Señor. Día de la Patria Vasca. Un solo día para fundir dos recuerdos queridos: la Resurrección del Señor, que al triunfar de la muerte por sí nos lega la prueba más clara de su divinidad; la resurrección de la raza vasca, salvada de la muerte por Sabino”.

    El fundamentalismo es una forma de la herejía monofisita que confundía lo divino y lo humano de Nuestro Señor. El fundamentalismo puede llevarnos a una teocracia que nunca ha sido admitida por la Iglesia Católica. Pero puede ir por un camino peor: el de la religión al servicio de intereses temporales y “más peor”, cuando esos intereses son los de la Revolución, los de Satanás. El hecho es que tenemos, como caso único en España, un partido político que regula la celebración de una fiesta puramente civil por el calendario litúrgico católico. ¿Puede darse una confusión mayor entre Dios y el Cesar?

    LOS NOMBRES “VASCOS”

    El vascuence nunca ha sido empleado para las inscripciones de actas bautismales. El mismo Pierre de Axular, autor de la primera obra importante en vascuence, siendo párroco de Sara, asentaba sus partidas bautismales en castellano. De acuerdo con las normas eclesiásticas se imponían nombres extraídos del santoral con las formas habituales en la época. Así tenemos Joseph, Josef y José. Los nombres precristianos de los vascos fueron cayendo en desuso y para encontrarlos hay que recurrir a documentos medievales. Sabino de Arana quiso remediar esa carencia y compuso su “Euzkotar Ixendegía” o “Santoral Vasco”. Tomó un catálogo de nombres cristianos. Recurrió a sus formas en los idiomas de donde procedían y los transformó de acuerdo con unas normas fonéticas que se inventó. Así nacieron por ejemplo Koldobika (Luis) del germano Klotwig y Kepa (Pedro) del arameo Cefas. Se encontró con una dificultad. En vascuence no existe género. ¿Cómo distinguir a Antonio de Antonia? Sabino encontró solución al problema. Había leído que existía la creencia popular de que los recién nacidos varones cuando lloran abren la boca y emiten una “a”, mientras que las hembras la cierran y emiten una “e”. Los nombres de varón terminarían en “a” y los de hembra en “e”. Estos nombres fueron inmediatamente aceptados por sus seguidores políticos. El resto de los vascos los puso en cuarentena. El P. Resurrección Mª de Azkue escribió un opúsculo titulado: “A Propósito del Santoral Vasco” en que refutaba las leyes fonéticas que utilizaba Sabino. Poner esos nombres a sus hijos constituía una declaración de adscripción política. Cuando los nacionalistas reclamaban el derecho de bautizar a sus hijos en “su lengua”, mentían. Otra cosa habría sido que reclamasen en derecho de imponer a sus hijos el nombre que ellos querían, sin más explicaciones. Porque no vamos a defender aquí la Ley de Registro Civil que los liberales copiaron de Francia y que excluía los nombres en idiomas distintos del oficial. Norma que no existía en otros países, como Alemania. El que un alemán, que había vivido muchos años en Barcelona, pudiera poner a su hija el nombre de Mercedes ha dado lugar a que hoy esté extendido por el mundo para designar una acreditada marca de automóviles. Del santoral sabiniano los nacionalistas pasaron a la leyenda para tomar sus nombres.¡Quién le hubiera dicho a nuestro Navarro Villoslada, cuando escribió su novela “Amaya”, como un canto a la Unidad Católica española, que ese nombre sería utilizado por los nacionalistas vascos para llamar a sus hijas! La misma leyenda se les quedó pequeña. Hoy se imponen a los niños, como vascos, nombres que no tienen el menor sentido. Que suenan a vascos, pero que nadie sabe qué significado tienen. Hace unas semanas creímos ver visiones cuando leímos que aun niño le llaman “Adur”. “Adur” quiere decir “baba” y son los inmigrantes quienes con más facilidad aceptan esos nombres que no son vascos. Quieren “integrarse” y aceptan como de la tierra lo primero que les ponen por delante. Un canónigo de la Catedral de Bilbao, notorio nacionalista, se quejaba en una carta al director del empleo de esos nombres no cristianos. Decía que eso no es lo que Sabino pretendió. “No es eso, no es eso”. Esa queja nos suena.

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    EL OLENTZERO

    En algunos pueblos de Navarra y Guipúzcoa existía la costumbre de sacar el día de Nochebuena un grotesco muñeco, gordinflón, sentado en una rústica silla y fumando en pipa. Era el Olentzero. Dice la leyenda que un carbonero vio en oriente una gran luz, el día que nació Nuestro Señor y bajó al pueblo a anunciar a sus vecinos el fin de una época y el principio de otra. Otros afirman que la fiesta de Olentzero es un resto de las saturnales romanas que se introdujeron entre los vascones. Como quiera que sea, la fiesta era desconocida en casi todo el País Vasco-navarro, con excepción de la zona mencionada. Hace unos 45 años se introdujo la costumbre en San Sebastián. De allí paso a Bilbao y al resto del País Vasco. Hoy el Olentzero es como un Papá Noel vasco que trae juguetes a los niños y, como Papá Noel, está sirviendo para desplazar al Niño Dios del centro de la fiesta. Entre los medios sociales descristianizados ya ni se menciona la palabra Navidad, se festeja la fiesta de Olentzero. La celebración es reciente. Pero han conseguido hacer creer a todo el mundo que se trata de un fiesta tradicional de todo el País Vasco. Y para que no falte la anécdota que demuestra la parte que tienen los clérigos nacionalistas en la descristianización de nuestras costumbres, hemos de hacer constar que fueron grupos juveniles acogidos a determinados conventos, y luego otros de parroquias, los primeros en salir a la calle con el grotesco muñeco que hoy disputa la fiesta de Navidad a Dios hecho Hombre.

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    EL INVENTO DE LA PALABRA EUZKADI

    Las palabras euskera, euskalduna y Euskalerría, eran de uso corriente en el vascuence y significaban respectivamente «el vascuence, el que habla vascuence y el Pueblo Vasco» Todas ellas contienen la raíz eusk. Sabino de Arana transformó eusk en euzko. Con zeda. Con su fértil imaginación encontró una explicación para el término. Siguiendo las leyendas que hacían proceder a los vascos de oriente, imaginó que eran adoradores del sol y que, siguiendo al astro rey, llegaron a nuestra tierra. No se le ocurrió pensar que, de ser cierta tal explicación su asentamiento definitivo tendría que haber sido Galicia o Portugal. Sol en vascuence se dice eguzkia, Sabino de Arana imagina que los vascos se denominaban a si mismos como eguzkikoak «los del sol», que se contrajo en euzkoak. De este modo el nombre de la lengua se transforma en euzkera a pesar de las protestas de todos los conocedores del vascuence, y especialmente de su correligionario navarro Arturo Campión. Es de advertir que en casi toda Vizcaya confunden la «ese» con la «zeda». No así en el resto de Euskalerría donde se diferencian claramente y pronuncian la «zeda» pegando la lengua al paladar y dejando como un conducto intermedio para la salida del aire, sin sacar la punta de la lengua como se hace en Castilla. Por eso para los vizcaínos era lo mismo euzkera que euskera. Como euskaldun realmente significa «que habla vascuence», Sabino inventó la palabra euzkotarra, para denominar al vasco, hable o no el idioma. En Ondárroa se la utilizó para designar a los nacionalistas ya que eran estos quienes así se autodenominaban.

    Euskalerría es, en rigor, el país donde se habla vascuence. Por eso Sabino inventó la palabra Euzkadi, componiéndola con las raíces euzko y -di. Con ello quiso significar «conjunto de vascos». Efectivamente la raíz -di, -ti, significa un colectivo. Pero nunca de personas y siempre de vegetales, especialmente árboles y arbustos: pagadi, aristi, artadi, piñudi, gorostidi… Muchas de estas palabras son apellidos. Ni qué decir tiene que los carlistas rechazaron las innovaciones por erróneas y por partidistas. En los enfrentamientos, cuando unos gritaban ¡Gora Euzkadi Askatuta!, los carlistas contestaban: ¡Gora Euskalerría! La aparición de ETA y de una intelectualidad vasca izquierdista e innovadora supuso el que casi todas las teorías lingüísticas sabinianas fueran abandonadas. Se empezó a escribir Euskadi con «ese». Hoy es la forma normal excepto en algún acérrimo seguidor sabiniano. Últimamente incluso esta misma forma está siendo desplazada por el término Euskalerría. De esto se quejaba hace poco un periodista nacionalista que recordaba que ése es el término utilizado siempre por los carlistas.

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    CONCLUSIÓN

    A la vista de los hechos hay que hacer constar que el nacionalismo ha tenido un gran éxito en difundir “sus” mitos y hacerlos pasar como tradiciones vascas. Esto nos tiene que hacer reflexionar pues si, quienes estamos obligados a ello, hubiéramos puesto más interés en la conservación de las auténticas, no se habría producido el vacío que ha permitido la entrada de tanta falsificación. Los nacionalistas, por su parte, pueden estar muy orgullosos de su éxito con el que no han conseguido más que poner etiqueta de vasco a lo que no lo es y matar la auténtica alma de nuestro pueblo.

  19. eguia uria maria luisa

    Los vascos estamos obsesionados con nuestra vasquidad solo cuando no la niegan.

    cuando hay gente que dice que no hemos existido jamas………
    que nuestra lengua no es mas que un dialecto del castellano…..

    Que lo he oido hasta la saciedad……

    que somos xenofobos..
    cuando como he dicho en mi tesis en Euskadi no hay ni limites territoriales porque las tierras eras comunales.

    cuando niegan la funcion de los fueros como democracia directa.
    O cuando hay misoginos que tratan de salvar a las mujeres de las leyes vascas como es mi caso……….

    Hay que decir lo que es vasco y lo que es folclore que tambien lo hay.

    Para mi lo vasco es lo que no ha hecho democratas, matristicos y ecologistas.

    Lo demas es folclore.

  20. Irune

    Viajar no es antidoto de nada, mas bien es una fuente para enriquecerse y descubrir otras culturas tan bonitas e interesantes como la nuestra, La Vasca! yo tambien he viajado y lo sigo haciendo, es una de mis pasiones y alli donde vaya o este, siempre sere lo que soy una Vasca orgullosa de responder, soy de Bilbao, Euskal Herria!
    Orgullosa de mi tierra, costumbres, lengua, comida (que se echa de menos).
    Doy la razon a Kris he estado en diferentes paises (Peru, Scotland, England, Holanda, Belgica,Colombia…) y siempre me he encontrado con alguien que define al Vasco como alegre, abierto, generoso, emprendedor y de confianza, apasionado por la buena comida.
    Sentirse vasco, catalan, nigeriano, chino,… es un sentimiento! es algo propio y personal, obsesion? quizas! y en mi caso cierto, pero eso si una obsesion sana con la que no hago dano a nadie.
    Musuk denotzat!

  21. Juan

    Pertenezco al colectivo de los otros, los españoles. He llegado a este foro por casualidad y lo he leido durante un buen rato.

    En mi ciudad es dificil encontrar a alguien cuyos abuelos hayan nacido aqui.
    Mis amigos tienen padres gallegos, castellans, andaluces, e incluso alguno de ellos nacieron fuera. Todos están orgullosos de su origen y encantados de vivir aqui.
    Acabo de caer en la cuenta de que eso nunca ha tenido ninguna importancia en nuetras relaciones. En cada casa se cocina de una manera distinta, se tiene distinto acento y se celebran de distinta manera casa dia especial.

    Hablamos de politica sin miedo de nuestros vecinos, criticamos por igual al presidente de nuestra comunidad que al de EEUU, y no se nos pasa por la cabeza que nos pueda acarrear ninguna consecuencia personal.

    A mi calle han llegado gentes de otros paises y se inteçran mejor o peor pero nodie les dice que tienen que comer nuestros platos tradicionales o bailar nuestros bailes.

    En el norte de la peninsula Iberica existe un territorio en el que se insulta o menosprecia a los que son como yo. Se insinua que no tenemos cultura propia, que somos cooperadores de un estado fascista, que somos incultos, y que si hemos nacido al sur somos vagos, que no sabemos hablar indolentes, etc.

    Espero que esos territorios sean muy pronto aquello que quieran ser y dejen de matar a gente para ello. Despues, que sigan partiendo troncos o levantando piedras o quemando autobuses
    pero por favor nunca mas en la seccion de noticias nacional.

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