“New York, póntelo” provoca la ira del Obispado


El pasado 14 de febrero, Día de San Valentín, el ayuntamiento de Nueva York lanzó, como parte de una campaña para combatir el sida entre los jóvenes, su propia marca de condones “NYC Condom”. “Nueva York, póntelo” es el lema elegido por el Departamento de Sanidad de la ciudad, que tiene previsto distribuir 26 millones de condones en restaurantes, bares, discotecas o tiendas de ropa. La campaña tiene un coste de un millón y medio de dólares.
 

  

El envoltorio de los profilácticos presenta un novedoso diseño que mezcla los símbolos y colores de las diferentes líneas del sistema de metro de la ciudad.
 
Cuando el ayuntamiento anunció hace unos meses su intención de distribuir los condones en en las escuelas intermedias y secundarias de la ciudad, asociaciones de padres de estudiantes y otras entidades, pudieron el grito en el cielo y la iniciativa fue cancelada.
 
Ahora es el Obispado de Nueva York el que se opone a la distribución de condones. Antes de seguir adelante hay que explicar algo: la Iglesia de Nueva York es extremadamente conservadora y tiene muy poco que ver con la iglesia vasca, que a mi modo de ver, ha estado muchas veces en la vanguardia de numerosas causas sociales (espero que no se enfade mi buen amigo el legazpiarra Josu Iriondo, Obispo auxiliar de Nueva York).
 
"La decisión de distribuir millones de condones es trágica y equivocada" afirma una declaración emitida por la cúpula católica neoyorquina. El arzobispo de Nueva York, el cardenal Edward Egan, y el obispo de la diócesis de Brooklyn, Nicholas DiMarzio, denunciaron que "nuestros líderes políticos no protegen el tono moral de nuestra comunidad".
 
En su opinión, con esta iniciativa, "degradan los estándares sociales y estimulan una actividad sexual inapropiada y llenan nuestros barrios de condones". "El dinero del contribuyente se utiliza en fabricar y repartir condones".
 
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg a través de su portavoz Stu Loeser, dijo que "con el debido respeto al arzobispo Egan y al obispo DiMarzio, pensamos de manera diferente". "Pensamos que lo que hacemos es salvar vidas humanas, y que eso es lo importante".
 
Según Fuentes del departamento de Sanidad, en la Gran Manzana, una ciudad con 8 millones de habitantes, hay al menos cien mil afectados con el virus del sida, lo que la convierte en ciudad estadounidense que registra el mayor índice de sida del país.
 
Al Obispado le parece que intentar evitar el contagio de sida por medio de la distribución de condones es algo trágico. A mí lo que me parece realmente trágico e inmoral es que el Obispado se oponga a la iniciativa. Tiene derecho a hacerlo, faltaría más, pero espero que los católicos neoyorquinos no escuchen a sus líderes religiosos.
 
En Nueva York, como en el resto del país, la Iglesia católica sobrevive gracias a los hispanos; en esta ciudad el 30 por ciento de los infectados por el virus VIH son hispanos. El Obispado tiene una enorme responsabilidad. Cerrar los ojos y esconder la cabeza, como hace el avestruz, no es la solución a este problema sanitario. El consistorio no anima a nadie a que mantenga relaciones sexuales; lo único que hace es aconsejar a sus ciudadanos a que si las tienen, utilicen condones.
 
Como contribuyente, soy partidario de que el municipio se gaste el presupuesto en campañas de mentalización, un dinero que se ahorra en futuros tratamientos para personas que, de no utilizar profilácticos, podrían contraer la enfermedad.

0 pensamientos sobre ““New York, póntelo” provoca la ira del Obispado

  1. Itziar albisu.NJ

    gracuias por escribir este articulo.
    Como madre de tres,y desear la felicidad y bienestar de mis hijos e hija,les inculcare para que se preparen a manejar y responder con integrudad aspectos de la vida.que aprendadn a ser independientes, a valorar la vida del otro,y la de ellos y a realizar su felicidad.inevitablemente el aspecto de su vida sexual desarrollara,deso que sean sabios en su decision pero tambien
    que sepan que el uso del condon es tan
    necesario como lavarse las manos antes de comer.

  2. ioseba gorostidi

    Personalmente no creo que haya aún alguien a quien sorprenda la actitud de gran parte de la iglesia. Pongámonos a pensar qué cosas provocaron la “ira de los Obispos” y qué cosas no provocaron (ni provocan) esa ira el pasado s. XX y lo que llevamos del XXl.El hambre en parte del mundo, los alzamientos militares de ayer y hoy. Guerras por no se qué paz duradera, pederastas entre el clero, etc,etc…
    Sinceramente, a alguien sorprende la actitud de la iglesia?

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