“Éramos Pocos”, favorita de los críticos estadounidenses


Al menos en la superficie, Los Ángeles no es una ciudad tan agresiva como lo es Nueva York. Ni siquiera el volumen de las sirenas de los coches de bomberos es tan elevado como en Nueva York. La gente te sonríe y hasta te saluda por la calle (¿será que miro demasiado?). Y en las tiendas te dan tiempo antes de preguntarte a ver qué quieres…

Quizás sea la ilusión del recién llegado pues los turistas que van a Nueva York dicen que los neoyorquinos son simpáticos y agradables, una afirmación difícil de creer para quienes vivimos allí.

  

El jueves, bajo una fría e insistente lluvia, los operarios continuaban preparando y decorando el Hollywood Boulevard, por donde el domingo entrarán las estrellas, que se darán cita en esta 79 edición de los Oscars de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, entre ellas Borja Cobeaga y la actriz Mariví Bilbao.

Ni la lluvia ni el mal tiempo reinante durante toda la semana, con la única excepción del miércoles, consiguen arruinar el buen estado de ánimo que envuelve a la “troupe Cobeaga”. Y es que el director donostiarra está acompañado por casi una treintena de personas entre amigos y compañeros de trabajo que han ido llegando estos días.

A las 9 de la mañana me planto en su hotel n Silverlake –al final estamos en distintos hoteles, a pesar de toda la planificación por mi parte, el suyo está lejos del Kodak Theatre. Laura Olaizola, la jefa de prensa, me dice que está enfadada porque alguien se equivocó y les mandó a ese hotel.

Borja Cobeaga acaba de desayunar y está de un humor excelente. Tiene que ir a escribir su crónica diaria para “El Periódico de Cataluña” y me dice que prefiere que le haga la entrevista cuanto antes. “Tómate un café”, bromea, “nadie se va a enterar de que no estás alojado aquí”, sonríe.

Borja, reconoce que cualquiera de los cinco cortometrajes nominados puede ganar y me comenta que es una lotería. El hecho de estar nominado “es tan bonito…, es emocionante”.

Le comento que para dos revistas estadounidenses, “Entertainment Weekly” y “Premiere”, “Eramos pocos”, es la que más posibilidades tiene de llevarse la estatuilla el domingo. “Creo que es el gusto personal del redactor o del crítico que la ha escrito que de la situación real de la Academia, es decir, que puedo ser el favorito o el corto puede ser el favorito en un montón de publicaciones y luego ganar otro; más que nada es un halago que sienta fenomenal pero no alimenta ilusiones en ese sentido”, dice a Radio Euskadi.

Me cuenta que el cortometraje fue también muy bien recibido por el público en el pase del martes en el teatro Samuel Goldwyn, donde pudieron verse los 5 nominados.
Junto al donostiarra se sentó la reina de Inglaterra, o mejor dicho, la actriz que interpreta a la reina, Hellen Mirren, que se lo pasó en grande durante la proyección. “Todo el mundo estaba entregadísimo”, asegura.

Laura Olaizola, un encanto desde nuestro primer contacto, me cuenta por la tarde que Cobeaga entrará en el Kodak Theater junto a su novia Marta Rubio, la actriz Mariví Bilbao, que llega la noche del jueves, y la productora Ohiana Olea, mientras “la troupe” que le acompaña, seguirá la ceremonia en un bar cercano, el “Pig ‘N Whistle”, al lado del “Egyptian Theater”.

Esta semana el director de “Éramos pocos” ha dado un par de conferencias a estudiantes de cine de la Universidad Chapman y la de Los Angeles. Se mostraba orgulloso de su inglés aunque comentaba que a veces se frustraba por no poder explicarse como lo hace en castellano. En La Chapman University mostraron también su primer cortometraje, “La primera vez” (2001), del mismo estilo que “Éramos pocos”. Me dice Laura Olaizola que el domingo los estudiantes acudirán a la Universidad, que se abrirá, para que puedan ver en directo la ceremonia de entrega de los Oscars.

Borja Cobeaga, que acudirá a la ceremonia vestido con un “elegante y discreto traje negro de Adolfo Dominguez” y una corbata “porque odio las pajaritas”, tiene preparado un breve discurso por si gana. El director vasco contó a Radio Euskadi que “será un gracias, corto y sobrio, lo más discreto posible para que no me traicionen los nervios y no decir tonterías”.

El jueves por la noche tenían previsto llegar a Los Angeles la actriz protagonista de “Éramos pocos” Mariví Bilbao, y Nacho Vigalondo, socio y amigo de Cobeaga, quien ya estuvo nominado hace un par de años por el corto “7:35 de la mañana”.

También estará presente el Viceconsejero de Cultura del Gobierno Vasco, Gurutz Larrañaga y es que, la película de Cobeaga forma parte de Kimuak, el programa de difusión de cortometrajes que impulsa el departamento que dirige Miren Azkarate.

Cobeaga me cuenta que Vigalondo le dio algunos consejos “muy prácticos y profanos”, como que trajera dinero suelto para dar propinas en las “barras libres”, que se llevara una petaca para sobrevivir a la larga ceremonia o que no llevara los calcetines “con tomate” por si le pasa algo.

Antes de marcharme, le pregunto que a ver quién es la mujer que hace de madre y a la que solamente se le ven las piernas al principio del corto. “Es Idoia Esteban, la ayudante de decoración; tenía sólo 22 años y le tuvimos que poner unas medias gordas de color carne”.

Aunque tiene los pies sobre la tierra (de Los Ángeles), el realizador donostiarra sueña con ganar el Oscar. Por si salta la libre, Laura está buscando una sala en un hotel para celebrar la rueda de prensa, después del baile del Gobernador, porque a los ganadores, el gobernador Schwarzenegger les invita al baile más cotizado de la noche y al que solo los elegidos pueden entrar.

Borja Cobeaga tiene ya en mente varias películas. La obtención de la dorada estatuilla le ayudaría a financiarla con mayor facilidad. Le pregunto a ver qué película le gustaría dirigir. “La que más me apetece se titularía ‘8 apellidos vascos’ y en ella la protagonista conocería a su futuro suegro, que no sería Robert de Niro, sino Arnaldo Otegi”.

0 pensamientos sobre ““Éramos Pocos”, favorita de los críticos estadounidenses

  1. jfa

    Anduve un día por esas boulevares acompañado por Andoni Aranburu y de la mano de Iñaki Bizkarra. Conducía yo el auto alquilado, llevaba a Iñaki a la derecha y a Andoni detrás. En Sunset Bd., como toca, había tranca (o cola, etc.) y delante de nosotros, un “carro” con una ikurriña en el lomo. Le adelanté, le pedí a Iñaki que bajara la ventanilla (a él le pareció que ahí no había noticia y se resistía a decirle nada), me puse al lado de la conductora, una joven que vi guapa y grité: Gora Euskadi! Me contestó -con apagada voz, sorprendida, asustada-: Askatuta! Tengo testigos. A lo mejor la ves tú también Luis…

  2. Luis Foncillas

    jf, a mí me pasó algo en Madrid en mi último viaje. Iba por la calle Carretas cuando vi paradas a dos chicas. Una de ellas llevaba puesta la camiseta de la selección nacional de Euskadi pero no me atreví a decirle nada. Fue muy rápido y me pilló por sorpresa.
    Cuando pasamos -iba con un amigo estadounidense- éste me dijo: ¿porqué no le has dicho nada?.
    Me parece que hace falta valor para ponérsela en Madrid porque para muchos es un acto de provocación.
    Ese mismo día, compré un jersey en una tienda y al pagar con mi tarjeta de crédito le entregué al dependiente, sin la más mínima mala intención, el carnet vasco.
    Me dijo que a ver qué era eso y que le diera un carnet válido. Le dije que yo no tenía carnet español (al residir en el extranjero no es obligatorio). Paradojas de la vida, aceptó sin rechistar el carnet de identidad de Nueva York…
    Respondiendo a lo que dices, aquí no se ven con facilidad pero en San Francisco no es difícil ver cohes con ikurriñas.

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