Vascos en el mundo

Ultima mirada mágica al mármol negro de Markina

 

Euskal Herria: La mirada mágica, sigue siendo el programa que más gusta en América, incluso entre quienes no tienen vínculos afectivos con esta tierra. En cuanto la programación se toma un respiro y lo saca por un tiempo de la parrilla, llegan peticiones, solicitudes para que vuelva. Para que vuelva ese programa del helicóptero… ¡Cuántos programas de este tipo se han hecho y cómo destaca éste entre todos!

Lo que muchos de ustedes no saben es que los padres de esta serie murieron con la botas puestas. Sí, fallecieron cuando estaban tomando imágenes para un programa: Iñaki Pangua, director, Rubén Cortijo, cámara, y Roberto Arenas, piloto, murieron el 21 de mayo de 2001, a las 18:10, cuando sobrevolaban una cantera del camino de Markina a Aulestia por Meabe. Un fotógrafo amigo, Santhi Yaniz, aunque herido, salvó la vida.

  

El informe oficial lo recogió diciendo “la aeronave EC-HAJ, un helicóptero Eurocopter, modelo AS-355N, se encontraba volando en los alrededores de Marquina (Vizcaya) realizando trabajos de filmación de paisajes para un programa de la televisión Euskal Telebista (ETB). En una pasada de filmación de una cantera de mármol, al ascender verticalmente de la explanada de la cantera, las palas del rotor impactaron con un cable tendido entre las paredes de la misma”. “Ese cable, de alta dureza y con filos cortantes, era del tipo usado para el corte de mármol que se extrae de esa mina”.

Los vi salir de Iurreta. Un poco antes, había saludado a Iñaki, como tantas veces, en la puerta de entrada. Me tenía al tanto de lo que hacían, seguramente porque fui uno de sus primeros admiradores, porque me pidió ayuda para convencer de que no se trataba de una serie más de vistas desde el aire. Coincidí con él en el aeropuerto de Sondika el día que empezaba la primera grabación. Estaba entusiasmado. Luego, bajé varias veces a sesiones mano a mano que teníamos en el sótano de nuestra sede. Ese 21 de mayo también le vi en la entrada, tras sus gafas, tras su sonrisa burlona, saliendo a volar.

Salieron a filmar la cantera que había proporcionado mármol negro -“Mármol Negro de Markina, caliza, roca compacta y grano fino: negro intenso, alto brillo”- para edificios emblemáticos como el Empire State Building de Nueva York. La de Markina es una pequeña villa -muy noble y muy leal villaviciosa- muy volcada al exterior. De ella han salido a todo el mundo los mejores y más numerosos pelotaris de cesta punta (Jai Alai). De su comarca han salido a cuatro continentes conquistadores, descubridores, pastores y misioneros. Y de esta comarca salió a América, como nos quiso mostrar Iñaki y su equipo, un mármol bello y resistente que había pasado la exigente prueba de frontis y rebotes, de iglesias y capillas, de casas-torres y solariegas de postín.

Meabe arriba, camino de Aulestia y Santa Eufemia, se suceden las heridas del monte por donde aflora el mármol precioso. Ahí es donde Iñaki, Rubén y Roberto perdieron la vida, donde Santhi se quedó herido de vida. Ahí, otros retomaron senda y smemoria. Esas son las mismas canteras en las que los niños de Markina se escondían los jueves por la tarde de fiesta escolar para fumar sus primeros cigarros, hacer los primeros descubrimientos de su cuerpo, celebrar los txitxiburduntzi, hasta que llegó la televisión y la abundancia y les arrebató la inocencia.