Chirgua 1965: Una escena, una foto, un poema

Urko Garamendi, como Irantzu Leunda antes, leyeron mi comentario sobre las gentes de Chirgua. Irantzu contó luego cómo había sido el homenaje que se les tributó, y Urko me manda ahora esta foto, además del anuncio de que viaja en Semana Santa para Venezuela, para Chirgua.

Si retomo el tema hoy es porque la foto me parece en sí misma un poema, una provocación sugerente, merecedora de un tratado. Debió ser tomada a mediados de los sesenta. Si tuviera que aventurar un año, diría que en 1965.

  

José Mari Uzkanga Gisasola (abajo, con gafas, en cuclillas), nieto por cierto del último alcalde de Begoña, por solo mencionar una rama de su ilustre familia, rondaría ya a Bakartxu, que es la que está a su lado.

No sé quién tomó la foto, pero me atrevo a decir que estaba muy estudiada, que había un ojo de artista de por medio y que tenía como destinataria la familia y los amigos en Euskadi.

Cuando se hace, ya están en situación económicamente desahogada. Están posando, sin duda, y se hacen acompañar de sus valores: el tractor, los naranjos del fondo, las gallinas, el conejo, las cestas de huevos a rebosar, las frutas, los frutos.

Falta amama ya. Son veinte, si he contado bien. Gente madura, gente joven, niños. Son felices, están bien y se lo que quieren hacer saber a los suyos: en nuestra cultura, las alegrías se comparten, las penas, muchas veces, se ocultan, sobre todo si no se les puede poner remedio por compartirlas.

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