Ugalde, Oteiza, Chillida, Basterretxea, juntos y revueltos

El pasado fin de semana leí en Berria un muy interesante reportaje de Alberto Barandiaran sobre la entrevista-libro que Martín Ugalde intentó sin éxito con Jorge Oteiza durante tres años, entre 1972-1975. Dice el titular, le dice el escritor al escultor, “Atsekabetu nauzu, baina ez dizut herrarik”, que en el texto aparece como ”Atsekabetuta nago honezkero, herrarik ez ordea”, es decir, “Me has decepcionado, pero no te guardo rencor”.

El periodista quería incluir una entrevista del artista en el libro que finalmente apareció sin él, un libro que concluyó con la que le hizo a Chillida. El reportaje de Barandiaran cuenta con pelos y señales qué sucedió, cómo y por qué no fue posible la publicación, a pesar de que Ugalde estuvo dispuesto a concesiones nada habituales en el periodismo, en atención a la importancia del entrevistado, a la relevancia de su discurso.

  

El problema era lo que el oriotarrra pensaba y decía de Chillida: que nunca había estado de acuerdo con la denominación de Escuela Vasca, que había sido el responsable de que fuera el único escultor vasco conocido en el extranjero, que era arrogante, lejano, además de que en su obra no había ni complejidad, ni en su pensamiento misterio. Martín Ugalde, que siempre fue un gran conciliador, no consiguió que Oteiza moderara sus juicios y no aceptó tampoco que su guerra particular le arruinara el objetivo central de las entrevistas: mensajes de esperanza, para imaginar el futuro con ilusión.

Notorio era que Oteiza y Chillida se llevaron mal, lo que el medio abrazo arreglado de última hora no consiguió borrar, y que fuera esto atribuido casi siempre a la compleja personalidad del primero. Lo que yo al menos no sabía era que la opinión de Néstor Basterretxea acerca de Chillida fuera tan negativa. El mismo Basterretxea que dice de Oteiza en una entrevista de febrero del 2006, igualmente en Berria, que era una persona y un artista extraordinarios; que era varias personas, hasta cuatro, a la vez: el de la mañana, el del mediodía, el de la tarde, el de la noche, porque “cambiaba de opinión constantemente”; que era cicatero y generoso; “el mejor amigo y el más traidor”; que fue “un privilegio para mí haberlo conocido”, dice de Chillida que tras enterarse por él mismo, por Larrea y por Mendiburu que existía el proyecto de hacer un monumento al pastor vasco en Nevada y que tenían intención de presentarse a concurso, tomó el avión y se presentó allí diciendo que ellos tres no eran nada.

Dice Basterretxea en esta entrevista que Chillida les dijo a los americanos que él era el único escultor. “Ni mencionó a Oteiza, por supuesto. Algún día alguien escribirá otro Chillida. Capaz de hacer cualquier cosa para destacar sobre los demás. Hizo todo lo posible por quitarnos de en medio. Era un gran fascista. Su padre fue un hombre de Mola en Gipuzkoa. La gente no conoció al verdadero Chillida, no sabe cómo fue, o sí, pero no tenemos memoria histórica. Y es una pena, porque sin memoria no somos nada. Sin memoria, los fascistas de antes son los demócratas de ahora”.  

No me imagino a Oteiza formulando juicios tan duros. Sí me lo imagino relativizando la profundidad de la obra y el pensamiento de Chillida, seguramente lo que en verdad no quiso modificar de las declaraciones hechas a Martín Ugalde que no se publicaron, y que Barandiaran ha rescatado de los Archivos de la Fundación Oteiza.

0 pensamientos sobre “Ugalde, Oteiza, Chillida, Basterretxea, juntos y revueltos

  1. Mikel Ezkerro

    Confieso mi ignorancia sobre la escultura, lo relacionado con la estética y no puedo opinar si la obra de tal es más de “estilo vasco” que la de cual.
    Los cuatro nombres mencionados son muy importantes en la vida de la Naciòn Vasca.
    Me parece que Chillida manejò nejor que Oteiza la trascendencia de su obra,en suma “relaciones pùblicas” que un Oteiza que se presentaba como un “solitario” por naturaleza.
    Me costó mucho entender “Quosque Tandem” obra cuya lectura me aconsejò Nicomedes Iguain Azurza “Niko” que era si un conocedor del Arte, la Estètica y de las obras de de Oteiza y Chillida.
    A Nèstor Basterrechea, lo conocì y tratè en Buenos Aires hace unos pocos años y puedo afirmar que es un hombre que quiere mucho y bien a Argentina, pais donde viviò,exiliado con sus padres,durante años y donde hay obras suyas.
    Que este sentimiento de amor a Argentina es notorio, lo prueba el hecho que el Lehendakari Ibarretxe al inaugurar la Delegaciòn del Gobierno Vasco leyó textualmente desde la tribuna,una carta del amigo y patriota vasco Nèstor.
    En cuanto a Don Martin Ugalde, es para mi,un arquetipo de PATRIOTA VASCO.
    Hace pocos dìas me emocionè al ver una pelìcula cuyo guión escribió sobre el drama de Gernika.
    Recomiendo su Sintesis de Historia del Pueblo Vasco a cuantos desean inciarse en el tema històrico.
    Por último: Muchas veces me pregunto Què formidable Secretario de Acciòn Exterior del Gobierno Vasco hubiese sido Don Martìn ?.
    Pocos como él,muy pocos, conocìan a la Diáspora Vasca en nuestros aciertos y en nuestros errores.
    Respeto a Oteiza y Chillida y siento afecto por Basterrechea y Ugalde.

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