Vascos en el mundo

Inmigrantes antinacionalistas

Leía el domingo en The New York Times una noticia que no me sorprendió en absoluto, lo que es más, me lo temía. Una abrumadora mayoría de inmigrantes que viven en Quebec, muchos de ellos de origen latioamericano, no están interesados en el tema de la soberanía; en otras palabras, que no quieren que la provincia de Quebec se independice de Canadá. Lo peor del caso es que los inmigrantes suponen ya el 10% del electorado en Quebec.

  


Traigo la noticia a colación porque es algo que siempre me he temido: que los inmigrantes que llegan a nuestro país (Euskal Herria) no quieren que nos independicemos de España. Ciertamente y aunque no sea mas que por comodidad, muchos latinoamericanos no quieren aprender otro idioma -también oficial en parte de nuestro país-, el euskera, con lo que es fácil declararse antinacionalista (vasco, claro con lo que por desgracia, uno se convierte por defecto en nacionalista español).

Recuerdo una visita que hice a Pamplona-Iruña hace unos pocos años. Estaba en la plaza del Ayuntamiento y un peruano que residía en la ciudad, se me acercó y comenzó a hablarme. Al final de la conversación me despedí con un “agur” y su reacción fue la misma que podría haber tenido Yolanda Barcina, la actual alcaldesa de la ciudad y burgalesa de nacimiento. El individuo en cuestión se me puso como un energúmeno y me dijo que a él le hablara en cristiano (¿no se repitieron estas palabras hasta la saciedad durante el Franquismo en nuestros pueblos?). A pesar del cabreo, pensé: “uno de fuera que viene a mi casa a decirme cómo debo pensar… claro que ahora es él el que vive en la ciudad en la que nací y en la que ya no resido”…

Quiero dejar muy claro que no soy anti-inmigrante; de hecho yo mismo soy inmigrante en Estados Unidos, país al que llegué hace casi 13 años, pero creo que esta situación debería solucionarse de alguna manera. Considero que es labor de todos, también de nuestros políticos, dar salida a ese sentimiento antinacionalista (vasco, repito) de muchos inmigrantes que llegan a nuestro país en busca de una vida mejor, como la que yo buscaba cuando llegué a mi país de acogida.

Como dice The New York Times, en Quebec, no tienen más remedio que acoger con los brazos abiertos a los inmigrantes ante la baja tasa de natalidad ya que, de otra manera, esto haría que el crecimiento económico se redujera considerablemente. Según los economistas, Quebec ha pasado en una generación, de tener la tasa de natalidad más alta “del país” a una de las más bajas, por lo que cualquier aumento de la fuerza de trabajo se deberá a los “nuevos” quebequeses.