¡Me río yo de los atascos de la A-8 en hora punta! (Parte II)

Llevo ya mes y medio largo viviendo en Jakarta y en todo ese tiempo habré visto el sol media docena de veces. Sí, Indonesia es un país tropical, el ecuador divide el archipiélago en dos (quedando la mayor parte del territorio al sur) y el termómetro rara vez baja de los 25º, pero la contaminación es tan exagerada que disfrutar de un día de cielos despejados es tan complicado como lo es en Euskal Herria. En el anterior post ya comentaba lo complicado que resulta pasear por esta ciudad debido a la ausencia de aceras, pero es que ese no es el único obstáculo al que debe enfrentarse el (siempre valiente y algo inconsciente) peatón. Y es que esa densa contaminación que convierte al Gran Durián en una ciudad gris, también tiene olor y sabor: el de la combustión del carburante que utilizan los centenares de miles de vehículos que a todas horas atascan las arterias de esta megalópolis. DSCN1713

Los habitantes de Jakarta, conscientes de los efectos nocivos de la polución para la salud, han convertido a la mascarilla en el complemento de moda sin el que no puedes salir de casa. Al decir esto, no pretendo banalizar sobre los efectos beneficiosos que el utilizar mascarilla tiene para el aparato respiratorio, sino que literalmente han convertido ese artículo en un complemento de moda. Existen mascarillas de colores, con estampados imposibles, con la cara de Doraemon y por supuesto, existe toda una línea con distintos motivos de la siempre presente Hello Kitty.

Pero esa contaminación no solo afecta a los peatones, también es una amenaza para los motoristas que son los principales usuarios de las carreteras indonesias. Las motos son las auténticas estrellas de la carretera, y no sólo por su precio (mucho menor comparándolo con el de un vehículo de cuatro ruedas, solo al alcance de la clase alta y la incipiente clase media) sino por su reducido tamaño que le permite esquivar muchos atascos. Es por ello que si se tiene mucha prisa para llegar a una cita, la mejor opción es contratar los servicios de un Oyek, que no es más que la “versión moto” del taxi de toda la vida. La carrera sale por unas 5mil rupias (menos de 50 céntimos de euro). Eso sí, conviene tener a mano una de esas mascarillas fashion o taparse las vías respiratorias con un pañuelo.

El tráfico es, ciertamente, un mal endémico en la capital de indonesia. Una lacra a la que el gobierno local ha decidido poner fin “a su manera”: prohibiendo a los coches con menos de 3 ocupantes circular por las principales vías de la ciudad en hora punta. Y esto no es ninguna tontería, la policía realmente vigila para que ningún vehículo se atreva a colarse en alguna vía principal con menos de 3 pasajeros. Y si bien la medida no ha ayudado demasiado a reducir los atascos en la ciudad, sí ha servido para generar “empleo” (o algo). Se les conoce como Jockeys: mujeres, hombres, ancianos, niños…. que dicho en pocas palabras, esperan pacientemente en los arcenes de las carreteras a que los conductores les contraten para hacer bulto dentro de los vehículos y así sumar 3 personas y poder circular por el centro de la ciudad de acuerdo a la ley. En fin, así es Jakarta, así es su tráfico…..hablando mal y pronto: ¡un auténtico Cristo!

Geroarte!

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