Adiós Diablo

Queridos todos,

Estos días pensaba en escribir un post sobre mis vacaciones en el mar, sobre mi viajecito a Uruguay con mis colegas las Maripilis. La tristeza que aún me inunda tras la pérdida de un amigo, hace que haya preferido hablaros de esto.

Conocí a Eduardo hace algún tiempo porque era íntimo de Pato. Eran amigos del alma. Eran hermanos. Lo que más me sorprendió de este canalla, de este gran y querido crápula era su gusto por la vida. Sus ganas de exprimirla. Eduardo era carisma, un poco “tolosa”, como el díría. Era alegría, vitalista… dueño del don de la ironía. Eduardo te ponía contra las cuerdas, iba contra viento y marea. Buen orador, con buena conversación, listo, elocuente, te cuestionaba, te hacía replantearte, joder… era inteligente. Era un Diablo, era ilimitado. Era risotadas, era buen humor, sarcasmo, carcajadas… qué cabrón!
Su adiós rompe. Deja vacío. Es feo. Desola.

Vivirlo desde aquí ha sido muy extraño. Difícil. Pensar en los que están allí y sufren, duele.

Eduardo, aunque fueron tantos los ratos que peleamos… voy a extrañarte. Mucho, mucho, mucho.

Adiós Diablo cabrón.

6 pensamientos sobre “Adiós Diablo

  1. Jokin

    Hola guapa,

    Siento mucho la pérdida y te felicito por lo bien que has expresado tus sentimientos. Más que ponerme triste, que también, me has dado ganas de vivir, como siempre.

    Es posible que hoy no te apetezca decir la frase que siempre tienes en la boca. Pero te la digo yo, para que no la olvides: “La vida es maravillosa”. Y hay que aprender de los que saben disfrutarla, como tú y como ese amigo que os ha dejado.

    Un abrazo enorme y sigue así crack! Muchos besos!

    Jokin.

  2. Carmela

    Te envolvía en su discurso y tú lo has conseguido ahora en el tuyo Rocío.
    Una gran descripción del gran tipazo que nos ha dejado.
    Y sí, en los recuerdos de todos, oiremos su risa.

  3. Munia

    Hola Ro:
    Me he querido sumar a este comentario.
    De todos es sabido; que Eduardo y yo no es que fuesemos precisamente íntimos. Su visión sobre varios aspectos de la vida y sus charlas, que terminaban siendo monólogos; llegaban a ponerme de los nervios. Pero, me veo obligada a reconocer, que Eduardo no pasaba por tu vida sin dejar huella. Su vitalidad, su energía,sus ganas de vivir la vida y disfrutarla al máximo,… todo lo vivía tan intensamente, que te contagiaba. Como tu has dicho, hasta su risa era desmesurada,como las ganas que ponía en todo lo que hacía. Además era uno de los grandes amigos de Isi y hermano de dos campurrianos a los que tengo muchísimo cariño, Molus y Fernando. Verles a ellos tristes y recordándolo tanto,hace que solo me vengan flases de él, de fiesta en Reinosa y en Villar del Rey,donde tan buenos ratos pasamos.
    Un musu desde Euskadi y disfruta de Adolfo, que ya se que pronto va a verte.

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