25 de enero: celebración y protestas
Ya desde primera hora del miércoles se podía notar que el día era diferente. Comercios cerrados, calles vacías y apenas tráfico. Hacer un viaje que normalmente hubiese llevado media hora, podía hacerse en minutos, siempre y cuando no coincidiese con una de las numerosas marchas que se llevaron a cabo desde diferentes puntos de la ciudad (la más larga partía del barrio de Heliopolis para recorrer unos 20 kilómetros) con destino a la céntrica plaza de Tahrir.
Ayer no fueron los cairotas los únicos que se acercaron al centro de la ciudad, cerca del edificio de la ópera, una de las numerosas entradas a la plaza, podían observarse numerosos autobuses que habían llegado desde Minia, Fayoun y Gharbiya entre otras provincias.
Cruzar el puente que une Zamalek (el barrio donde se emplaza la ópera) con Tahrir era casi imposible, la concentración de gente ha sido una de las más altas, si no la más, desde que hace un año dio comienzo todo. Jóvenes, ancianos y familias enteras celebraron el aniversario en una atmósfera relajada y festiva en la que incluso se celebró una boda y una mujer dio a luz.
Cabe apuntar que la seguridad y los checkpoints que había que pasar para llegar a la plaza estuvieron organizados en su mayoría por partidarios afines a la Hermandad Musulmana.
El contraste a Tahrir lo puso la protesta que se llevó a cabo desde media tarde hasta bien entrada la noche en la sede central de la televisión nacional, que si bien transcurrió de manera pacífica, daba muestra del descontento que siente una buena parte de la sociedad egipcia por la lentitud de los cambios que se están produciendo.
El día transcurrió de forma pacífica exceptuando pequeños incidentes y algún que otro momento de tensión.
Entrada la noche, todavía quedaban manifestantes tanto en la sede televisiva como en la plaza, derivando las concentraciones en una sentada que se planea prolongar hasta el viernes por la tarde, a fin de dar apoyo a una protesta programada tras los rezos de mediodía.
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