No es un adiós, es un hasta luego

Hace ya cuatro meses que llegue a esta pequeña ciudad Danesa con mucha ilusión y con ganas de un cambio, pero a la vez con muchos nervios. Hoy he cerrado definitivamente la pesada bahúl de mi primer semestre como estudiante Erasmus en Aarhus, en donde no solo guardo todos los apuntes y trabajos que he hecho a lo largo de estos 122 días, sino también todos los buenos recuerdos que he vivido. A esacasos días de volver a casa por Navidad, me he puesto a pensar todo lo que han supuesto estos cuatro meses para mí y me gustaría compartirlo con vosotros.

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Dinamarca es un país pequeño y acogedor donde ha sido muy fácil encontrar mi sitio. He de reconocer que los primeros días fueron caóticos; mi cara era un verdadero cuadro cuando alguien me hablaba en danés o me tocaba pagar en alguna tienda, no me enteraba absolutamente de nada. Todavía me acuerdo, y sino ya esta Cristina para recordármelo, la primera vez que pagué el bono del bus. Era mi primer día en la ciudad, aún no tenía idea de donde estaba y mucho menos de cómo funcionaba el tema de las coronas. El amable (cualidad Danesa por excelencia) señor me dijo: “Son 1.000 coronas” y yo aún pensando que me estaba pidiendo esa suma en euros. Casi me atragante del susto, pero al menos risas no faltaron.

Ahora esas pequeñas cosas que parecían un mundo han perdido importancia, mientras que otras la han ganado. Los amigos han sido uno de los elementos más importantes durante esta temporada con los vikingos. Es difícil de explicar, pero cuando no tienes el apoyo de tu familia esas personas que te acompañan a lo largo del viaje cogen un significado muy especial. En mi caso, el primer día encontré a una gran parte de esas apoyos que han dejado huella. Gracias a ellos he aprendido cantidad de cosas ¡ahora cocinó!, me he reído mucho, he viajado, pero más importante, he encontrado ese sitio que llevaba mucho tiempo buscando.

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Con el trimestre finalizado, muchos vuelven a sus universidades para que otros puedan venir y disfrutar del encanto de Aarhus. Aunque hoy en día las distancias no sean un problema, no va a ser igual de fácil como conectarte a Facebook o entrar en el grupo de WhatsApp y decir: “¿Un pizza slide en el 7eleven?”, “¿Cenamos en mi residencia?”, “¿Fiesta en el Australian?”. Nunca se me han dado bien las despedidas, pero quería escribir este post para darles las gracias y despedirme de todos ellos. Como bien dice el título de este post, espero que no sea un adiós definitivo, sino un bonito hasta luego.

Tak, Eskerrik Asko, Gracias, Thank You, Gràcies, Merci, Obrigado, Danke, Spasibo, Grazie…

¡Aarhus, nos vemos despues de Navidades!

3 pensamientos sobre “No es un adiós, es un hasta luego

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