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Brasilia 50 años

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50 años de historia puede no ser mucho. Tratándose de Brasília, el caso es distinto, pues no existe nadie quien no se impresione con la grandeza lograda por la capital federal en tan poco tiempo.

En el año de 1823, después que Brasil se convirtió en un imperio, el revolucionario José Bonifácio habló por primera vez en una nueva capital para Brasil ubicada en el centro del país. Siglos después, el gobierno de un hombre adelantado a su tiempo, puso sobre el tapete esa posibilidad e innumerables fueron las discusiones acerca de tamaño cambio en la historia, política, economia y sociedad brasileña. Hasta que en 15 de marzo del 1956 el presidente de la República Juscelino Kubitschek decide construir la nueva Capital Federal.

El urbanista Lúcio Costa, ganador del concurso público para construir el proyecto de la ciudad, aprovechó el relevo de la región y presentó el famoso Plan Piloto, en forma de un inmenso avión, declarada Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad en 1987 por la Unesco. La tercera capital de Brasil fue inaugurada en 21 de abril de 1960, por el presidente Juscelino Kubitschek, que revolucionó la historia de Brasil transfiriendo para el Centro-Oeste, gradualmente, toda la administración federal y las sedes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judiciario federales, que hasta entonces quedaban en Rio de Janeiro.

Quien visita Brasília hoy puede apreciar lo alto de la Torre de TV, un extenso gramado con el Congreso Nacional al fondo, proyectado por el famoso arquitecto Oscar Niemeyer, y 17 edificios uniformemente distribuidos a lo largo de las dos vías – los Ministerios del Poder Ejecutivo. El conjunto muestra la perfección de la arquitectura de Brasília, esa que es la imagen considerada la principal tarjeta-postal de la Capital Federal. Proyectada por Oscar Niemeyer e idealizada por Lúcio Costa, la Plaza de los Tres Poderes es una de las atracciones turísticas más visitadas en Brasília, debido a la cantidad de monumentos y esculturas del lugar, que lo transforman en un museo a cielo abierto.

Pero Brasília es mucho más que bellas construcciones de grandiosa arquitectura moderna. En estos 50 años, restaurantes y bares de las curiosas cuadras comerciales se tornaron tradicionales y movidos puntos de encuentro. Con una gran comunidad extranjera de otros países y de los demás Estados de la Nación, Brasília posee un ritmo vibrante y de brazos abiertos para recibir turistas en los próximos años que están por venir. +INFO

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