La Ascensión a la Torre de San Romualdo es todo un reto, mientras se descubre uno de los carillones más imponentes de Flandes. Desde lo alto y en días claros se divisa la campiña flamenca e incluso el Atomium. Una vez abajo, los más activos disfrutarán del paseo ciclista por la ciudad a orillas del río Dila, así como de la visita al Beaterio Mayor, un oasis de paz. Los niños más curiosos se divertirán en Technopolis, el lugar ideal para jugar a descubrir la ciencia y la tecnología. En él podrán imprimir billetes con su propia imagen y utilizar dicha moneda para ir a los comercios del recinto. Los amantes de la naturaleza encontrarán su destino en Plankendael, un parque de animales con zonas de juegos y atracciones que permiten subir a los árboles mediante lianas y pasarelas.
En el centro de la ciudad, el Museo del Juguete echa un vistazo a la evolución del mundo de los juegos. Los niños podrán adentrarse literalmente en el cuadro «Juegos infantiles» de Bruegel donde formarán parte de un escenario que reproduce las escenas de la famosa obra de arte.
Para pasar la noche, una divertida experiencia es alquilar una cabaña en el Parque Recreativo De Nekker, en plena naturaleza, donde durante el día se pueden practicar deportes variados a orillas del río Dila. + INFO
