La Ertzaintza ha alertado a la población vitoriana de la aparición de nuevos casos de timos del tocomocho y de la estampita en esta ciudad, después de que en las últimas semanas se hayan registrado varias denuncias de víctimas afectadas por este tipo de delitos.
Según ha informado en una nota el Departamento vasco de Interior, el pasado 28 de noviembre un hombre se acercó a una mujer que pasaba por la plaza de la Virgen Blanca y le comentó que le había tocado 30.000 euros en la lotería pero que no podía cobrar el dinero porque carecía de pasaporte.
En ese momento se aproximó otra mujer, una cómplice, que se ofreció a ayudar al hombre, quien ofreció 5.000 euros a cada una de las señoras a cambio de su ayuda.
La cómplice realizó una llamada telefónica para informarse de que era necesario un aval de 10.000 euros para poder cobrar el billete de lotería y la víctima dijo que sólo podía disponer de 1.400 euros.
Según las fuentes, la timadora se mostró de acuerdo e indicó que se encargaría de conseguir el resto del dinero, por lo que acompañó a la víctima a una sucursal para sacar la cantidad acordada y después la estafadora aparentemente metió el dinero de ambas en un bolsa que le entregó a la otra mujer.
A continuación le comentó que iba a conseguir más dinero y le dijo que esperara a que volviera en el bar en el que había quedado supuestamente con el hombre que tenía el billete premiado.
Finalmente, en el establecimiento hostelero no se presentó nadie y en la bolsa solo había recortes de periódico.
Al día siguiente se produjo un caso de características parecidas en la zona de Zabalgana, aunque en esta ocasión la víctima fue un anciano al que le estafaron 3.000 euros y un reloj.
Los timadores eran dos varones. Uno de ellos tenía ocho boletos de la ONCE supuestamente premiados con 160 millones de euros.
Por último, el 21 de noviembre una anciana denunció que había sido víctima del timo de la estampita.
Al parecer la mujer fue abordada en la zona de la Avenida de Gasteiz por un varón que llevaba un fajo de billetes en un sobre que, según dijo, se había encontrado en la estación de tren.
Al poco se acercó una pareja que al informarse de la situación propusieron a la anciana entregar 2.000 euros cada uno al hombre a cambio del fajo de billetes.
La mujer sacó esa cantidad de una sucursal bancaria y se la entregó a esta pareja, aunque posteriormente la hicieron bajar del coche en el que viajaban para que hiciera una pequeña compra y cuando regresó habían desaparecido.